martes, 24 de mayo de 2011

Gioconda: vida, amor y nueva izquierda



de Narciso Isa Conde


Conocí a Gioconda Belli en Panamá, semanas antes de ella ingresar a su tierra nicaragüense para participar en la triunfal ofensiva final de la insurgencia sandinista (julio 1979).

Entonces era compañera de amor y lucha del comandante Henry Ruiz (Modesto), persona con la que cultivé una gran amistad.

Luego volví a conversar con ella en 1980, en el Bunker del dictador tomado por el sandinismo, y me regaló uno de sus hermosos poemarios.

Gioconda es una poeta y una narradora realmente formidable, impactante por la hermosura de sus relatos, versos y novelas; y, además, por la profundidad y la herejía justiciera que emana permanentemente de sus versos y de su prosa; siempre apuntando desde lo0 literario en dirección al proyecto emancipatorio de la humanidad.

En temas como el amor, la sexualidad, la mujer, las relaciones de género, Gioconda es sencillamente genial y magistralmente ocurrente.

Algo constante en ella es que en  todas las vertientes de su ingenio literario se coloca siempre a la izquierda; sobre todo si por izquierda se entiende rebeldía, amor por la vida y la felicidad, socialización como alternativa a la dominación y la opresión, sentido de justicia y equidad, espíritu crítico, innovación, libertad, liberación, sinceridad, insumisión. . . 

Por eso confieso que no pude resistir la tentación de adelantarme a mi compañera Lulú en leer su nuevo libro titulado “El país de las mujeres” (Premio Hispanoamericano de novela.- La otra orilla); un regalo que le hiciera a ella la doctora Lilliam Fondeur.

Ahora lo estoy disfrutando con inmenso placer, precisamente en un momento en que he estado escribiendo acerca de derechas e izquierdas, de nuevas democracias y nuevos socialismos; sobre las izquierdas heredadas del siglo xx y las nuevas izquierdas que este país, el continente y nuestra América reclaman en esta nueva “hora de los hornos”.

Lo hice con premeditación y alevosía, aprovechándome de que la primera destinataria de esta obra no había concluido la lectura de otra apasionante novela. Y no me arrepiento de la usurpación, por lo que deseo compartir con ustedes la proclama del nuevo partido de izquierda concebido por Gioconda para crear el “país de las mujeres” que motiva su reciente obra:




  • Manifiesto del partido de la izquierda erótica (PIE)

“1. Somos un grupo de mujeres preocupadas por el estado de ruinas y desorden de nuestro país. Desde que esta nación se fundó, los hombres han gobernado con mínima participación de las mujeres, de allí   que nos atrevamos afirmar que es la gestión de ellos la que ha sido un fracaso. De todo nos han recetado nuestros ilustres ciudadanos:   guerras, revoluciones, elecciones limpias, elecciones sucias, democracia directa, democracia electorera, populismo, casifascismo, dictadura, dictablanda. Hemos sufrido hombres que   hablaban bien y otros que hablaban mal; gordos, flacos, viejos, jóvenes, hombres simpáticos y hombres feos, hombres de clase humilde y de clase rica, tecnócratas, doctores, abogados, empresarios, banqueros, intelectuales. Ninguno de ellos ha podido el modo a las cosas y nosotras, las mujeres ya estamos cansada de pagar los platos rotos  de tanto gobierno inepto, corrupto, manipulador, barato, caro, usurpador, usurpador de funciones, irrespetuoso, de la constitución. De todos modos los hombres que hemos tenido no se hacen uno. Por eso nosotras hemos decidido que es hora de que las mujeres digamos: SE ACABO.”

 “ 2.. De todas es conocido que las mujeres somos duchas en el arte de limpiar y manejar los asuntos domésticos. Nuestra habilidad es la negociación, la convivencia, y el cuido de las personas y las cosas. Sabemos más de la vida cotidiana que muchos de nuestros gobernantes que ni se acercan a un  mercado; sabemos lo que está mal en la cuidad, conocemos, conocemos las intimidades de quienes de las dan de santos, sabemos de que arcilla están muchos hechos los varones por que de nosotras salieron aun los peores, esos que la gente libra de culpa cuando los llama hijos de mala madre. “

 3. Por todo lo anterior, hemos considerado que para salvar este país las mujeres tenemos que actuar y poner en orden esta casa destartalada y sucia que es nuestra patria, tan patria, nuestra como la de cualquiera de esos que mal han sabido llenar los pantalones y que la han entregado, deshonrado, vendido, empeñado y repartido como se repartieron los ladrones la vestidura de Jesucristo (q.e.p.d.).” 

 4. Por eso lanzamos este manifiesto para hacer de conocimiento de las mujeres y hombres que pueden ya dejar de esperar al Hombre honrado y apostar ahora por las mujeres del PIE (Partido de La Izquierda Erótica).”
   “Nosotras somos de izquierda por que creemos que una izquierda a la mandíbula es la que hay que darle a la pobreza, la corrupción, y desastre, de este país. Somos eróticas por que esos quiere decir VIDA, que es lo mas importante que tenemos y por que las mujeres no solo hemos estado en cargadas de darlas, si no también de conservarla y cuidarla; somos el PIE por que no nos sostiene nada mas que nuestro deseo de caminar hacia adelante, de hacer camino al andar y de avanzar con quienes nos sigan.”

 6. Declaramos que nuestra ideología es el felicísimo: tratar de que todos seamos felices, vivamos dignamente, con irrestricta libertad para desarrollar todo nuestro potencial humano y creador y sin que el estado nos restrinja nuestro derecho a pensar, decir y criticar lo que nos parezca.”

 “7. Prometemos que, en breve, publicaremos nuestro programa explicando cuanto nos proponemos. Invitamos a todas las mujeres a apoyarnos y a sumarse a nosotras. A los hombres los invitamos a pensar y a recordar quien los crió y a meditar si les habría convenido más tener una madre que la ristra de padres de la patria que tras todos estos años nunca les cumplieron. Únanse al PIE y no sigan metiendo la pata. (O cit.  págs 109 y 110)

  • La ficción como sueño alcanzable y la imaginación rompiendo cadenas

Con todo lo que hay de ficción, pero presente la dura realidad que la motiva, en ese texto  y en toda la novela de Gioconda, no hay  despiste alguno en la orientación fundamental  que exige la nueva creación heroica latino-caribeña en dirección a la plena liberación de los seres humanos.

En estos nuevos tiempos, la izquierda por la vida y el amor, la “izquierda erótica” como la llama Gioconda Belli -además de profunda e innovadoramente anticapitalista y antiimperialista, además de radicalmente clasista, ambientalista, rebelde frente a todo racismo, negadora del adulto-centrismo, del andro-centrismo, de la xenofobia y la homofobia; promotora de la alianza pluricultural y multi-étnica- necesita de una alta dosis de creatividad, sensibilidad, intrepidez y “locura”, o sencillamente no será tal.

Porque de las izquierdas anclarse en lo que fueron y aferrarse a las coordenadas de su existencia en el pasado siglo XX,  equivale a desfasarse y a resignarse a seguir siendo algo aislado y marginal, o a lo sumo otra modalidad de aquella izquierda, que a nombre de la “adaptación a los nuevos tiempos”, entendidos como fin de las revoluciones y de las alternativas post-capitalistas, se torna funcional al sistema; esto es, puritita neo-socialdemocracia cuasi neo-liberalizada.

Las izquierdas del presente -si deciden re-actualizar la imprescindible vocación transformadora y asumir la determinación de construir un futuro liberador-  habrán de ser extensa y profundamente democráticas en todo lo que concierne a la negación del poder sobre-explotador, discriminador, manipulador, enajenador imperante, abrazar con pasión la máxima de que “nada humano puede serle ajeno” y desplegar una creatividad inédita. . .  o no serán nada parecido a una fuerza capaz de acompañar a los pueblos en la creación de una la nueva sociedad humana.

El “País de las mujeres” es imaginación, mas no fantasía en cuanto a las nuevas determinaciones que exige emancipar el trabajo del capital con todas sus lacras y con el conjunto de opresiones articuladas al actual sistema de dominación integral.

En la actualidad la defensa de la vida y el despliegue del amor, exigen la existencia del “país de la mujeres” imbricado el país de los/as jóvenes y niños/as, de los/as ancianos/as, de la diversidad de fenotipos humanos, de la madre tierra protegida, de las fuerzas del trabajo emancipadas del capital senil y degenerado; modo de producción y dominación que nos impone como nunca antes su impronta delincuente y potencia al cubo contra la sociedad humana todas las discriminaciones, exclusiones y depredaciones.

Exige apostar con vigor a la felicidad y al cuido colectivo profundamente arraigado en el alma de las mujeres, forzadas durante milenios a convertir en bondad sus enormes sufrimientos; superiores incluso a los de la pobrecía masculina y a los de los esclavos, siervos y proletarios a lo largo de todas las fases de la evolución de la sociedad humana.

Los hombres, claro está, no han sido el problema, sino el machismo, el patriarcado, del que se derivan la homofobia y todas las aberraciones que criminalizan la libertad de opción sexual.

Los burgueses como personas no son la causa del mal de la explotación capitalista, sino el capital como relación social explotadora y el capitalismo imperialista como sistema de dominación integral.

A los blancos y a los adultos no hay que eliminarlos, si no al racismo, la xenofobia y el adulto- centrismo.

Los medios masivos de comunicación no deben ser destruidos, pero la dictadura mediática enajenante sí, mediante su socialización.

Los seres humanos no podrían existir sin aprovechar la naturaleza, pero esto puede hacerse de otra manera: sin destruirla, sin afectarla… Cuidándola, reproduciéndola, renovándola…

El capital como relación social jamás podrá pedir perdón por los daños ocasionados a la humanidad y al planeta, ni pagar sus inmensas culpas. Procede sencillamente su abolición.

Pero los hombres de hoy y de mañana, gestores y beneficiarios del capitalismo y del patriarcado, si pueden y deben hacerlo frente a las mujeres, los trabajadores y a toda la pobrecía; los adultos si pueden y deben hacerlo frente a los jóvenes y niños abusados y sometidos, y todos los seres humanos (cada quien con su dosis de culpa mayor o menor) están en el deber de hacerlo ante la madre tierra gravemente violada y depredada.

Conviene, por tanto, que en lo inmediato se conformen de otra manera los poderes, con preeminencia del trabajo liberado del capital y del patriarcado, con una fuerte impronta feminista, juvenil, pluricultural y multiétnica. Camino al “no poder” y la “no dominación y/o jerarquía” en todos ámbitos, rumbo a la libre asociación de seres humanos emancipados y plenamente des-alienados.

El nuevo partido de izquierda y el nuevo país concebido y/o diseñado como ficción literiara por Gioconda, a partir del protagonismo libertario de la mujer (víctima del patriarcado hegemónico en el capitalismo y con anterioridad a él y, en consecuencia, dotada de una sensibilidad y una capacidad de vivir y amar forjada en la dura cotidianidad), bien podrían ser imaginado en forma integral como proyecto factible. Incluso el “Manifiesto de la izquierda erótica” apunta en esa dirección al asumir lo erótico y la felicidad como cultura de vida y amor, opuesta a la muerte material y espiritual a que nos tiene condenados/as el capitalismo patriarcal, neoliberal, racista, adulto-céntrico, ecocida y militarista, que hoy desgraciadamente hegemoniza el planeta.

La revolución, debidamente renovada y multilateralmente enriquecida, como fuente de felicidad frente a este capitalismo, frente al imperialismo de la post-modernidad y frente a las actuales modalidades de la dominación funcionales a él, exige hoy de mucha imaginación, muchos sueños y mucha humanidad.

Gioconda ha lanzado una divina provocación, sumamente armónica con el nuevo “fantasma” de la “democracia real” que en estos días recorre las calles y plazas del Estado español, que despierta en otros espacios de la vieja Europa, que explotó iracundo y sin rumbo definido en el Norte de África y el Medio Oriente, que sube y baja las escalinatas de nuestra América con cierta incertidumbre y que por todas parte en los últimos lustros se  debate “eróticamente” entre formas y contra-reformas, y entre revolución y contra-revolución.

¡Bendito sea este “gasparín” insumiso y medularmente incómodo para los que detentan el podrido poder que nos aplasta! Que crezca y se multiplique hasta hacerlo reventar.

23-05-2011, Santo Domingo RD.

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