Turquía sigue siendo escenario de incesantes protestas contra el Gobierno de Ankara, acusado de reprimir a los manifestantes pacíficos el pasado mes de junio cuando tomaron las calles para repudiar la reurbanización del parque Gezi, sito en Estambul.
Este lunes, el país euroasiático ha vivido otra jornada marcada por enfrentamientos entre las fuerzas de la policía y los manifestantes.
La Policía ha empleado cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a casi 2000 indignados agrupados fuera del Palacio de Justicia (Ankara) por la forma en que lleva adelante el juicio de un policía acusado de matar a un manifestante en junio.
La protesta de este lunes se debe, al parecer, a un fallo judicial que permite al agente de policía participar en las audiencias por videoconferencia.
El oficial de policía Ahmet Sahbaz está acusado de matar a Ethem Sarisuluk, que perdió la vida por el impacto de una bala durante la ola de manifestaciones para proteger el parque Gezi en la plaza Taksim, Estambul, que se suscitaron en junio y que duró casi dos semanas.
Un total de seis personas, entre ellas un policía, murieron en el transcurso de los disturbios, que se convirtieron en uno de los más grandes desafíos para el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
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