Foto reportaje del Comando Capá Prieto cuando ocuparon la Torre de la UPR, Río Piedras para bajar la bandera de EEUU durante la víspera de la conmemoración del Grito de Lares.
Alrededor del mediodía del miércoles 22 de septiembre de 2010, un grupo de alrededor de 30 estudiantes encapuchados tomaron la Torre de la UPR, Río Piedras con la intención de bajar la bandera imperialista de EEUU, cortar el asta, desplegar una pancarta en homenaje a Juan Mari Brás, Lolita Lebrón y Filiberto Ojeda Ríos, y luego quemar la bandera en Lares el próximo día. El grupo que se autodenominó como Comando Capá Prieto logró burlar la seguridad del recinto y llevar a cabo la mayoría de sus objetivos sin que hubiera algún incidente violento ni sanciones a los que participaron del operativo.
A continuación les presentamos el comunicado íntegro del Comando Capá Prieto para el operativo:
Con el acto del día de hoy, 22 de septiembre del año de 2010, queremos dejar firmemente establecido el hecho de que la Universidad de Puerto Rico no ha sido, ni será, una pecera aislada a los males que aquejan a este atropellado país. Por lo tanto tampoco ha sido, ni será, ajeno a la denuncia y al combate de éstos.
Estamos de cara a un doloroso año más en que nuestro país continúa siendo una colonia capitalista y de cara a la conmemoración de un año más de la gesta valerosa de quienes se alzaron en armas, el 23 de septiembre de 1868, por ofrecerle a sus descendientes –nosotr@s- otra suerte. Nuestra existencia no deja lugar a dudas: no ha sido tiempo muerto.
Nosotr@s, como miembros de la comunidad universitaria, expuestos a las herramientas necesarias para comprender nuestros males sociales en su raíz, pretendemos, precisamente con este acto simbólico, cortar con la raíz del problema tal y como lo intentaron hacer, armas en mano, los combatientes que nos precedieron.
¿Cómo entender la notoria precariedad del sistema de educación pública escolar y universitaria, y aún las embestidas contra lo que sobra de éstos, sino como una característica inherente e indivisible de nuestra condición colonial? Nuestra burguesía de intermediarios se ceba sobre la carencia de conciencia histórica y de cultura política que padecemos colectivamente como pueblo. Necesitan de nuestra ignorancia como necesita un pez al agua.
El quiebre moral de esa clase adquiere nuevas dimensiones al pretender cobrársele burdamente los platos rotos de su incompetencia a quienes históricamente se nos ha cobrado: a los de abajo. Despidos y pérdida de derechos adquiridos son la orden del día. A los estudiantes que puedan sobrellevar el golpe, se les exigirá una cuota de 800 dólares en enero, cuya vigencia ya ha sido declarada como indefinida. Estos acontecimientos no deben apreciarse de manera aislada, como decretos del capricho del avaro insensible de turno, sino como partes de la estrategia mayor de una ideología y de una estructura de dominación que trasciende nuestros partidos políticos tradicionales y que es sencillamente incapaz de reproducirse con un pueblo que tenga acceso a una educación crítica y de excelencia. Ante este panorama, no valen parchos ni reformas.
A cinco años de la caída en combate del compañero y Comandante Filiberto Ojeda Ríos se suman los sacrificios fecundos de otros combatientes como Juan Mari Brás, como Lolita Lebrón –encarnación de la dignidad indómita-, como Carlos Alberto Torres, Avelino González Claudio, Oscar López Rivera -¿y por qué no?- de nuestros estudiantes huelguistas. Muertos, encarcelados, sancionados: todos y todas protagonistas del enfrentamiento incesante entre el atrás y el porvenir.
Ayer fuimos Antonio Valero de Bernabé, fuimos María de las Mercedes Barbudo, fuimos Betances, fuimos Albizu, fuimos Corretjer, fuimos Filiberto, fuimos jornaleros descalzos, fuimos agregados. Contra la adversidad –como nuestros antepasados-, hoy luchamos, y hoy somos.
PORQUE FUERON, SOMOS; Y PORQUE SOMOS, SERÁN.
Dado en Río Piedras el 22 de septiembre de 2010.
A 112 años de ocupación capitalista estadounidense y a 502 años de lucha anticolonial:
¡Independencia y socialismo!
COMANDO CAPÁ PRIETO
El Comando Capá Prieto sube hasta la azotea de un edificio al lado de la Torre. Antes de salir, protegen su identidad con capuchas.
Acomodan la escalera para accesar la Torre por el lado.
Parte del comando se quedó abajo vigilando que no subieran guardias. Otros protegieron la azotea.
De fondo, la bandera de los Estados Unidos.
Estudiantes despliegan pancarta en homenaje a Don Juan Mari Brás, Lolita Lebrón y al Comandante Filiberto Ojeda Ríos con el mensaje: “Porque fueron, somos y porque somos, serán…”
El comando bajó la bandera imperialista de EEUU que ondeaba en el asta de la izquierda.
La pecosa fue bajada para quemarla en Lares durante la conmemoración del Grito.
Abajo, los oficiales de seguridad de recinto comienzan a marcar un perímetro alrededor de la Torre.
El corresponsal de Radio Huelga Ricardo Olivero Lora se mantuvo transmitiendo en vivo mientras se llevaba a cabo el operativo desde los altos de la Torre ocupada. Para ver los videos de la transmisión, vaya al siguiente enlace:
Oficiales comienzan a poner una cinta de ‘peligro’ para delimitar el perímetro.
La Junta de Seguridad sube hasta un piso más abajo del que están los manifestantes. De inmediato comienza un diálogo para lograr el descenso de los estudiantes sin confrontación con los oficiales de seguridad.
Mediante el diálogo se logró obtener la palabra del jefe de seguridad que no los detendrán ni les impondrán sanciones si bajaban cuanto antes. El comando decidió bajar a pesar de no haber terminado de cortar el asta ya que en esos momentos lo más importante era su seguridad.
El Comando Capá Prieto catalogó el operativo como uno exitoso debido a que la gran mayoría de los objetivos fueron logrados, y se evitaron confrontaciones y que fueran sancionados. Una de las claves para el éxito, según el comando, fue la ruta que utilizaron para accesar la Torre. Antes cuando se ocupaba la Torre se subía y se bajaba por las mismas escaleras de ésta. Para este operativo, se utilizó el edificio del lado para accesar el piso de la Torre donde están las banderas. Para bajar, se utilizó la misma ruta.
Un grupo de compañeros estudiantes los esperaba abajo para asegurarse que no los detuvieran.
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