Desde que comenzara la guerra civil en Libia, impulsada por los imperialistas, nuestra línea ha sido de condena total y absoluta a los medios, sin excepción, que desplegaron una campaña enloquecida que aportaba pocas verdades a medias, y muchas mentiras enteras. Siempre dejamos al margen a Gadafi: No era, entonces, motivo de nuestras denuncias.
Nicaragua y Venezuela han salido en defensa del mandatario libio. Por ello recibirán cientos de criticas de los puristas de salón. Pero esos paises que conforman un frente antiimperialista en América Latina, han tenido la coherencia de la que carecen las “democracias” que hasta ahora le doraban la píldora a Gadafi.
Como revolucionarios tenemos cuentas pendientes con Gadafi, con sus devaneos con los capitalistas, con sus conductas estrambóticas que podríamos considerar deshonestas. Si Gadafi sobrevive pediremos responsabilidades por alianzas indeseables que quizás quiera explicarnos, o quizás no. Mas hoy, no es el momento.
Ahora, cuando vemos que se han detectado militares occidentales pisando territorio libio en “misión humanitaria” (como la de Afganistán), gracias a la ayuda de los grupos armados que se enfrentan al Gobierno central, cuando vemos que el enemigo de la Humanidad acecha, ahora estamos con Gadafi porque estamos contra el imperialismo.
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