jueves, 10 de marzo de 2011

La cínica campaña de Washington para mantener a Aristide en Sudáfrica


La cínica campaña de Washington para mantener a Aristide en Sudáfrica

Black Agenda Report

Traducido  por Mariola y Jesús María García Pedrajas

Con una hipocresía sin límites, EEUU grita “¡democracia!” al mundo mientras que niega a los haitianos cualquier derecho político de ciudadanía en su propia tierra. Habiendo depuesto y secuestrado al presidente electo por el pueblo, Jean-Bertrand Aristide, en 2004, EEUU finge ahora no ser el principal obstáculo que impide su vuelta desde el exilio en Sudáfrica. Pero, “si Sudáfrica diera su bendición a un vuelo de Aristide a Haití, EEUU se vería forzado entonces a abandonar la farsa y dar a Aristide un sí o un no, con su propia voz.”
“Lo único que le queda esperar a los haitianos son las elecciones de este mes, que de todos modos no querían.
Si la diplomacia es una forma de mentir, entonces los esfuerzos de EEUU para retrasar de manera indefinida el retorno del antiguo presidente Jean-Bertrand Aristide, es un triunfo de la diplomacia más sucia. Aristide tiene un pasaporte, pero no el permiso para aterrizar en Haití y, al parecer, tampoco tiene permiso para abandonar Sudáfrica, donde vive exiliado desde su derrocamiento en un golpe de estado patrocinado por EEUU en 2004.
El pasaporte le fue proporcionado por el gobierno saliente del en su día aliado de Arsitide, el presidente Rene Preval. Pero EEUU, que es quien realmente gobierna el país en una troika con Francia y Cánada, se opone totalmente al retorno de Aristide. Después del devastador terremoto del año pasado, los estadounidenses dijeron que la presencia de Aristide distraería la atención del trabajo de reconstrucción del país. Muy poco se ha hecho desde entonces por esta reconstrucción, pero los estadounidenses dicen ahora que Aristide distraería la atención de la segunda vuelta de las elecciones prevista para el 20 de marzo. Tres de cada cuatro haitianos ya se habían “distraído” de participar en la primera vuelta de las elecciones en noviembre, sin la presencia de Aristide. Y esto ocurrió sin duda porque al partido de Aristide, Fanmi Lavalas, por mucho la agrupación política más popular del país, se le prohibió la participación – igualmente ante la insistencia de los estadounidenses y de la minúscula élite haitiana con la que están aliados.
Brasil actúa como un servicio de seguridad bajo contrato de la misión de las Naciones Unidas en Haití, MINUSTAH, pero documentos de Wikileaks muestran que EEUU ha presionado a Brasil para que use su influencia en Sudáfrica para mantener los pies de Aristide firmemente plantados en suelo africano. Brasil ansía obtener un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y siente que no se puede permitir enfadar a los yanquies. Sudáfrica afirma que no está bajo la presión de nadie, pero luego dice que tiene la obligación de consultar “a todos los actores implicados para crear las condiciones ideales para su vuelta.” Claramente, estos “actores implicados” son los estadounidenses y sus compinches franceses y canadienses. El abogado de Aristide dice que éste no intentará abandonar Sudáfrica sin permiso.
“Con la esperanza de poner a EEUU en un aprieto, un grupo de activistas envió una carta al presidente sudafricano Jacob Zuma.”
Por supuesto, si Sudáfrica diera su bendición a un vuelo de Aristide a Haití, EEUU se vería forzado entonces a abandonar la farsa y dar a Aristide un sí o un no, con su propia voz – lo que dejaría claro el papel de Washington como fuerza ocupante de Haití. Se esfumarían todas las pretensiones de que los estadounidenses favorecen la democracia haitiana. Con la esperanza de poner a EEUU en un aprieto, un grupo de activistas sociales, que incluye al reverendo Jesse Jackson, Danny Glover, Randall Robinson, Dick Gregory y once más, envió una carta, la pasada semana, al presidente sudafricano Jacob Zuma. La carta expresaba la esperanza de que el presidente Zuma “pueda ayudar al matrimonio Aristide a hacer su transición lo más pronto posible.” La carta decía, “Todos los obstáculos que quedaban para el retorno de los Aristide han sido eliminados” y que se habían suscitado esperanzas entre los haitianos sobre la pronta llegada de Aristide.
Pero incluso el abogado de Aristide, Ira Kuzban, que era muy optimista hace sólo unas semanas, parece resignado a que Aristide no vaya a volver a casa en un futuro próximo. Así que lo único que le queda esperar a los haitianos son las elecciones de este mes, que de todos modos no querían, entre unos candidatos que les han sido esencialmente impuestos por EEUU – un ejercicio que nadie excepto los estadounidenses cree que tenga nada que ver con la democracia.

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