Mientras alrededor de 346 millones de niños y niñas están sujetos a la explotación infantil en el planeta, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los pequeños en Cuba, disfrutan de sus derechos.
Yaniuska Macías Rivero
Mientras alrededor de 346 millones de niños y niñas están sujetos a la explotación infantil en el planeta, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los pequeños en Cuba, disfrutan de sus derechos.
La voluntad política del Estado Cubano -desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959- desterró de la Isla el trabajo infantil, el cual priva a los chicos de su niñez y perjudica su desarrollo físico y psicológico.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) indica además, que ese tipo de actividad interfiere con su escolarización, les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado, el cual les roba mucho tiempo.
Al contrario de lo que sucede en muchos lugares del mundo, donde la marginación social, la extrema pobreza y las redes de explotación infantil afloran en las calles, los niños en Cuba tienen acceso gratuito a la educación con carácter obligatorio, hasta los 14 años de edad.
La creación de los Círculos Infantiles, la implementación del programa de estimulación temprana “Educa a Tu Hijo”, el desarrollo del Programa Educativo Comunitario “Para la Vida” y el fomento de una cultura de derechos a través del proyecto “Por un Mundo al Derecho” ubican como modelo a la nación caribeña.
Hoy Cuba exhibe una tasa de escolarización en la enseñanza primaria por encima del ciento por ciento, y ningún niño de cinco a 14 años practica el trabajo infantil, según estadísticas de la UNICEF.
José Juan Ortiz, representante de esa organización internacional en Cuba comentó recientemente al Periódico 26 de la provincia de Las Tunas, cómo el país siendo bloqueado y con escasos recursos logra la implementación de los derechos de la niñez, con indicadores considerados entre los más altos del mundo.
Acerca de la Convención de los Derechos del niño, el funcionario ponderó el hecho de que para los cubanos esa Convención tenga un carácter de ley nacional, el cual se refleja en la existencia de una comisión permanente en el Parlamento, para atender problemáticas referidas a la educación y protección de los menores.
Sin embargo, en zonas de gran exclusión, como
América Latina y África, se viola ese instrumento jurídico, el cual en su artículo 19 regula proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluida la sexual.
Cuba no tiene infantes excluidos ni de los denominados en el mundo como invisibles, a pesar de estar ubicada geográficamente en la región de América Latina y el Caribe, área con mayor brecha entre ricos y pobres del continente, razón que avala la prioridad del Estado cubano a la atención y protección de los niños.
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