Anonymous defiende los derechos individuales, la lucha contra la privatización del conocimiento, la libertad de expresión y la democracia. Y eso es, efectivamente, peligroso.
Madrilonia
Esta mañana se ha detenido a tres personas. La policía ha enviado una nota de prensa que ha sido distribuida por los medios de comunicación diciendo, literalmente que se había “detenido a la cúpula de Anonymous”.
Cualquiera con dos dedos de frente diría que una organización distribuida en red, sin jerarquías de ningún tipo, sin centros de mando, no puede tener una cúpula (Así se han encargado de recordarlo varios hastag en twitter que han llegado a ser trending topic en España en apenas horas) Pero… ahí estaba la nota de prensa.
Unas horas después dos manos de la policía nacional han comparecido en rueda de prensa para explicar lo sucedido. La rueda de prensa ha ido de lo surrealista a lo grotesco. La “cúpula” en cuestión supuestamente administraba un chat a través del cúal se organizaban ataques de denegación de servicio a páginas webs.
Repetimos: La cúpula administraba un chat.
La perversión del lenguaje de la lucha antiterrorista chocaba con la realidad y provocaba giros sorprendentes. La policía ha llegado a decir “Es como si yo mañana estoy deacuerdo con uno de los ataque y me uno para ese ataque en concreto” o “Eran personas normales, nornales. Algunos trabajando, otros en paro, como todos”.
En uno de los momentos más grotescos de la rueda de prensa han recordado que Anonymous está considerado por la OTAN como un grupo peligroso “Como Al-Qaeda, Los Talibanes o Corea del Norte”. Sin entrar en la vaga consideración de un país entero como “grupo peligroso” en la redacción de Madrilonia seguimos pensando como puede ser si quiera similar poner bombas, realizar atentados suicidas someter poblaciones enteras bajo dominios dictatoriales y administrar un chat.
Mientras tanto.
Si tocan a uno, nos tocan a todos.
Anonymous defiende los derechos individuales, la lucha contra la privatización del conocimiento, la libertad de expresión y la democracia. Y eso es, efectivamente, peligroso.
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