viernes, 2 de septiembre de 2011

Guatemala: Desnutrición infantil, una cadena perpetua para el país

Guatemala se ha convertido en uno de los países más desiguales del mundo, donde la mitad de los menores de cinco años padecen desnutrición.


El impacto de la desnutrición sobre el desarrollo infantil representa una cadena perpetua no sólo para este grupo de población, sino para todo el país, según el artículo “Semillas que no germinan y cosechas que se pierden”.

De acuerdo con el documento, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), más de un millón de niñas y niños de cero a cinco años de edad pasan hambre en Guatemala.

Según la información, Guatemala se ha convertido en uno de los países más desiguales del mundo, donde la mitad de los menores de cinco años padecen desnutrición.

Guatemala es el país de América Latina y el Caribe con mayor desnutrición y el sexto a nivel mundial, lo preocupante es que el promedio de desnutrición crónica es del 49.8 por ciento, situación que oculta mayores desigualdades, por ejemplo el porcentaje de niñas y niños indígenas desnutridos que superan el 65.9 por ciento.

El documento subraya que los índices de Guatemala de desnutrición infantil indígena incluso superan los datos del país catalogado con mayores tasas de desnutrición del mundo, Afganistán, que posee el 59 por ciento.

Las entidades subrayaron en el artículo que la situación de la niñez no indígena no es mucho mejor, pues el 36.2 por ciento del total de esa población está desnutrida y sus niveles están incluso por encima de la media mundial y son más del doble del promedio latinoamericano.

La desnutrición crónica infantil es una manifestación de los grandes problemas de Guatemala para garantizar la vida de su población desde su nacimiento, pues este flagelo limita las posibilidades de romper el círculo de la pobreza por sus efectos adversos a la salud, la educación y los ingresos futuros de quién la padece.

De acuerdo con estudios médicos, si el cerebro de los niños y niñas no se desarrolla de la manera debida antes de los tres años de edad, por la carencia de una alimentación adecuada, no alcanzarán a cabalidad sus facultades físicas y emocionales y verán limitadas las posibilidades futuras de desarrollar un proyecto de vida pleno y una participación social y económica beneficiosa para el conjunto de la sociedad.

Finalmente, el documento, presentado por UNICEF e ICEFI, subraya que en la actualidad las pérdidas ocasionadas por el hambre hacen que Guatemala pierda diariamente 66 millones de quetzales. 

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