Alejandro Cao de Benós es un militante comunista español. Es el presidente de la Asociación de Amistad con Corea (KFA) y ha abogado permanentemente por la República Popular de Corea del Norte desde 1990. Es delegado especial honorario de ese país, y delegado especial del Comité de relaciones culturales con países extranjeros.
El Periódico
Cao de Benós fundó la Asociación de Amistad con Corea en el año 2000 y creó las primeras páginas web oficiales de Corea del Norte. Militó en los Colectivos de Jóvenes Comunistas (juventudes del Partido Comunista de los Pueblos de España) en Granada a principios de los años 90 (1990).
Como representante oficial de Corea del Norte, ha organizado numerosos viajes de delegaciones extranjeras a dicho país, incluyendo intercambio cultural y viajes de negocios. Además ha escrito artículos sobre la situación política del país, todo con el fin de exponer la posición de Corea del Norte en el extranjero. Afirma que sus objetivos son lograr una mayor comprensión del país asiático en el exterior y alcanzar la reunificación de la península coreana.
Además, desempeña sus funciones como portavoz y delegado diplomático, como miembro honorario delPartido de los Trabajadores Coreanos, miembro honorario del Ejército Popular de Corea, y periodista honorario de Corea del Norte. Asimismo, ha asumido funciones de representación comercial del gobierno norcoreano, a través del Centro Internacional de Negocios de Corea (International Korea Business Center).
Vive en Cataluña, trabajando en sus cargos de representación del país asiático y como consultor de tecnologías de la información. Cuenta con la nacionalidad española y norcoreana.
¿Cómo empezó su idilio con el país?
Llevo 21 años trabajando en Corea del Norte. Tenía 16 años y era un gran apasionado de la cultura oriental y la estructura de Gobierno socialista. Creía que había que luchar por un sistema más justo en esta sociedad. Estos valores se perdían aquí. Soy el único extranjero que trabaja para el Gobierno norcoreano.
En Tarragona, su ciudad natal, la gente le para por la calle para preguntarle cómo es la vida en Corea del Norte. ¿Qué les contesta?
En Corea del Norte trabajamos como un colectivo por un bien común porque creemos en una sociedad igualitaria frente a la sociedad occidental individualista y de consumo donde lo que más importa es el dinero. En Corea, lo primero es el corazón y el honor.
¿No les cuenta la coerción a la que están sometidas las personas?
No se coarta la iniciativa individual sino el egoísmo. Si cada uno va por su lado, el país no puede prosperar. En Corea del Norte, cada uno tiene una idea pero se ha de llegar a un consenso. Incluso en una supuesta democracia como en la que se cree que se vive en Europa -que no lo es-, es la opinión de la mayoría la que se impone sobre la minoría.
Pero el sistema parece tener importantes carencias, entre las más graves, la de no garantizar la alimentación de sus ciudadanos.
Hoy, nadie pasa hambre en Corea del Norte. Varios factores, naturales y políticos, se conjuraron en los 90 para que así sucediera.
¿La muerte de Kim Jong-il va a modificar de algún modo los planteamientos actuales ?
No, en absoluto. Continuaremos con nuestro ideario socialista Juche. Va a haber una continuidad total, no va a haber ninguna guerra, ni agresión ni ninguna de las tonterías que se están diciendo. El país está totalmente estable.
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