El movimiento Occupy London ocupó las instalaciones abandonadas de los antiguos juzgados de Old Street en Londres, "liberándolas", tal y como asegura el propio colectivo.
David Bollero/Prensa
La ocupación se produjo coincidiendo con la segunda de las cuatro sesiones del juicio que está teniendo lugar, después de que la City denunciase a Occupy London por el campamento de la plaza de la Catedral de Saint Paul.
Ahora, el movimiento pretende "restablecer el equilibrio" y pone en marcha una especie de "juicio al 1%", en referencia a la élite económica contra la que protesta en nombre del restante 99% de la población. De hecho, las instalaciones ya han sido rebautizadas como Occupy Justice y sus causas simbólicas irán contra "quienes han minado la economía global, han amputado los servicios sociales británicos, han despojado a la gente de sus derechos civiles y han involucrado a la nación en guerras repetidas veces".
El edificio de los antiguos juzgados, durante años abandonado en espera de levantar un hotel de lujo, fue tomado por la mañana junto a un grupo de veteranos de guerra Occupy Veterans, tanqueta blindada incluida, a la que ya se conoce como "tanque de ideas". Los portavoces del movimiento aseguran haberse puesto ya en contacto con los propietarios del edificio.
Se trata de la cuarta ocupación que realiza Occupy London, tras la plaza de Saint Paul, Finsbury Square y la antigua sede del banco suizo UBS, ahora reconvertido en su "banco de ideas". Precisamente esta última ocupación se extenderá al menos hasta enero, después de que el juez retrasara la apelación.
Criminalizar a los indignados
Mientras nacía Occupy Justice, proseguía el juicio que enfrenta a la Corporación de la City contra el campamento de Saint Paul y para el que podría conocerse la sentencia en Año Nuevo. La City, por vía de su representante David Forsdick, considera que el tiempo de protesta "ha excedido lo razonable" y que es necesario levantar el campamento para "proteger los derechos y las libertades del resto".
Sus argumentos dibujaron al campamento de unas 150 tiendas como un imán para criminales, alcohólicos y drogadictos. Durante el juicio, se han sucedido los intentos de relacionar el aumento de los desórdenes públicos con el campamento. Asimismo, las condiciones higiénicas del asentamiento es otro de los pilares de la acusación, que aseguró haber barrido la zona hasta siete veces al día.
Por su parte, Tammy Samede, representante de Occupy London, negó tajantemente el incremento de la delincuencia, alegando que desde que se instalaron, el pasado 15 de octubre, la Policía no ha intervenido. En cuanto a la higiene, la activista sostuvo que el campamento se autogestiona con equipos de limpieza propios e, incluso, de reciclaje.
Aún restan dos sesiones del juicio, aunque la posibilidad de un levantamiento pacífico del campamento de Occupy London cobra cada vez más fuerza. Si se confirma, los indignados londinenses se reagruparían en el emplazamiento de Finsbury Square. Sería, eso sí, a condición de mantener puntos de información en Saint Paul.
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