por Pepe Escobar
A diferencia de los miembros de los BRICS, Rusia y China, y amplias franjas del mundo en desarrollo, que consideran que el gobierno sirio está combatiendo a mercenarios extranjeros fuertemente armados. El informe confirma en gran medida estas sospechas.
Puede apreciarse una deriva acelerada en las “democráticas” maquinaciones de la Liga Árabe, o más bien, de la Liga del CCG, porque el poder real en esta organización pan-árabe lo ejercen dos de las seis monarquías del Golfo Pérsico que componen el Consejo de Cooperación del Golfo, también conocido como Club de la Contrarrevolución del Golfo: Qatar y la Casa de los Saud.
En esencia, el CCG creó un grupo en la Liga Árabe al objeto de controlar lo que está sucediendo en Siria. El Consejo Nacional Sirio –que tiene su sede en dos países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte: Turquía y Francia- lo apoyó con entusiasmo. Resulta elocuente que el vecino de Siria, el Líbano, no lo hiciera.
Cuando los más de 160 observadores, tras un mes de investigaciones, emitieron su informe… ¡sorpresa! El informe no se ajustaba a la línea oficial del CCG, que postula que el “malvado” gobierno de Bashar al-Asad está, unilateral e indiscriminadamente , matando a su propio pueblo y es por tanto necesario cambiar el régimen.
El comité ministerial de la Liga Árabe había aprobado el informe, con cuatro votos a favor (Argelia, Egipto, Sudán y el miembro del CCG: Omán) y un solo voto en contra, ¿adivinan de quién?: de Qatar, que está ahora presidiendo la Liga Árabe porque el emirato le compró su turno (rotatorio) a la Autoridad Palestina.
Por tanto, el informe fue ignorado (por los medios corporativos occidentales) o destruido sin piedad (por los medios árabes), prácticamente todos ellos financiados bien por la Casa de Saud, bien por Qatar. Ni siquiera se discutió, porque el CCG impidió que se tradujera del árabe al inglés y se publicara en la página web de la Liga Árabe.
El informe es categórico. No hubo represión letal y organizada por parte del gobierno sirio contra los manifestantes pacíficos. En su lugar, el informe señala a bandas sospechosas como responsables de las muertes de los civiles sirios y de alrededor de mil efectivos del ejército sirio mediante la utilización de tácticas letales tales como la colocación de bombas en autobuses civiles, en trenes que transportaban diesel, en autobuses de la policía y en puentes y canalizaciones.
Una vez más , la versión oficial de la OTAN/CCG sobre Siria es la de un levantamiento popular aplastado con balas y tanques. A diferencia de los miembros de los BRICS, Rusia y China, y amplias franjas del mundo en desarrollo, que consideran que el gobierno sirio está combatiendo a mercenarios extranjeros fuertemente armados. El informe confirma en gran medida estas sospechas.
El Consejo Nacional Sirio es esencialmente una organización de los Hermanos Musulmanes afiliada tanto a la Casa de Saud como a Qatar, con un intranquilo Israel apoyando calladamente en la sombra. La legitimidad no llega exactamente en una taza de té verde. En cuanto al Ejército Sirio Libre, tiene en él desertores del ejército y bienintencionados opositores al régimen de Asad, pero la mayor parte del mismo está infectado de mercenarios extranjeros armados por el CCG, especialmente de bandas salafíes.
Pero nada desalentará a la OTAN/CCG, que en estos momentos no pueden aplicar su modelo para todo para promover la “democracia” bombardeando un país y librándose del proverbial dictador maléfico. Los dirigentes del CCG, la Casa de Saud y Qatar, rechazaron abiertamente su propio informe y fueron derechos al meollo del asunto: imponer un cambio de régimen impulsado por la OTAN/CCG a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Por tanto, la actual “deriva dirigida por los árabes en las Naciones Unidas para asegurar un fin pacífico a la campaña de diez meses de duración” en Siria no es más que un burdo intento de cambio de régimen. Los sospechosos habituales, Washington, Londres y París, se han visto obligados a quitarse de en medio para asegurarle a la auténtica comunidad internacional que esto no es otro mandato de bombardeo, a la libia, para la OTAN. La secretaria de estado Hillary Clinton lo describió como “una vía para una transición política que preserve la unidad y las instituciones de Siria”.
Pero los miembros de los BRICS, Rusia y China, lo ven como lo que es. Otro miembro de los BRICS, la India, junto con Pakistán y Sudáfrica, han planteado serias objeciones al borrador de resolución de las Naciones Unidas pergeñado por la OTAN/CCG.
No habría otra zona de exclusión aérea estilo Libia; después de todo, el régimen de Asad no está desplegando exactamente Migs contra los civiles. Rusia y China bloquearían de nuevo una resolución de la ONU pidiendo un cambio de régimen. Incluso en la OTAN/CCG se sienten confusos, porque cada uno de los bloques de actores –Washington, Ankara y el dúo de la Casa de Saud y Doha- tiene una agenda geopolítica distinta a largo plazo. Por no mencionar a Iraq, crucial vecino y socio comercial de Siria; Bagdad está oficialmente contra cualquier esquema de cambio de régimen.
Por tanto, aquí va una sugerencia para la Casa de Saud y para Qatar: Ya que tanto os seduce la perspectiva de una “democracia” en Siria, ¿por qué no utilizáis todo el armamento estadounidense y la invadís en mitad de la noche –como hicisteis en Bahrain- e imponéis vosotros mismos el cambio de régimen?
0 comentarios:
Publicar un comentario