HORACIO DUQUE GIRALDO / KAOS EN LA RED – Piedad Córdoba, la valiente mujer colombiana que se ha convertido en el referente ético y progresista para millones de colombianos por su entereza, coherencia, compromiso y tenacidad, ha sido escogida como blanco principal de peligrosos individuos que mediante la manipulación de procedimientos, oscuros y bárbaros, la quieren destruir y asesinar, para que no les siga desestabilizando su nefasto dominio político.
En ese negro propósito curiosamente coinciden Alejandro Ordoñez, el Procurador General de la Republica, las Águilas Negras de las Bandas Criminales que integran expolicias y exmilitares (uribistas) del Estado y Juan Carlos Pinzón, el actual Ministro de Defensa del señor Santos.
A. Ordoñez, un retardatario santadereano en toda la línea, aferrado a doctrinas religiosas desuetas y milenaristas, las cuales como fundamento para sus fraudulentos pronunciamientos disciplinarios y regresivas determinaciones sociales, ha hecho de la persecución a Piedad Córdoba un oficio cotidiano desde el alto cargo que ostenta.
Mediante la manipulación de indicios judiciales y el arreglo de “pruebas” policiales, que han sido descalificadas por expertos magistrados de la Sala Penal de la Corte, aceleró pronunciamientos disciplinarios con el fin de despojar de su investidura a Piedad Córdoba como Senadora de la Republica, cargo que ha ejercido muchos años, destacándose por la seriedad y diligencia en el cumplimiento de sus tareas de representación democratica.
En explicito concierto con las camarillas uribistas de extrema derecha, ha llegado hasta el punto de inhabilitar, casi de por vida, a la dirigente para que no pueda de ejercer cargos en ninguna institución publica colombiana. Así que por cuenta de este despreciable leguleyo, Piedad Córdoba hace el recorrido que en otros momentos debieron realizar seres humanos excelsos como Gandhi, Mandela, Martín Luther King y cientos de luchadores por los derechos de los humildes. Honor que le hacen.
Lo curioso es que al tiempo que se da dicho procedimiento disciplinario, una de las mas poderosas bandas criminales, las Águilas Negras, integrada por exmiembros de la Fuerza Pública, ha implementado un tenebroso plan para asesinarla con la utilización de sofisticada tecnología de punta. Uno de los individuos comprometidos en los planes ya le ha contado a la Prensa los detalles incluidos para lograr el magnicidio promovido por Hernando Medina, un exoficial del Ejército, autor de la muerte de Manuel Cepeda, quien ha recibido financiación de militares retirados de alto rango, empeñados en la eliminación de la Legisladora.
Pero lo más casual de tod estos es que hoy, el señor Juan C. Pinzón, hijo de un General de la Republica, actual Ministro de Defensa, ha pedido que se judicialice a Piedad por el solo hecho de haber ido hasta Miranda, Cáuca, con el fin de dar su apoyo/solidaridad a los indigenas y campesinos víctimas de la guerra y el militarismo de atropello que promueve el señor Santos y su incompetente y mediocre Ministro, en la región caucana, al que muchos senadores y políticos piden sea destituido por su abierta ignorancia en asuntos militares y de orden publico.
Estos tres jinetes del odio quieren ver a la dirigente muerta, inhabilitada, encarcelada, marginada, ignorada y desconocida por la sencilla razón de que se convirtió en la fuerza de los pobres, de los indigenas, de los campesinos, de los obreros y de millones de colombianos que piden a gritos paz, justicia y equidad para la nación. En el dolor de cabeza de las poderosas oligarquías dominantes.
Pero, estan muy equivocados. Estos demonios no pasaran. Sus procedimientos son propios de los cobarde, como aquellos que asesinaron al Che Guevara en Bolivia. Piedad no tiene reversa. Esta hecha del mejor y superior material humano y tendrán que padecer su voz, sus denuncias y su heroica lucha por transformar de raíz esta Nación.
Hay que brindar toda la solidaridad y apoyo a Piedad Córdoba, que es nuestra hermana en la lucha por una nueva Colombia, por una Colombia que se puso en Marcha Patriótica para alcanzar la segunda y definitiva independencia.
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