domingo, 25 de noviembre de 2012

#PrimaveraDominicana - CONDENAS A LEONEL Y CÍA…

 La cárcel del pueblo.


                      Por Narciso Isa Conde


Comenzaron los juicios populares a Leonel y a su corporación protegida
por Danilo.

El valor de los mismos dentro de esta primavera juvenil reside en que
expresan  una enorme desconfianza popular en el sistema judicial
derivado de la Constitución vigente y atado a una dictadura
institucionalizada pintada de morado.

Eso es válido para todos los poderes del Estado en fase de putrefacción.

 La sociedad se las ingeniado para crear tribunales paralelos a los
existentes, capaces condenar simbólicamente a los ladrones impunes,
estafadores y traficantes de influencias que nos han gobernado. Y esas
condenas simbólicas tienen mas fuerza que la impunidad derivada de una
legalidad falsificada y una institucionalidad impuesta.

En los juicios populares realizados en la Capital (Parque La Lira) y
en San Francisco de Macorís (Parque Duarte)  repuntó la perspectiva de
la derrota política de Leonel y sus Ladroneles, la cual de paso
arrastra a Danilo como autor del “paquetazo” encubridor y de la
obstrucción de la acción de justicia a través de su Procurador
subalterno, Domínguez Brito.

Solo que este es  el principio de un final posible y deseable, que
precisa salirle al paso  a algunos desvíos que se han expresado
persistentemente en el periodo post-electoral y que en el juicio
popular escenificado en el Parque La Lira intentó resurgir a manera de
propuesta formulada por el politólogo pro-perredeísta Pedro Catrain,
en la que se le plantea a los movimientos políticos- sociales en lucha
aliarse al PRD y a otros partidos electorales para asumir una política
frente a la crisis.

En verdad eso estuvo de más y es una manera de manipular una
convocatoria atractiva,  que tiene en su centro enjuiciar a Leonel y a
su régimen político.  Y no es democrático montarse sobre ella para
lanzar desde arriba esa idea sin posibilidad de debate, favoreciendo
otra cara del régimen en descomposición.

La gente fue allí a otra cosa: a reclamar cárcel para Leonel y CIA y
a contribuir a derribar los obstáculos que este régimen le interpone a
los anhelos de justicia, no a que le propongan desnaturalizar esta
hermosa primavera de la democracia de calle y las fuerzas
potencialmente transformadoras.

No se trata de impedirle a nadie que asista a las protestas. Incluso
es válido estimular a que las bases y sectores disidentes de los
partidos del sistema se indignen y participen en ellas.

Pero cuidemos al movimiento político-social emergente, su diversidad e
independencia actual, de los pactos de cúpulas con una u otra de las
facciones de la partidocracia corrompida y neoliberal, siempre
comprometidas con propuestas carentes de sentido alternativo y de
contenido transformador.

Pongamos las miras en desarticular y superar la dictadura
institucionalizada a través de una Constituyente Popular creada en el
proceso de crecimiento de esta democracia de calle con la juventud al
frente.

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