miércoles, 3 de abril de 2013

Corea del Norte: víctima acusada de victimario


Corea Sur fanaticos
Fanaticos proamericanos del Sur rompen una bandera del Norte.
HERNÁN MENA CIFUENTES / AVN – Soplan vientos de guerra nuclear en la península coreana y según la prensa mercenaria del Imperio que le ha hecho creer al mundo su mentira, de llegarse a desatar esa locura, la culpa sería de la República Popular de Corea del Norte.
Desde hace más de medio siglo ocultan esos medios, que el gobierno de Pyonyang ha sido y sigue siendo víctima del chantaje nuclear de EEUU que no solo amenaza con destruir al país comunista, sino que además ha desencadenado   una conjura que lo hace aparecer como belicista, cuando lo único que ha hecho y sigue haciendo, es defenderse de esas diabólicas maniobras.
Lo hace con dignidad y sabiduría, contraatacando con éxito  a la  brutal agresión planificada en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio, y ejecutada por los medios, soldados bien pagados de la Guerra de Cuarta Generación que  ha derrocado a otros gobiernos y destruido países, como Irak, Afganistán y Libia, en el marco de su criminal proyecto de dominación mundial.
Todo comenzó a partir de 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU se erigió como el único gran imperio del planeta tras la decadencia y desaparición de los viejos imperios europeos de Inglaterra y Francia y para entonces exclusivo dueño del arma nuclear usada por primera vez en Hiroshima y Nagasaky y luego utilizada como chantaje para intimidar al mundo.
Apenas habían transcurrido cinco años cuando, soberbio y prepotente, se lanzó a la aventura bélica de Corea, atacando a un país tercermundista al que  creyó equivocadamente que vencería  fácilmente basado en su inmenso poderío militar, como había vencido hasta entonces a todos los pueblos a los que le había declarado la guerra.
Porque que EEUU desde su mismo origen vive de la guerra, que empezó lanzando contra el pueblo originario que vivía en lo que hoy es su territorio, exterminándolo en su demencial afán de conquista.
Poco después se abalanzó sobre México, para robarle más de la mitad de su territorio, luego sobre las islas del Caribe y la tierra firme de Centroamérica y avanzar en dirección al Sur para apoderarse de otras naciones.
Y es que solo así, haciendo guerras y conquistando pueblos débiles puede sobrevivir el sistema que lo rige, el codicioso  Capitalismo Salvaje. Porque, jamás se ha visto que  agreda a una gran potencia sino que ataca naciones militarmente débiles olvidando que tienen un arma de la cual él carece, la dignidad, capaz de vencer al poder más fuerte.
Corea del Norte víctima de la mentira que lo acusa de victimario
Caracas, Abr. 2 AVN (         Por Hernán Mena Cifuentes) Soplan vientos de guerra nuclear en la península coreana y según la prensa mercenaria del Imperio que le ha hecho creer al mundo su mentira, de llegarse a desatar esa locura, la culpa sería de la República Popular de Corea del Norte.
Desde hace más de medio siglo ocultan esos medios, que el gobierno de Pyonyang ha sido y sigue siendo víctima del chantaje nuclear de EEUU que no solo amenaza con destruir al país comunista, sino que además ha desencadenado   una conjura que lo hace aparecer como belicista, cuando lo único que ha hecho y sigue haciendo, es defenderse de esas diabólicas maniobras.
Lo hace con dignidad y sabiduría, contraatacando con éxito  a la  brutal agresión planificada en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio, y ejecutada por los medios, soldados bien pagados de la Guerra de Cuarta Generación que  ha derrocado a otros gobiernos y destruido países, como Irak, Afganistán y Libia, en el marco de su criminal proyecto de dominación mundial.
Todo comenzó a partir de 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU se erigió como el único gran imperio del planeta tras la decadencia y desaparición de los viejos imperios europeos de Inglaterra y Francia y para entonces exclusivo dueño del arma nuclear usada por primera vez en Hiroshima y Nagasaky y luego utilizada como chantaje para intimidar al mundo.
Apenas habían transcurrido cinco años cuando, soberbio y prepotente, se lanzó a la aventura bélica de Corea, atacando a un país tercermundista al que  creyó equivocadamente que vencería  fácilmente basado en su inmenso poderío militar, como había vencido hasta entonces a todos los pueblos a los que le había declarado la guerra.
Porque que EEUU desde su mismo origen vive de la guerra, que empezó lanzando contra el pueblo originario que vivía en lo que hoy es su territorio, exterminándolo en su demencial afán de conquista.
Poco después se abalanzó sobre México, para robarle más de la mitad de su territorio, luego sobre las islas del Caribe y la tierra firme de Centroamérica y avanzar en dirección al Sur para apoderarse de otras naciones.
Y es que solo así, haciendo guerras y conquistando pueblos débiles puede sobrevivir el sistema que lo rige, el codicioso  Capitalismo Salvaje. Porque, jamás se ha visto que  agreda a una gran potencia sino que ataca naciones militarmente débiles olvidando que tienen un arma de la cual él carece, la dignidad, capaz de vencer al poder más fuerte.
Y eso le ocurrió a EEUU en Corea, donde sufrió la primera gran derrota militar del Siglo XX, vencido por un pueblo digno que con la ayuda del hermano pueblo chino le causó grandes bajas a su ejército y las tropas de sus aliados de la ONU.
Y es que, mediante una grotesca maniobra diplomática del Imperio la organización mundial se convirtió en su cómplice, como lo haría igualmente décadas más tarde en Afganistán y Libia, aprobando una Resolución que autorizaba  el envío de tropas de una veintena de países tradicionales lacayos de EEUU, a luchar contra Corea del Norte.
Y en medio de aquel descalabro militar de la Superpotencia, el general Douglas McArtur, comandante de aquel derrotado ejército multinacional, profirió la primera de la serie de constantes amenazas de destrucción nuclear que desde entonces y hasta el presente, el imperio yanqui  viene lanzando contra Corea del Norte.
Pretendía el jefe militar que EEUU, para evitar la inevitable derrota, lanzara un artefacto nuclear contra Pyonyang, o contra las tropas chino-norcoreanas, pero Harry Truman el genocida de Hiroshima y Nagasaky, no estaba dispuesto a enfrentarse a un gigante y rechazó la demencial idea, destituyendo del cargo a Mc Arthur.
Y es que China no era el Japón al borde de la rendición que en agosto de 1945 fue víctima del primer bombardeo nuclear de la historia, sino una potencia que emergía triunfalmente luego de siglos de dominación por parte de imperios que  explotaron sus vastos recursos y asesinaron a millones de sus hijos.
Fue así como se marcharon de Corea, humillados y vencidos, el ejército imperial y sus vasallos, pero implacable y rencoroso juró vengarse de aquella histórica derrota.
Fue entonces cuando reanudó con mas fuerza que antes la  amenaza lanzada por Mc Arthur  contra Corea del Norte, esta vez proferida por algunos de sus mandatarios, de quienes el Premio Nobel de Literatura, José Saramago dijo: “Me pregunto, como EEUU, un país en todo grande, ha tenido, tantas veces presidentes tan pequeños”…
El  primero de ellos en amenazar con el arma nuclear a Corea del Norte fue  el verdugo y guerrerista Ronald Reagan, el invasor de la pequeña Granada, de la Nicaragua de Sandino con su ejército de mercenarios, los llamados  “Contras.”
Le siguió George W. Bush, “El Nerón del Siglo XXI”, el invasor de Irak y Afganistán, a quien Saramago acusó de “expulsar la verdad del mundo, para, en su lugar, hacer fructificar la Edad de la Mentira.”
Y esa edad de falacias es la que ha prevalecido en el tratamiento dado a las informaciones y opiniones relacionadas con Corea del Norte, en el contexto de esa avalancha de mentira que EEUU ha desencadenado contra el país comunista.
Lo presento a través de los medios mercenarios como un país belicista una nación a la que había  que aniquilar, de ser necesario, mediante el uso del arma nuclear, como lo propuesto por los mandatarios yanquis.
Ante esa disyuntiva de vida y muerte, a Pyonyang no le quedó más opción que igualar en fuerza a quien pretendía destruirlo aprovechando su debilidad militar tan evidente frente al poder del coloso imperial poseedor de un arsenal de miles de ojivas nucleares.
Y casi secretamente, sus científicos, para asombro y estupor de Washington y sus aliados crearon en sus laboratorios  y luego probaron en un túnel de varios centenares de metros bajo tierra, la primera bomba atómica norcoreana.
Ahora estaban mano a mano, ya no podían el imperio y sus secuaces, seguir amenazando  a la nación con el terror nuclear de siempre, poseía por fin el arma disuasiva capaz de dar una respuesta efectiva  a su obsceno  chantaje de décadas.
El mismo acto descarado de cinismo desatado a lo largo de sesenta años, y  que en las últimas semanas ha alcanzado su nivel más alto y peligroso, cuando en una nueva estrategia  de provocación EEUU y Corea del Sur han iniciado unas maniobras militares aeronavales frente a las costas de Corea del Norte.
El gobierno de Pyonyang respondió ante ese acto provocador mediante un enérgico comunicado advirtiendo del peligro que ello significa  para su soberanía e integridad territorial,  cuyo texto fue alterado por los medios asalariados del Imperio, presentándolo como un virtual  Acto de Guerra.
Ante el reclamo por parte de Pyonyang vinieron las excusas, aduciendo que se trató  de un lamentable error de traducción, pero para  el caso, el daño ya estaba hecho. La mentira, se había impuesto una vez más a la verdad en perjuicio de Corea del Norte. “La mentira circula impunemente por todas partes, se ha convertido en una especie de otra verdad”, tal como afirmó Saramago en aquella oportunidad.
Y para darle mas credibilidad a esa burda falacia, EEUU y Corea del Sur han anunciado que prolongarán mas allá de lo inicialmente programado, las maniobras militares frente a las costas de Corea del Norte.
Para colmo de la provocación desatada, Washington ha enviado además de un submarino nuclear y  bombarderos B-52, los letales B-2, letales aeronaves supersónicas invisibles al radar,   portadoras misiles nucleares en una irracional acción provocadora  que amenaza con llegar al desencadenamiento de la temida guerra.
Solo la serenidad y el deseo de que la paz prevalezca sobre la guerra podría frenar esa espiral de demenciales juegos bélicos que en estos momentos tienen lugar en aguas próximas al territorio norcoreano.
Y es en el marco de esa dramática situación que  Nicolás Maduro, heredero del legado que a favor de la paz y rechazo a la guerra, dejado por el Comandante Chávez, líder de la Revolución Bolivariana y la integración Latinoamericana y Caribeña, emitió a través de la Cancillería el sábado pasado un Comunicado en el que hace un llamado a la serenidad entre las partes en conflicto, cuyo texto es el siguiente:
“El Presidente Nicolás Maduro, en nombre del Gobierno Bolivariano
y del Pueblo Venezolano, hace votos por la paz en la Península Coreana, y llama categóricamente a menguar las declaraciones y acciones militaristas que podrían llevar a ambas naciones a un nuevo conflicto bélico.
Asimismo, el Gobierno Bolivariano de Venezuela, expresa su profunda preocupación por la realización continua de ejercicios y pruebas militares que solo contribuyen al incremento de las tensiones.
El Gobierno Bolivariano de la República Bolivariana de Venezuela reitera los lazos de amistad con ambas naciones, y reafirma su compromiso con todos los esfuerzos que permitan lograr una solución pacífica al conflicto.
Caracas, 30 de marzo de 2013
Un hermoso testimonio del amor por la paz que anidó en el alma y corazón de ese gigante llamado Hugo Chávez quien dedico su vida y su obra a la construcción de un  Mundo posible.
De la Utopía que sueñan hacer realidad los pueblos que han padecido la tragedia de las guerras de conquista del Imperio que han dejado solo violencia, muerte y destrucción a su paso por el planeta en los dos últimos siglos.
De ese futuro promisorio  que la Humanidad  solo podrá alcanzar cuando fenezca el Capitalismo y su modelo neoliberal que para poder sobrevivir debe hacer la guerra como la que hoy pretende desatar contra Corea del Norte, demonizada por la prensa mercenaria.
Esa dictadura mediática que hace de la falacia  su arma favorita: la mentira -que Saramago  dijo- circula impunemente por todas partes, se ha convertido en una especie de otra verdad”, cuando  está en manos de esa servil e incondicional aliada del Imperio, a la que solo podrán vencer los pueblos si se unen como lo proclamó Bolívar.
Como lo hizo  Chávez, el profeta quien de Cumbre en Cumbre llevó su mensaje de unidad, de amor y paz a todos los pueblos del Tercer Mundo.

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