Para hacer frente al ascenso de este peligro. Solo los trabajadores, bien unidos y luchando consciente y colectivamente pueden representar una fuerza que suponga una esperanza para el conjunto de las capas populares
Unos matones de extrema derecha golpearon hasta la muerte, el día 6 en París, al joven militante de izquierda Clément Méric, de 18 años.
Hace varios meses ya que, aprovechando las manifestaciones contra el matrimonio homosexual, la extrema derecha saca pecho y está envalentonada. Aunque el Frente Nacional condena esta violencia, unos y otros comparten las mismas ideas. Su objetivo, es una dictadura antiobrera, donde los gitanos, los sin papeles, los sindicalistas, los militante de izquierda y de extrema izquierda, los homosexuales, serían perseguidos y reprimidos. La derecha, de donde provienen muchos dirigentes de este movimiento, está totalmente dispuesta a pactar.
Los skinheads como los que han asesinado al joven militante de izquierda son bárbaros. De momento, no constituyen tropas de choque contra el movimiento obrero, pero sería una ingenuidad no preparar a los trabajadores, a los militante de izquierda más conscientes a las lucha políticas contra la extrema derecha que el desarrollo de la crisis puede engendrar.
Para hacer frente al ascenso de este peligro, no hay nada que esperar de un gobierno de izquierda, sea el que sea, sea su presidente o su Primer ministro. Será tan impotente ante la extrema derecha como lo es ante la política patronal. Solo los trabajadores, bien unidos y luchando consciente y colectivamente para imponer medidas de sobrevivencia, pueden representar una fuerza que suponga una esperanza para el conjunto de las capas populares. Y solo esta fuerza será capaz de barrer el peligro de la extrema derecha. Contribuir a que estas ideas se refuercen en la clase obrera y las clases populares es una tarea urgente.
Lutte Ouvrière se une a todas las protestas contra este asesinato.
Nathalie Arthaud
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