viernes, 13 de diciembre de 2013

EEUU y la Guerra contra América Latina: VENEZUELA

maduro-militares-chavez
DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA- Ante el descalabro en el Medio Oriente, los círculos de poder en EE.UU están necesitados de una “victoria fácil” que les permita coger un aire y relanzar su hegemónico proyecto del “Nuevo Siglo Americano”. Para ello han escogido a América Latina como blanco, teniendo en cuenta la cercanía y el conocimiento que tienen de la región. Su campaña no está comenzando ahora, lleva ya mucho tiempo desarrollándose en la sombra, aunque hay cosas visibles que muestran cuales son los objetivos.
Pretendemos, en aras de personalizar el análisis hacerlo por países que están en la mira de Washington. La Venezuela de hoy no es por gusto uno de los principales objetivos. Sus recursos naturales, ubicación estratégica y proyecto social son sin dudas los tres principales factores que hacen de este país un objetivo prioritario para los ideólogos del “Eje de la Guerra” y un blanco apetecido por las altas esferas de poder en EE.UU.
En estas circunstancias la Guerra Psicológico-Informativa es la herramienta fundamental para el logro de sus objetivos. Para ello la NSA  y el aparato de Guerra Psicológica del Ejército norteamericano radicado en Fort Bragg Carolina del Norte, se han preparado concienzudamente utilizando el enorme potencial financiero que poseen y la posibilidad de emplear las capacidades humanas y científicas que el país ha desarrollado, con sus ramificaciones en la región.
Recientemente una destacada antropóloga Adrienne Pine quien es Profesora asistente de la Universidad de Antropología Americana en Washington, ha denunciado como el Ejército norteamericano y muy especialmente el Comando Sur(SOUTHCOM, por sus siglas en inglés, que representa el brazo del pentágono en América Latina y el encargado de todas las bases norteamericanas en la región) están empleando, con el objetivo de legitimar la ocupación militar norteamericana en los países latinoamericanos, los conceptos antropológicos por intermedio de las academia y científicos norteamericanos, que les permite encubrir las acciones bélicas para defender los intereses de las  transnacionales en la región.
Este tipo de “colaboración” se ha venido haciendo en diferentes épocas y un ejemplo de ello fue el Proyecto Camelot, desarrollado por los años 60 y que planteó el empleo de las ciencias sociales para la realización de operaciones de contrainsurgencia (que incluían operaciones psicológicas).
De lo que ahora se trata es de la alianza creada por el Comando Sur con la FIU (Universidad de la Florida) para desarrollar un proyecto llamado “Cultura Estratégica” en el que está involucrado el Centro de Investigaciones Aplicadas de dicha Universidad y que tiene como objetivo estudiar las características culturales y de comportamiento en los países latinoamericanos para emplear las técnicas necesarias que permitan manipular los procesos políticos y sociales que se desarrollan en el subcontinente.
Aunque, tanto las descripciones, como el supuesto contenido de los talleres desarrollados al respecto parecen tener un carácter eminentemente académico, si se lee entre líneas es obvia la función que a estos estudios se les quiere dar: “emplearlos para la propaganda estratégica que permita la conformación de una ideología hegemónica favorable para los intereses militares y económicos norteamericanos“.
Según sus autores el proyecto actual consiste en un programa de investigación en ciencias sociales que:  (1) se centra en el desarrollo de un marco analítico estándar para identificar y evaluar la cultura estratégica y el comportamiento de los países de América Latina, y (2) analiza el impacto regional del Islam y de los musulmanes en América Latina.
Obsérvese como se pretende asociar, característico de la propaganda estadounidense cuando pretende justificar sus acciones, a las políticas de ciertos países latinoamericanos con la imagen fetichista que los centros de Guerra Psicológico-informativa en EE.UU han creado sobre el Islam y los musulmanes.
Es sintomático como, cuando se analizan estos documentos, salta a la vista de qué forma se organizan las líneas de acción de los intereses oligárquicos de cada país con los conceptos y preposiciones que en estos instrumentos se describen.
Debemos considerar que el orden de elaboración de estos “informes” por la Universidad Internacional de Florida en Miami (FIU) en coordinación con el Comando Sur, responde a las necesidades de este, que no significa exactamente un orden de prioridades, sino más bien un plan de acción.
Informes terminados por la FIU sobre cultura estratégica
Informe terminado 1– Venezuela (Junio 2009)
Informe terminado 2 – Cuba (Agosto 2009)
Informe terminado 3 – Haití (Septiembre 2009)
Informe terminado 4 – Colombia (Octubre 2009)
Informe terminado 5 – Brasil (Noviembre 2009)
Informe terminado 6 – Ecuador (Enero 2010)
Informe terminado 7 – Nicaragua (Febrero 2010)
Informe terminado 8 – Bolivia (Marzo 2010)
Informe terminado 9 – Argentina (Abril 2010)
Informe terminado 10 – Chile (Abril 2010)
Informe terminado 11 – Guatemala (Junio 2010)
Informe terminado 12 – Perú (Agosto 2010)
Informe terminado 13 – El Salvador (Septiembre 2010)
Informe terminado 14 – Republica dominicana (Diciembre 2010)
Informe terminado 15 – Paraguay (Diciembre 2010)
Informe terminado 16 – Honduras (Diciembre 2010)
Informe terminado 17 – Panamá (Junio 2011)
Informe terminado 18 – Costa Rica (Julio 2011)
Informe terminado 19 – Jamaica (Agosto 2011)
Informe terminado 20 – Trinidad & Tobago (Septiembre 2011)
Informe terminado 21 – Belice (Octubre 2011)
Informe terminado 22 – Uruguay (Noviembre 2011)
Informe terminado 23 – Guyana (Noviembre 2011)
Informe terminado 24 – Surinam (Diciembre 2011)
El Caso Venezuela.
Si analizamos el resumen que sobre Venezuela elaboró el grupo de trabajo de la FIU podríamos entender cuáles son los verdaderos objetivos de estas investigaciones y cual mensaje envían.
Lo primero que salta a la vista de este estudio es que de antemano los “resultados” ya estaban “garantizados”. Son tan evidentes las contradicciones y las conclusiones forzadas que cuesta trabajo pensar que en realidad hubo un análisis académico que permitiera conocer la realidad de la Cultura Estratégica de Venezuela en la actualidad.
Pero no nos llamemos a engaño, en este “informe” se delinean con claridad las líneas estratégicas de la Guerra Psicológico-Informativa que se desarrolla en la actualidad contra Venezuela. Profundicemos en el análisis.
Para comenzar creo necesario encuadrar al elenco de “relevantes personalidades” que participaron en la “investigación académica”. Aunque el informe anuncia que el estudio fue elaborado por especialistas de la FIU y se buscaron fuentes de información alternativas, la realidad es que no hubo tal búsqueda de información y todas las fuentes son tendenciosas y parcializadas, conllevando esto a un resultado parcializado y fanatizado, que solo pretende establecer líneas de posicionamiento psicológico que admitan restablecer el control que EE.UU tenía sobre el país y generar un plan de acción del Comando Sur.
Dr. Harold Trinkunas.-  Profesor Asociado y Director del Departamento de
Asuntos de Seguridad Nacional en la Escuela Naval de Posgrado en Monterey, California. Su línea de investigación fundamental ha estado centrada en política latinoamericana y especialmente en como los militares de la región deben controlar y defender los intereses oligárquicos y transnacionales. Igualmente se ha dedicado a investigar como los movimientos defensores de los movimientos progresistas y nacionalistas reciben y adquieren el financiamiento, ya que es de la opinión que estos no pueden tener éxito si no adquieren fondos para sus actividades. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Por qué Los políticos Ignorar la Política de Defensa en América Latina “(Latin American Research Review 42.3, 2007); elaboración de control civil de los militares en Venezuela (Universidad de North Carolina Press, 2005); Financiación del terrorismo y Las respuestas del Estado (Stanford University Press, 2007); La Reforma de la política global de Defensa (Palgrave MacMillan, 2008); entre otros. Ha participado en observaciones electorales con el Centro Carter, donde los mecanismos estadounidenses pretenden validar las elecciones que responden a sus intereses globales.
Brian Fonseca (brian.fonseca@fiu.edu).- Analista de Alta Política y Seguridad. Su perfil académico se relaciona con las Relaciones Internacionales y los Negocios, en específico en estudios latinoamericanos y chinos. Es graduado entre otros lugares de la tristemente célebre “Escuela de las Américas”. Es autor de varios informes para el Comando Sur, por lo que esta imbricado en la línea de intereses del ente militar y ha abordado temas tales como: Perspectiva energética de Brasil; Relaciones Irán- América Latina; Relaciones Emergentes China- América Latina; Identificación de “oportunidades” US-Cuba. En todos los casos  sus evaluaciones tienden a valorar un posible peligro de la hegemonía norteamericana en la región y como conservarla. Fue un ente activo en el último conciliábulo desarrollado en Miami sobre como derrocar a la revolución cubana. Ha supervisado, como investigador principal, las ediciones del Ejército de EE.UU. 2007, 2008 y 2009 de la serie Seguridad del Hemisferio Occidental, por lo que está identificado con la línea del cuerpo armado. Sirvió en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos a partir de 1997-2004 y facilitó la formación de varias fuerzas militares extranjeras en teatros de ocupación y durante operaciones de intervención militar.
Dr. Ralph Clem, Major General, USAF, (Ret.). - Ralph S. Clem es profesor de Relaciones Internacionales y Director del Centro de Estudios Comparativos sobre la Delincuencia en la Universidad Internacional de Florida, Miami. Recibió el doctorado Licenciado en Estudios Soviéticos de Geografía y de la Universidad de Columbia en 1975. Dr. Clem es autor, coautor o editor de varios libros y numerosos artículos académicos y ponencias sobre el problema de las nacionalidades soviéticas y las tendencias demográficas de la ex – URSS. Ha participado en disimiles investigaciones y trabajos encaminados a el estudio de las características demográficas, geográficas, culturales, económicas y sociales de los países de la antigua URSS, para desestabilizar el sistema imperante. Es miembro de los tanques pensantes en el bloque antisoviético y ahora anti ruso.
Dr. Marvin Astrada (marvin.astrada@fiu.edu).-  Es un investigador científico del Centro de Investigación Aplicada de la FIU. Es el responsable de la investigación, y el contenido de la política intelectual, metodológica del FIU-ARC/US Proyecto Cultura Estratégica – SOUTHCOM. Posee varias publicaciones entre la que se encuentra American Power Después del 9/11, publicado por Palgrave-Macmillan Press (abril de 2010), en el cual hace una apología de la importancia del Poder militar y económico de los EE.UU con relación al resto del mundo. Recientemente obtuvo un presupuesto de $ 25.000, supuestamente de la “Florida International University Fellowship” para financiar su investigación sobre la política exterior y la seguridad global de EE.UU.
Moisés Caballero (moises.caballero@fiu.edu).-  Moisés Caballero se graduó de la Universidad Internacional de la Florida con una licenciatura en Ciencias Políticas con una segunda especialización en Relaciones Internacionales. Es considerado un cubanólogo y participa activamente en los esfuerzos de la comunidad miamense por derrocar al actual Gobierno en la Isla. Reniega de su ascendencia y sirvió en la Infantería de Marina de la Reserva de Estados Unidos 1985-1991. Ha realizado numerosos cursos de la industria de servicios financieros y ha sido un líder en banca minorista influyente en mercados emergentes de desarrollo, mercados de empresas y consumidores hispanos.
Evaluación
Ante todo debemos destacar que todos los miembros de este grupo de investigación de la FIU están vinculados a las instituciones militares de EE.UU, de una forma u otra, recibiendo como es lógico jugosas sumas de dinero que compensan su actividad académica.
Por otro lado se destaca que en varios de los casos su conocimiento sobre actividad financiera delata por qué fueron escogidos. Para los tanques pensantes en EE.UU el peligro de Venezuela esta fundamentalmente en que tiene recursos financieros y ellos están convencidos, según su filosofía, de que sin estos no es posible que ningún movimiento, organización o país puede hacerle resistencia a la presión de sus instituciones de desestabilización.
Pero leamos entre líneas que proponen los “académicos” de la FIU.
Para comenzar se denota la intención de mostrar al gobierno del Presidente Chávez como agresivo, que tiene la intención de agredir a otros países, incluyendo a EE.UU. Para ello se hace hincapié en que los venezolanos no están interesados en un enfrentamiento con los EE.UU.
Es precisamente en esta aseveración donde está la primera manipulación de la realidad venezolana. No es el Gobierno Bolivariano de Venezuela, ahora dirigido por Nicolás Maduro,  quien intenta derrocar al Gobierno de EE.UU, sino el Gobierno de este país quien hace todos los esfuerzos, encubiertos y no tan encubiertos, por derrocar al Gobierno venezolano.
Por otro lado reconoce y de alguna forma recomienda utilizar, la dependencia tecnológica que tiene Venezuela “sobre todo en el área militar”, que no le permite emplear sus fuerzas para resolver problemas internacionales. O sea, por un lado está estableciendo que las llamadas ayudas militares que EE.UU organiza en AL, tienen como objetivo evitar que sus gobiernos la puedan utilizar en función de sus intereses. El chantaje tecnológico funcionaría si no responde a los intereses de EE.UU.
Recordemos la negación de las empresas estadounidenses a proporcionar repuestos para los aviones de fabricación norteamericana que poseen la Fuerza Aérea venezolana.
De aquí podemos concluir que la enorme campaña por desacreditar la compra de armas rusas por parte del Gobierno Bolivariano, tiene como objetivo garantizar la prolongación de ese “chantaje tecnológico” que ahora no es tan evidente.
Después definen lo que ellos llaman “los guardianes de la Cultura Estratégica en Venezuela”, evidenciándose el enfoque elitista de los “investigadores” escogidos.
Para ellos las Fuerzas Armadas; el Sector Petrolero y los Partidos Tradicionales que desgobernaron durante años el país, son los guardianes de esta llamada “Cultura”. El PUEBLO venezolano, no cuenta.
Deslizan la tesis de que estas fuerzas son las que garantizan la estabilidad interna en Venezuela, dejando entrever que sin ellas no habrá forma de estabilizar al país. Claro que no pueden del todo desconocer la actividad depredadora que los oligarcas en Venezuela desarrollaron con los recursos que pertenecían al pueblo venezolano. Para ello tratan de edulcorarla diciendo que “…hubo desacuerdo sobre la mejor manera de sacar provecho de las rentas del petróleo, todos apoyaron las reglas del juego internacionales y trabajaron dentro del sistema para lograr cambios positivos”.
O sea, que la orgia de robos descarados por parte de la oligarquía venezolana para ver quien se llevaba más de la renta petrolera, eran meros desacuerdos y las reglas establecidas por EE.UU para desfalcar el patrimonio venezolano por las transnacionales norteamericanas, eran parte de las “reglas internacionales”.
Solo no queda claro para el lector impenitente, que “trabajo” hicieron, para lograr cuales “cambios positivos”.
El problema es que para el Comando Sur, defensor de los intereses de las transnacionales norteamericanas en el continente americano, el “trabajo” para cambiar las “reglas del juego” establecidas por EE.UU y producir los “cambios” necesarios para que la renta petrolera de Venezuela no se dilapide en cuentas personales y llegue por ende a todo el pueblo venezolano y no solo a las “élites”, es la “Cultura Estratégica” que no desean se implante en Venezuela.
De aquí sale la campaña por tratar de desacreditar los cambios producidos por el Gobierno Bolivariano con el objetivo de restablecer los intereses oligárquicos y transnacionales en Venezuela.
Posteriormente se lamentan los académicos de que “sus” guardianes elitistas ya no significan una preocupación para el Gobierno establecido y escogido por los venezolanos y que han sido desmantelados por este gobierno y que por lo tanto no pueden ejercer su “poder verificador”- como si los ladrones pudieran “verificar” a los jueces – para después cuestionar el carácter antimperialista y anti neoliberal de Chávez, enfocándolo como una aberración ideológica y no fundamentada.
Quisiera detenerme un momento en este punto para señalar que en todo el “estudio” se evidencia la intención de mostrar a un Chávez aislado del pueblo, como un caudillo solitario y no representativo de la voluntad popular, a pesar de las múltiples demostraciones de apoyo que su gestión ha generado en este pueblo.
Igualmente se repite con frecuencia manipuladora el uso de calificativos peyorativos como: régimen, confrontación, administración de Chávez y otros que pretenden distorsionar la imagen del Gobierno Bolivariano.
No deja de incluirse el uso de la mentira como arma de Guerra Psicológica cuando se asevera que: “La cultura estratégica a nivel de masas, como se refleja en las encuestas de opinión pública, ha cambiado poco durante el régimen de Chávez a pesar de un esfuerzo concertado para ganar seguidores de la ideología del régimen”.
Es evidente que sin mostrar evidencias concretas se trata de presentar al pueblo venezolano como ajeno el Gobierno venezolano. En realidad no sabemos a qué encuestas tuvieron acceso los renombrados académicos de la FIU, pero no se necesita de un presupuesto millonario para acceder a las más importantes encuestas que se han hecho en Venezuela durante el Gobierno Venezolano: los procesos eleccionarios y revocatorios. En ellas no hay que ser experto para percatarse del apoyo que las ideas y acciones del Gobierno encabezado por Hugo Chávez, han tenido en el país.
Por cierto durante la época en que gobernaban los “guardianes” de élite que tanto aprecian en Washington, nunca se hizo una verificación que permitiera a las “masas” en Venezuela opinar sobre lo que creía de sus gobiernos.
A continuación se proyecta la idea de Colombia como un “reto” para el gobierno bolivariano, cuando en realidad a nivel de pueblo los colombianos no son vistos en Venezuela como extraños, todo lo contrario, hay lazos muy fuertes que unen a ambos países.
Otra cosa es el Gobierno colombiano que ha jugado un papel de punta de lanza contra Venezuela y cualquier proceso verdaderamente popular en la región.
Si leemos con detenimiento la idea que se nos presenta, se evidencia que se trata de mostrar al Gobierno venezolano como interesado en generar un conflicto con Colombia, cuando en realidad está ocurriendo a la inversa, son los Gobiernos subordinados a EE.UU en ese país los interesados en generar situaciones de confrontación para así debilitar al gobierno Bolivariano. Esta es sin duda una línea estratégica de propaganda que se trata de manejar diariamente por los medios de difusión.
Seguidamente, el tratado sobre “Cultura Estratégica” venezolana, proyecta lo que quizás sea la línea fundamental de influencia psicológico-informativa sobre los estratos de la sociedad que componen la nación suramericana: el antiamericanismo, enfocado pero mal nombrado, como la actitud del pueblo de este país contra los EE.UU.
En realidad cuando se afirma en el “estudio” que “La cultura estratégica venezolana no tiene ningún elemento histórico de antiamericanismo (a diferencia de otros Estados del Caribe)”, se intenta con mucha habilidad equiparar, la actitud de las elites venezolanas que se engordaron en el pasado con las migajas que las transnacionales dejaban para los nativos y que representaban la minoría, con el pueblo, que representaba la gran mayoría y que vivía en una miseria extrema en un país de enormes riquezas. Era la Venezuela de aquella época el país que peor distribución de la riqueza tenía en el continente, con cifras de pobrezas dignas de las naciones más desfavorecidas del planeta.
Es interesante cómo se maneja en este caso el concepto de “Cultura” y se deja entrever el papel que la transculturación juega en el dominio que EE.UU pretende ejercer sobre los pueblos latinoamericanos.
Al acotar que “El público venezolano es un gran consumidor de productos culturales norteamericanos y en general favorece las buenas relaciones con Estados Unidos”, se pretende establecer una línea de trabajo muy importante para los estadounidenses donde la “cultura” y la dependencia del chicle, la Coca Cola, la música y las McDonald’s, permitan creer a los venezolanos que los norteamericanos son sus amigos y que ellos no pueden subsistir sin ellos, como si las arepas, el joropo y la chicha criolla pertenecieran a una subcultura en decadencia.
Claro que nada de esto es de gratis, pues a continuación se afirma que la orientación del gobierno “de Chávez” está dirigida contra los EE.UU y se contradice con lo que el pueblo venezolano piensa, como si las constantes agresiones de todo tipo y la animadversión de los gobernantes de EE.UU contra el proceso venezolano no existieran.
La desidia y las medias verdades como arma de Guerra psicológico-informativa no se hace esperar en el mencionado informe y esta viene combinada con la declarada intención de mostrar a un Chávez ambicioso y dominador cuando se expresa: “El rápido crecimiento del poder de Brasil es un desafío a las aspiraciones venezolanas de asumir un rol de liderazgo regional”. Es obvio que se pretende enfrentar a conocidos aliados y utilizar la imagen del gigante sudamericano como contraparte de Venezuela, cuando la intención del Gobierno bolivariano siempre ha sido la de unir, no contraponer.
Claro que a continuación tratan de establecer la posibilidad de “vender” una imagen “edulcorada” y “democratizada” de un Lula, que si bien se presentó como parte de la izquierda radical en algún momento, en la actualidad no pasa de ser un social demócrata reciclado, que no es del agrado de EE.UU, pero le sirve para contraponerlo al Gobernante Venezolano y su proceso.
Pensamos que si EE.UU no fue más “duro” con Lula y su Gobierno “popular”, fue porque lo necesitaba como contraparte en la nueva oleada de gobiernos verdaderamente izquierdistas en la región. Esto no demerita sin embargo el trabajo que hizo por fortalecer la unidad latinoamericana y la habilidad con que acepto compartir el liderazgo colectivo de la izquierda en la región.
Presentar al pueblo venezolano a un Chávez enfrentándose a Lula y Brasil es no solo una manipulación, sino y una canallada histórica que debe contrarrestarse con firmeza.
El próximo lineamiento de acción que se desliza en el estudio está relacionado con la necesidad de EE.UU de generar una crisis interna para que a su vez el Gobierno bolivariano no pueda dedicar esfuerzos al apoyo de la resistencia anti imperial y a la unidad latinoamericana.
Los constantes intentos de los oligarcas privados, alineados con EE.UU, de desabastecer el país y generar escaseces y malestar en el pueblo, apuntan a debilitar y cuestionar el papel que Venezuela juega en la cooperación de alianzas con otros países latinoamericanos que es presentada como “sospechosas de grandes cantidades de ayuda económica a otros países”. Como se puede observar se trata de generar falsas escaseces para a continuación contraponerla a supuestas erogaciones para resolver problemas en otros países.
Es casi diario el bombardeo informativo de los medios privados en Venezuela que machacan hasta la saciedad esta contraposición de ideas para instalar en la mente de los venezolanos la falsa percepción de un Gobierno que “mata de hambre” a su pueblo y “regala” los recursos a otros países.
Ya al final de la “investigación” se intenta establecer que el rumbo ideológico del Gobierno Bolivariano es confrontativo, estableciendo una supuesta contradicción con la Cultura Estratégica venezolana.
Es cierto que a los venezolanos no les interesa “guerrear” con nadie, como también no es menos cierto que el Gobierno venezolano ha intentado por todos los medios de encontrar un idioma de coexistencia común con los gobernantes estadounidenses, pero la prepotencia y mala fe de los inquilinos de la Casa Blanca no dejan opciones, o te enfrentas a ellos o te aplastan.
Pero la sutileza y la manipulación vienen de la mano en el último párrafo del informe, donde se afirma que el gobierno “Chavista” no ha tenido la capacidad de influir en las masas por lo que se considera vulnerable, asociándolo a que los venezolanos no quieren confrontación con otros países, para a continuación rematar “En la medida en que el régimen sigue dependiendo de las victorias electorales de legitimidad y poder, esta situación actúa como un freno a la política exterior del presidente Chávez”.
El objetivo se perfila con evidencia – Desgastemos al Gobierno Bolivariano en constantes procesos electorales y consultas, para que no pueda ejercer su deseado papel en el fortalecimiento de la Unidad Latinoamericana.
En sus conclusiones los “académicos” pagados por el Comando Sur y la FIU dejan claras las líneas a seguir, que traducidas al lenguaje de la Guerra Psicológico-informativa contra Venezuela son:
  • Generar una situación interna de desestabilización en Venezuela que no le permita a los gobernantes bolivarianos y sus instituciones jugar el papel que esta tiene en el contexto latinoamericano.
  • Abrir un abismo ideológico entre el carácter latinoamericanista de los gobernantes bolivarianos y la población del país, o por lo menos una parte de ella, generando en los medios matrices de opinión que reflejen este punto de vista.
  • Mostrar al Gobierno como confrontativo y ávido de entrar en un enfrentamiento militar con los vecinos e incluso, con EE.UU.
  • Presentar los compromisos internacionales de Venezuela, no como parte de los esfuerzos por forjar una unidad latinoamericana que ante todo beneficiara al propio país, sino como un hecho de entreguismo irracional que afecta la economía de los venezolanos.
  • Forzar supuestos enfrentamientos ya sea directamente con EE.UU, como con su aliado colombiano, para justificar la tendencia ideológica de la política exterior de la nación y de esta forma plantar la idea de una política equivocada.
  • Reconocer los éxitos de Chávez, pero solo asociarlos a su capacidad de supuestamente “liberarse” de los frenos y contrapesos (entiéndase partidos políticos tradicionales desprestigiados por su labor antinacional y corrupta y militares al servicio de la oligarquía y dispuestos a reprimir la disidencia para mantener el status quo) que representaban las fuerzas de la oposición.
  • Presentar a unas Fuerzas Armadas politizadas y a una PDVSA casi como un emporio ideológico, que se han convertido en entidades ajenas a la “Cultura Estratégica” venezolana. El falso concepto de apolitizar estas instituciones se manifiesta como arma de manipulación.
  • Asociar el proceso venezolano a un acto de caudillismo político, manejando cierta tendencia de políticos corruptos locales que mostraban esta forma de actuar y que por cierto nunca fueron “investigados” como lo está siendo el gobierno actual.
  • Al final descarga todo su arsenal de odio y prepotencia describiendo a Chávez y su gobierno como un “régimen”, “autoritarista”, “aventurero político” y “calculador”. Asociándolo a Irán para utilizar la imagen tergiversada de los dirigentes de este país.
No hay dudas de que los “investigadores” de la FIU escribieron lo que los mandos del Comando Sur querían oír y le entregaron un plan de acción para el derrocamiento del Gobierno Bolivariana.
¿La derrota en las actuales elecciones regionales es un desmentido de esta aseveración?
En lo absoluto, confirma que van por ese camino, solo que fueron por lana y salieron trasquilados. Los venezolanos no están con los brazos cruzados.

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