miércoles, 29 de enero de 2014

La Celac debería darle la membresía a Puerto Rico

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EMILIO MARIN / LA ARENA – Puerto Rico puede ser el socio número 34 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). La Segunda Cumbre definirá ese y otros asuntos en La Habana, entre martes y miércoles. Sería un golpe más al colonialismo y al imperialismo.
Para los argentinos con más conocimientos de historia es posible que la evocación de Puerto Rico los lleve transportados hasta 1898, cuando pertenecía a España pero fue ocupado militarmente por tropas de Estados Unidos. Para esta potencia continental la región latinoamericana sería su “patio trasero” y el mar Caribe era como un río interior suyo o como una pileta Pelopincho puesta en ese patio. Ocupó Puerto Rico y por la misma época hizo otro tanto con Cuba, más apremiada porque la lucha independentista recomenzada por José Martí, estaba ganando al viejo dominador español. En 1898 hubo dos intervenciones estadounidenses para apoderarse de lo que no era suyo; y al año siguiente otro manotazo, esta vez subyugando Filipinas. Cincuenta años antes el futuro imperio se había engullido la mitad de México.
Para los argentinos que peinan canas o ya no pueden peinar casi nada, Puerto Rico les puede remitir a noticias sobre el comando nacionalista boricua que en 1954 entró al Capitolio y disparó sus armas al techo para llamar la atención sobre la consumación del colonialismo. Entre 1950 y 1952 Washington había hecho aprobar una constitución a la medida de un vasallo etiquetado como “Estado Libre Asociado”.
Y ese comando independentista, integrado por Rafael Cancel Miranda, Irvin Flores Rodríguez, Andrés Figueroa Cordero y una mujer, Lolita Lebrón, produjo esa acción como una protesta contra el colonialismo, en el recinto donde se había decidido el triste destino del pueblo boricua: el Congreso. Los cuatro fueron a cárceles yanquis durante 25 años y así se inauguró una tendencia carcelera que aún perdura. El 29 de mayo de 2013 se cumplieron 32 años de cárcel de otro militante de Puerto Rico, al que mantuvieron 12 años en completo aislamiento. Oscar López Rivera, acusado de pertenecer a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, es sinónimo de las nuevas generaciones latinoamericanas de patriotismo, como lo fue el de Pedro Albizu Campos, abogado e historiador, el gran líder intelectual del Partido Nacional y la resistencia del siglo XX. Fue muy elogiado por Ernesto Che Guevara como un símbolo de la dignidad de los pueblos que luchan por su independencia (las menciones del Che fueron al comparecer en nombre de Cuba en 1964 ante la Asamblea General de Naciones Unidas). PAC Había sufrido persecución, cárceles varias y muchas torturas, incluso sometido a radiaciones, hasta que su vida se apagó en 1965.
Calle 13
Los argentinos más jóvenes o no tan afectos a la política y aspectos de la historia latinoamericana se pueden haber anoticiados de Puerto Rico por los recitales y declaraciones de los últimos años de René Pérez, de Calle 13. Residente y sus compañeros de banda han recorrido de arriba a abajo y de un costado a otro nuestra región, con sus recitales, abogando por numerosas causas populares. Las denuncias contra la sojización, Monsanto y la situación de los pueblos originarios de Formosa, por ejemplo, fueron motivo de sus manifestaciones en la Plaza de Mayo en diciembre de 2010. Y también, por supuesto, y con tanto mayor motivo, el músico hizo propaganda de la lucha anticolonialista y por la independencia de su país.
El cronista algo sabía sobre la isla aludida por Pablo Milanés con eso de que Cuba y Puerto Rico son de un mismo pájaro las dos alas (años más tarde supo que el poema era de una puertorriqueña, Lola Rodríguez de Tió: “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas; reciben flores y balas sobre el mismo corazón”). Hasta sus banderas nacionales son muy parecidas. La historia de su dominación a manos del mismo amo, también, según se mencionó.
Pero no sabía que Calle 13 había comenzado su carrera con un tema que compuso inmediatamente y en forma espontánea cuando el FBI asesinó en 2005 al militante revolucionario Filiberto Ojeda, del Ejército Popular Boricua. René grabó el mismo y lo envió a una radio, que lo difundió. Fue un boom en toda la isla. Si la fuente del cronista no exageró la data, allí empezó lo que hoy es un apreciado grupo artístico que combina dos elementos imprescindibles: forma y contenido, o ritmo y política, que vienen a ser más o menos lo mismo.
En sus recitales de Buenos Aires, Lima, Caracas, Montevideo y otras ciudades, Calle 13 pidió a la gente y a las respectivas autoridades que fueran más solidarias con Puerto Rico. Cuando en diciembre del 2011 se fundó la Celac en Venezuela y mucho más cuando en enero de 2013 se realizó la I Cumbre en Santiago de Chile, esos músicos redoblaron su apuesta. Así se llega a la II Cumbre que sesionará el 28 y 29/1 en La Habana, con varios países que han adelantado opinión favorable al socio número 34. El presidente venezolano Nicolás Maduro y su canciller Elías Jaua, la argentina Cristina Fernández y el uruguayo José Mujica no tan tenido rubores de pedirlo públicamente. Antes que ellos se había pronunciado, ya en la cita fundacional de Caracas, el nicaragüense Daniel Ortega. Se descuenta el voto afirmativo de los anfitriones cubanos, que la otra ala de la misma ave.
Venezuela a la cabeza
En el último tiempo el mandatario que más fuerza hizo para el ingreso de Puerto Rico al bloque regional fue Maduro. En un comunicado oficial del 21 de enero ratificó esa postura solidaria. Al otro día lo reiteró en un acto por Puerto Rico en el Teatro Nacional de Caracas, donde se interrogó adónde pertenece aquél: “¿a nuestra América bolivariana, martiana? ¿A nuestra América de Albizu Campos y Filiberto Ojeda o pertenece al american way of life?”. La respuesta era obvia.
“Puerto Rico será libre, independiente y tendremos una República hermana más temprano que tarde en nuestro continente”, agregó el bolivariano. Como dato de color se puede decir que Maduro tuvo dificultades para viajar a China en septiembre pasado, porque la administración Obama le negaba el sobrevuelo sobre el espacio aéreo de Puerto Rico.
El sucesor de Hugo Chávez -pionero de la causa boricua- también manifestó antes de viajar a La Habana que propondrá la inclusión del país en cuestión en Petrocaribe, la gran empresa que entrega crudo venezolano a precios subsidiados. Será una ayuda concreta y ojalá sirva, con su materialidad, para hacer reflexionar a una parte de los puertorriqueños más proclives a mantenerse como “Estado Libre Asociado” y peor aún, a la inclusión como estado número 51 de la Unión.
Como muestra de esas contradicciones, hay que consignar que el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, del Partido Popular Democrático (PPD), no ha manifestado el menor interés por sentarse en la Celac. No es novedad. Ya Albizu Campos había nadado en su tiempo contra la corriente poco patriótica que presentaba como un gran futuro el mantenerse en la órbita del imperio. Cuestionaba a los que querían ser buenos esclavos con la esperanza de que el capataz del amo les diera una porción mayor de bacalao (por fin el cronista descubrió de dónde venía la expresión “el que corta el bacalao”).
Aunque sea como observador
Los títulos de Puerto Rico para entrar a la entidad latinoamericanista y caribeña son muy buenos. Es una idea que goza de mucho apoyo a nivel de pueblos y gobiernos, aunque conviene no subestimar a los amigos de Washington, como los alineados en la Alianza del Pacífico y a algunos caribeños que aún sienten el rigor de Francia, Holanda y el Reino Unido.
Como buen antecedente, en los últimos años el Comité de Descolonización de la ONU se pronunció doce veces a favor de la independencia y autodeterminación de Puerto Rico. La I Cumbre de la Celac, en Chile, incluyó ese punto de vista de los 33 miembros (ni EEUU ni Canadá son parte del club tercermundista) en la Declaración de Santiago.
Aunque el gobernador García Padilla brilló por su ausencia, sí llegaron puntuales a La Habana delegados del Partido Independentista Puertorriqueño, el Movimiento Unión Soberanista, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, el Frente Socialista y el Comité Puerto Rico en la ONU, entre otros. Ellos retoman las banderas de Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos, patriotas de fin del siglo XIX, y de Albizu Campos, que nunca aceptó el estatuto de “Estado Libre Asociado” de julio de 1952.
Héctor Pesquera, vocero del MINH, hizo declaraciones optimistas el domingo 26/1 a “Tiempo Argentino” sobre lo que podría acontecer en la Celac. En otra oportunidad, Pesquera había declarado que los yanquis “nos destruyeron la agricultura para tenernos como su mercado cautivo, contaminaron suelos y el agua con sus bases y ejercicios militares, y reclutaron a nuestros jóvenes para sus guerras imperialistas”. Su referencia la contaminación aludía a los padecimientos de décadas en la zona de Vieques, empleada por la marina imperial para hacer bombardeos y prácticas de tiro, con la contaminación consiguiente y erradicación de familias puertorriqueñas.
Además de las razones antedichas de solidaridad, a los argentinos les conviene especialmente un reconocimiento de la Celac a Puerto Rico. El colonialismo quedaría debilitado y habría mejores perspectivas para seguir demandando la soberanía argentina sobre las Malvinas.

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