Una monja católica de 83 años, culpable de entrar ilegalmente en el principal depósito de uranio enriquecido para bombas en Estados Unidos, se enterará mañana, martes, si deberá pasar el resto de su vida en la cárcel.
La hermana Megan Rice es una de tres activistas católicos por la paz condenados por sabotaje tras entrar en la planta de armas nucleares en Oak Ridge, Tennessee.
La corte federal de Knoxville prevé dictar sentencia para los tres a las 9:00 a.m. (14:00 GMT). El gobierno ha recomendado sentencias de entre seis y nueve años para Rice, Michael Walli y Greg Boertje-Obed, así como multas de casi 53 mil dólares por los daños ocasionados cuando cortaron cercas para entrar y pintaron consignas en la pared externa de la planta procesadora de uranio. También arrojaron sangre a la pared y la golpearon con martillos.
Los activistas han pedido clemencia. Dicen que sus acciones en el Complejo de Seguridad Nacional Y-12 fueron simbólicas y destinadas a llamar la atención sobre el armamento nuclear estadounidense, que consideran inmoral e ilegal.
“Es gente comprometida con la paz y promotora de la justicia desde hace décadas”, dijo el abogado defensor Bill Quigley.
AP
0 comentarios:
Publicar un comentario