JUAN MANUEL KARG / REBELION – El gobierno venezolano parece haber retomado fuertemente la iniciativa a raíz de la ola de protestas de la oposición conservadora en los últimos quince días: convocó a todos los sectores sociales una conferencia nacional por la paz -a la que sólo faltó la oposición conservadora- y recorrió los países del Mercosur recogiendo el apoyo los mismos a la democracia en el país. A su vez, también anunció una próxima reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para lograr un posicionamiento común contra los intentos desestabilizadores. ¿Cuál es la estrategia de la oposición conservadora frente a este nuevo escenario? Las encuestas que muestran el rechazo de la mayoría de los venezolanos a las violentas protestas que en estos días van perdiendo peso.
La reunión convocada por Nicolás Maduro en Miraflores el último miércoles, con el nombre de Conferencia Nacional por la Paz, fue una novedad política contundente en la vertiginosa cotidianeidad de Venezuela en este convulsionado febrero: representantes de movimientos sociales y políticos, religiosos, empresarios e intelectuales participaron de la misma, donde sólo estuvo ausente la Mesa de Unidad Democrática. El amplio consenso logrado en la reunión sobre la necesidad de “pacificar” la coyuntura política del país muestra un antagonismo claro con el ciclo de protestas callejeras que se han venido desarrollando contra el gobierno en las últimas dos semanas. La oposición política, por evitar la foto con Maduro, terminó optando por no participar de una instancia verdaderamente amplia, mostrando mezquindad y sectarismo, y no dejando ver su voz ante el país -cosa que si hizo, por ejemplo, Fedecamaras, quien incluso así tuvo que reconocer ante el país que habían cometido numerosos “errores” en el pasado-.
Al tiempo que esto sucedía en Caracas, el canciller Elías Jaua comenzaba, por definición política del gobierno de Maduro, una ambiciosa gira por los países del Mercosur: en sólo 24 hs, visitó Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil. Jaua se propuso ofrecer “información de primera mano” sobre los últimos acontecimientos. En la conferencia de prensa brindada en Buenos Aires, detalló el caracter pacífico de su país, al decir que “Venezuela nunca hizo una guerra con otro país. Somos un país de gente de paz” .
La intención de Jaua, además, fue detallar lo sucedido en contraposición a la información brindada por grandes medios internacionales, que, según su posición, buscan “satanizar” al gobierno venezolano. Así informó que de las 14 muertes ocurridas directamente por los lamentables sucesos, en sólo 3 se presume que puedan estar involucrados funcionarios policiales -que actuaron, según dijo, por fuera de las órdenes impartidas, han sido removidos de sus cargos y están detenidos, siendo investigados por la Fiscalía-. Luego de la aclaración, se permitió decir que “nuestra Revolución tiene un carácter democrático y pacífico” , tras lo cual agradeció al gobierno de Cristina Fernández su apoyo. En Uruguay, además, Jaua caracterizó a Unasur como “más eficaz” y con un funcionamiento más democrático que la Organización de Estados Americanos. Los hechos le dan la razón: en 2008 y 2010, sendos intentos de desestabilización en Bolivia y Ecuador, respectivamente, fueron contenidos por la Unasur. Por ello Venezuela ha anunciado una nueva reunión de Unasur para tratar sobre el tema.
A su vez, la oposición conservadora venezolana parece incrementar su división interna. Es que, luego de que Leopoldo López haya sido detenido en tanto se investigan sus responsabilidades en los hechos del pasado 12 de febrero, Henrique Capriles intentó recuperar espacio, sobre todo a través de apariciones mediáticas. Sin embargo, tal como decíamos, Capriles rehuyó a participar de dos convocatorias anunciadas por Maduro donde se trabajaría sobre el eje de la paz: su ausencia se expresó tanto en el Consejo Federal de Gobierno -donde si asistieron los restantes 22 gobernadores venezolanos, incluyendo a Henri Falcón, otro líder de la oposición y gobernador del Estado Lara-; como en la Conferencia Nacional por la paz.
Finalmente, se han conocido en los últimos días algunas encuestas realizadas sobre las protestas: indudablemente se advierte cierto desgaste de las “guarimbas” -violentos cortes de calle- como metodología de acción de sectores de la oposición conservadora. La encuestadora privada International Consulting Services (ICS) cuantificó en 83% el rechazo a que se continúe con este tipo de protestas. Sin dudas, la extensión que han tenido estas acciones han desgastado el método de protesta, que fue a su vez rechazado por una parte de la oposición conservadora como un “atajo”. Al parecer, la decisión de retomar fuertemente la iniciativa -tanto nacional como internacional- por parte del gobierno venezolano ha dejado descolocados a gran parte de la “clase política” venezolana, que además ve un reflujo en las protestas. La continuidad de las conversaciones en el marco de la Conferencia Nacional por la paz, y una rápida reunión de Unasur, serán claves para opacar el ánimo de los violentos y dar por tierra, finalmente, un intento de desestabilización más en la historia de la Revolución Bolivariana.
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