El presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, reveló el lunes a la cadena francesa de radio ‘Europe 1’ que pedirá permiso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para intervenir en Libia y atacar las posiciones del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en este país, después de que los terroristas degollaran a 21 cristianos egipcios.
“No hay otra opción. No les dejaremos decapitar a nuestros hijos”, dijo el mandatario egipcio en una entrevista, que ha sido hecho pública este martes.
Al-Sisi también calificó la intervención militar del Occidente, en 2011, en Libia de una misión “no terminada”, proclamando que la comunidad internacional “ha abandonado al pueblo libio como prisioneros de las milicias extremistas”, y llamó a todos los países a acompañarle en su futura intervención en el país árabe.
Igualmente, hizo un llamado a la comunidad mundial para que envíe armamento y equipos militares al Gobierno interino libio encabezado por el premier, Abdolá al-Thani, nombrado por la Cámara de Representantes, que se ha visto forzado a gobernar desde la ciudad de Tobruk (este).
En respuesta a la ejecución de los 21 cristianos egipcios, la Fuerza Aérea de Egipto bombardeó en Libia supuestas posiciones y campos de entrenamiento de Daesh. Estos ataques aéreos, en vez de infringir pérdidas en las filas de los takfiríes, se saldaron con la muerte de tres niños y dos mujeres.
Tras la intervención extranjera de Occidente en Libia y la caída del régimen del exdictador Muamar Gadafi, el país árabe sigue sumido en la inseguridad y inestabilidad por los enfrentamientos existentes entre las fuerzas gubernamentales y los grupos armados, algunos de los cuales han jurado lealtad a Daesh.
Estos grupos armados son los mismos que recibieron equipos militares y municiones provenientes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para derrocar a Gadafi.
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