El grupo Globo, el emporio mediático más grande de Brasil conocido internacionalmente por la producción de telenovelas como Xica da Silva, El Clon, La Esclava Isaura, y el Rey del Ganado, se sacó la careta al ser uno de los principales promotores de la marcha convocada ayer domingo para solicitar el “impeachment” (procesamiento o juicio político) de la presidenta Dilma Rousseff.
Globo, el mismo que el año pasado -exagerando protestas y creando alarma en los periodistas extranjeros- convocó movilizaciones contra la Copa del Mundo, ahora se lanza nuevamente en campaña contra Rousseff, quien ganó las elecciones hace apenas cuatro meses y comenzó su segundo mandato hace dos meses, señaló el periodista Beto Almeida.
En esta ocasión utilizó a sus artistas más populares para realizar la supuesta convocatoria “espontánea” a la ciudadanía, para la manifestación de la clase media y alta que salió a la calle a pedir una intervención militar en Brasil, con carteles en inglés.
Durante 12 horas de transmisión TV Globo puso en relieve las demandas de personas que pedían la intervención externa y de aquellos que lanzaron acusaciones contra el ex presidente Lula y la Jefa de Estado sin una acusación formal, sólo escudados en el tema de la corrupción en Petobras, señaló.
En Brasil los medios de comunicación están bajo el control del capital privado con fuerte influencia externa de transnacionales norteamericanas que “interfieren en la vida política del país y actúan como un partido político”, por lo que la democratización de los medios constituye una tarea pendiente del Partido de los Trabajadores (PT) para dar a conocer la obra de gobierno, aseguró Almeida.
Entrevistado en el programa La Patria Nueva, que transmite El Informativo de Radio Nacional de Venezuela, se preguntó “cuál es la acusación para pedir la impeachment de Dilma, no hay ninguna, o sencillamente impedir que siga gobernando, porque se sigue gobernando favoreciendo la amplias camadas del pueblo más pobre, y eso puede traer la vuelta en el 2018 del presidente Lula y eso se quiere impedir desde ya.”
Lo que contraria los intereses del imperio norteamericano es el creciente proceso de nacionalización del petróleo que inició en Brasil durante la gestión de Lula y que ahora continúa durante la presidencia de Rousseff, sumado al proceso de integración latinoamericana que ha dado paso a la construcción de importantes obras con Venezuela, Argentina y Bolivia, y la participación protagonista del gigante suramericano en el Brics.
Almeida llamó al gobierno a no bajar la guardia frente a estas acciones, al recordar que en el año 1964 la derecha brasileña con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos asestó un golpe de Estado en contra el presidente João Goulart, quien contaba para la época con 73 por ciento de apoyo.
Prensa Web/Yaneny Bermúdez
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