Revelan que la creciente industria de los cigarrillos electrónicos financió “estudios científicos” que presuntamente demostraban que “vapear” era seguro y más saludable que los cigarrillos normales (vaya sorpresa).
Estos estudios llevados por científicos pagados por las propias empresas fabricantes de cigarrillos electrónicos llegaron a afirmar que los cigarrillos electrónicos eran un 95% más seguros que fumar tabaco.
Ahora, los “expertos” dicen que el conflicto de intereses plantea interrogantes acerca de las conclusiones de todos esos informes médicos.
A nadie debería sorprenderle: muchos científicos actuales se han convertido en algo parecido a “prostitutas con bata blanca”, capaces de fabricar estudios de todo tipo pagados por grandes industrias y corporaciones, en todos los campos de la ciencia y en referencia a infinidad de productos y sustancias.
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