Un pequeño grupo de mujeres y niños refugiados se vieron obligados a abandonar una ciudad en el norte de Italia, después de que los habitantes locales levantaran barricadas en la carretera gritando “nosotros no os queremos aquí”.
Se pidió que la población de Gorino en Ferrara diera cabida a 12 mujeres, una de ellas embarazada, y a ocho menores de edad que estaban con ellas.
Cuando los refugiados llegaron a un albergue de propiedad pública, más de 200 habitantes locales resultaron bloquearon la carretera con contenedores y tablas de madera.
Gorino tiene una población de 500 personas, aunque se piensa que algunos manifestantes vinieron de la vecina ciudad de Goro.
Los refugiados llevaban escolta policial, pero no hubo escenas de violencia, y el alcalde de Ferrara determinó finalmente que las mujeres y los niños serían acogidos en otras partes de la región.
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