Desde que el pasado 2 de este mes de febrero la policía torturó y violó a Theo Luhaka, un joven negro de 22 años que permanecía detenido, los barrios de París y otras ciudades francesas no han dejado de movilizarse. El joven fue ingresado en un hospital con un desgarro anal y tuvo que ser operado de urgencia.
A pesar del estado de emergencia, en París las manifestaciones se vienen sucediendo en la zona de Barbés (norte) de manera espontánea y sin permiso de las autoridades, reuniendo a unas 400 personas. La mayor parte de ellas desembocan en graves enfrentamientos con los antidisturbios.
Los detenidos se cuentan por centenares, según cifras oficiales de la policía, y 200 vehículos y más de 160 contenedores han sido incendiados. En algunas localidades los manifestantes han lanzado cócteles molotov contra autobuses, centros comerciales y edificios oficiales, sobre todo comisarías de policía.
Los policías insultaron al detenido profiriendo comentarios racistas, y también le escupieron. Hay cuatro policías acusados de las torturas y otro más de la violación. El comisario de policía de Aulnay-sous-Bois, donde se produjeron los hechos, ya fue condenado en el pasado por ocultar una agresión policial que se produjo en 2004. El que entonces era comisario responsable de aquella brigada fue condenado a un año de cárcel, que no cumplió, y a otro año de suspensión policial por “abstención voluntaria de comisión de delito”.
La violación fue grabada por la propia policía, pero las imágenes fueron destruidas cuando la investigación interna trató de recuperarlas.
En el mes de julio del año pasado la policía mató a tiros a otro joven negro, Adama Traoré, cuando, según la versión policial, intentó escapar de un control.
El Presidente Hollande pidió a los jóvenes que “no hicieran la guerra” contra la policía, pero las movilizaciones siguen paralizado la campaña electoral. Las presidenciales francesas están previstas para dentro de diez semanas, pero han pasado aun segundo plano.
Los tumultos pueden acabar como la revuelta de 2005, con barricadas, incendio de coches y violentos enfrentamientos con los antidisturbios. Aquel levantamiento se produjo tras la muerte de dos adolescentes que huían de la policía. En aquellos altercados, que duraron tres semanas, se quemaron 10.000 coches y 6.000 personas fueron detenidas.
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