La mayoría de estas botellas, envases, juguetes, bolsas, envoltorios y partículas se están acumulando en dos zonas diferentes de la costa este de Groenlandia y el mar de Barents, el norte de Noruega y Rusia. Estos parches de basura plástica, que son como callejones sin salida, están creciendo rápidamente, hasta el punto que están empezando a empatar con la Gran mancha de basura del Pacífico.
Hemos sabido por mucho tiempo que todo el plástico que compramos, usamos y botamos va a dar a los océanos. También hay muchísimas personas que saben que en el océano Pacífico existen grandes manchas, como islas, compuestas de plástico cuyos restos se van disgregando por las corrientes hasta las costas occidentales de Sudamérica.
Ahora, parece ser que también en el océano Ártico, que alguna vez fue prístino e impoluto, se están formando nuevas manchas de plástico. Un nuevo análisis, publicado en la revista Science Advances, reveló que hay alrededor de 300 mil millones de piezas plásticas flotando en esa región oceánica.
La mayoría del plástico está siendo arrastrado desde las profundidades, por la circulación termohalina (CTH) o cinta transportadora oceánica, una corriente global controlada por la salinidad y los diferenciales de temperatura. Normalmente acarrea agua cálida hacia el Ártico, pero al parecer, el plástico que viene de las líneas costeras del Atlántico norte también está aprovechando el viaje.
La mayoría de estas botellas, envases, juguetes, bolsas, envoltorios y partículas se están acumulando en dos zonas diferentes de la costa este de Groenlandia y el mar de Barents, el norte de Noruega y Rusia. Estos parches de basura plástica, que son como callejones sin salida, están creciendo rápidamente, hasta el punto que están empezando a empatar con la Gran mancha de basura del Pacífico.
El cambio climático provocado por nosotros, está acabando también con la cubierta de hielo marina en esta zona, lo que significa que ahora hay menos barreras físicas al flujo entrante de basura. Lo que estamos viendo es, esencialmente, el reemplazo del casco de hielo marino por varias islas de envases y objetos desechables.
Más aun, esta basura en el Ártico constituye solo el 3 por ciento de todo el plástico flotante en la Tierra. El resto sigue prevaleciendo en cada cuenca oceánica del planeta. Esto es el Antropoceno.
Los resultados provienen de una extensa toma de muestras de dos acumulaciones de basura en las gélidas aguas del norte. El conductor del estudio, Andrés Cózar Cabañas, profesor de biología en la Universidad de Cádiz, España, dijo al New York Times que estaba sorprendido de la escala a la que habían llegado los resultados.
“El creciente nivel de la actividad humana en un Ártico libre de hielos y cada vez más cálido, con grandes áreas propicias para el avance de microplásticos, sugiere que altas cargas de contaminación plástica podría llegar a ser prevalente en el Ártico en el futuro”, escriben los autores en el estudio. “La unicidad del ecosistema del Ártico hace que las potenciales implicaciones ecológicas de exposición a los restos de plástico, sea especialmente preocupante”.
En general, el plástico toma unos 450 años en degradarse completamente y mientras eso no ocurre, los peces se lo comen sin saber que no es alimento. Como cada año sigue llegando el plástico a los océanos (unos 12,7 mil millones de kilos), todo esto significa que este material se está convirtiendo en parte de nuestra dieta. Como siempre, lo que daña al medio ambiente nos daña a nosotros.
El Ciudadano
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