Los padres de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México, sufrieron la represión mediante gas lacrimógeno de efectivos policiales. A meses de cumplirse tres años de los hechos, el Estado mexicano sigue sin dar respuestas.
La Policía Federal (PF) de Mexíco, que estaba apostada para resguardaa “la seguridad” en torno a la Secretaría de Gobernación lanzaron gases lacrimógenos en contra de padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que buscaban un diálogo con el titular de la dependencia, Miguel Ángel Osorio Chong.
La Policía Federal (PF) de Mexíco, que estaba apostada para resguardaa “la seguridad” en torno a la Secretaría de Gobernación lanzaron gases lacrimógenos en contra de padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que buscaban un diálogo con el titular de la dependencia, Miguel Ángel Osorio Chong.
Tal como señala La Jornada, los tres cartuchos lanzados por los policías provocaron el repliegue del grupo de más de medio centenar de personas, entre padres de familia, estudiantes, integrantes de organizaciones solidarias y representantes de los medios de comunicación, que sufrieron los efectos del gas lanzado de forma temeraria.
Tras su llegada al lugar, poco antes de las 11 horas, Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los normalistas, solicitó a los mandos policiacos una audiencia para que una comisión fuera recibida, de ser posible, por el secretario Osorio Chong. Ante la falta de respuesta, pasados casi 40 minutos los padres y un grupo de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa empezaron a golpear con piedras la valla metálica.
Según señala el medio mexicano y denunciaron los propios manifestantes, a través de una pequeña rendija de la valla, uno de los policías roció con gas en spray el rostro de varios padres que estaban cerca. Esta acción enardeció a los manifestantes, y un grupo de ellos, con el rostro cubierto, empezó a lanzar piedras al lado donde estaban los policías, y posteriormente arrojaron cuatro petardos, cuyo ruido retumbó a varias cuadras del lugar. La policía respondió con el envío de tres bombas de gas –una de ellas devuelta a los efectivos policiales por los estudiantes–.
De esta represión hay un saldo de cinco lesionados por los efectos del gas lacrimógeno, el cual provocó lesiones que ponen en riesgo la vista y otros órganos del cuerpo, de acuerdo con los primeros reportes médicos y según reportaron los manifestantes en un comunicado emitido un par de horas después.
La directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum, reprobó la acción policiaca y dijo que el uso excesivo de la fuerza en la manifestación por agentes del Estado es una clara violación de los estándares internacionales de derechos humanos y es una afrenta más a las familias y compañeros de los estudiantes, en un caso que no ha sido debidamente investigado por las autoridades mexicanas.
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