A la espera de las primeras maniobras al respecto, nadie mejor para informarnos que Jon Rappoport, un experto que lleva tiempo denunciando los peligros de la agroindustria.
Rappoport se ha mostrado además, como un seguidor de Donald Trump, sobre el que ha depositado sus esperanzas de cambio.
Por lo tanto, resulta especialmente revelador lo que nos dice en este artículo sobre Trump y los OGM…
En artículos sobre Trump, he elogiado al hombre por ciertas cosas que ha hecho y está haciendo. Pero esa no es una razón para cerrar mis ojos.
A menos que se produzca algún cambio milagroso, la selección de Trump para el Secretario de Agricultura, Sonny Perdue, será una catástrofe.
Katherine Paul, la directora asociada de la Asociación de Consumidores Orgánicos, tiene la historia:
“Trump se deshizo en elogios hacia Sonny Perdue, prometiendo que el ex gobernador de Georgia, ofrecerá grandes resultados para todos los estadounidenses que se ganan la vida cultivando la tierra.
“La Asociación de Fabricantes de Comestibles (GMA por sus siglas en inglés), ese grupo de presión multimillonaria que representa a Monsanto, Dow, Dupont, Coca-Cola y General Mills, se apresuró a alabar la nominación de Perdue.
En un comunicado, la presidenta de GMA dijo que su grupo “espera trabajar con Perdue en temas clave para mantener el suministro de alimentos de Estados Unidos, como el más seguro y asequible en la historia de la humanidad”. Procediendo este mensaje de la GMA, líder de creación de alimentos transgénicos, sabemos que “alimento más seguro y más asequible” es el código para “alimentos químicos industriales Genéticamente Modificados”.
Sonny Perdue
“Y por ahora, también sabemos que Perdue, quien fue nombrado Gobernador del Año 2009 por la Organización de Innovación Biotecnológica, cuenta tanto con Monsanto como con Coca-Cola entre sus muchos donantes corporativos”.
“Un antiguo vendedor de fertilizantes, Perdue en su momento fue propietario de Houston Fertilizer and Grain que, después de su adquisición de Milner Milling Co., se transformó en AGrowStar, un negocio de granos con operaciones en Georgia y Carolina del Sur. Sus partidarios citan sus operaciones comerciales como prueba de que está calificado para dirigir el USDA. No mencionan el papel que desempeñan los fertilizantes químicos en la contaminación del agua y mucho menos el costo para los agricultores de confiar en los productos sintéticos…”
“Perdue no tiene reparos en tomar subvenciones del gobierno. Environmental Working Group (EWG) informa que entre 1995 y 2014, recibió 278.679 dólares en subvenciones financiadas por contribuyentes para sus diversos negocios. ¿Estará abierto a revisar el sistema actual que otorga 25000 millones al año en subsidios (pagados principalmente a grandes productores, no a pequeños agricultores) para cultivos de productos básicos, como trigo, maíz transgénico, algodón transgénico y soja transgénica?
“En una reunión organizada en 2003 por su esposa (entonces primera dama de Georgia) y patrocinada por Coca-Cola y Chick-fil-A, Perdue elogió al gigante de la soda por su” esfuerzo continuo para aumentar su presencia empresarial e invertir en Georgia, ya que la Compañía se prepara para abrir realizar una expansión de 100 millones de dólares en sus instalaciones de producción en Atlanta”.
Antes de su nombramiento, Perdue sirvió en el comité consultivo de Trump, cuyos puntos de discusión, según informó el 15 de noviembre, por Politico, “ofrecen una hoja de ruta sobre cómo el secretario de agricultura del presidente electo Donald Trump podría dar forma a las políticas agrícolas, incluyendo la promesa de defender a la agricultura norteamericana contra sus críticos”.
Por supuesto, lo que el comité quiere decir con la agricultura “americana” es la agricultura industrial de las fábricas industriales y los productos OGM. Y todos sabemos quiénes son los “críticos” del comité, que seríamos nosotros y otros grupos que abogamos por alimentos sanos y un ambiente limpio”.
“… en 2009, Perdue firmó un proyecto de ley que impedía que las comunidades locales de Georgia regularan la crueldad animal, la seguridad de los trabajadores y la contaminación relacionada con las granjas industriales”
Bien, no necesito leer entre líneas. Perdue será el hombre de la Agroindustria en Washington.
De hecho, ya en su momento escribí (habla Jon Rappoport, recuerden) numerosos artículos denunciando que Obama era el hombre de Monsanto en la Oficina Oval.
Después de su victoria en las elecciones de 2008, Obama llenó puestos clave con la gente de Monsanto, en agencias federales que ejercen una tremenda fuerza en cuestiones alimentarias, como el USDA y la FDA.
Solo dos ejemplos entre una larguísima colección: en el USDA, como director del Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura, puso a Roger Beachy, ex director del Centro Monsanto Danforth.
Como comisionado adjunto de la FDA, el zar de seguridad de los alimentos, al infame Michael Taylor, ex vicepresidente de políticas públicas de Monsanto. Taylor había sido fundamental para obtener la aprobación de la hormona de crecimiento bovino modificada genéticamente de Monsanto.
Ahora Trump está caminando por el mismo camino. Sus reuniones con los pequeños agricultores, y su promesa de proteger el agua limpia y el aire, eran una tomadura de pelo.
Teóricamente, tiene tiempo para revertir el rumbo, pero no apuesten por ello…
Bien, esto es lo que expone Jon Rappoport, un defensor de Donald Trump, que teme que finalmente el magnate siga los pasos de Obama y siga apoyando a los gigantes de la agroindustria y los fabricantes de productos genéticamente modificados.
Y ya hay los primeros indicios de ello, como vemos en estos extractos de noticias…
“Bayer y Monsanto se reúnen con Trump y anuncian millonaria inversión en Estados Unidos.
Ambas empresas, en pleno proceso de fusión, se comprometieron ante el Presidente electo con la creación de miles de puestos de trabajo en aquel país”.
“Bayer y Monsanto, que esperan la aprobación de su fusión por parte del gobierno de Estados Unidos, dijeron que invertirán 16 mil millones de dólares para investigación y desarrollo en agricultura a 6 años, de los cuales al menos la mitad serán destinados a EEUU”.
“Bayer y Monsanto dijeron que al menos la mitad de su presupuesto en investigación y desarrollo en agricultura de los próximos seis años se destinará a Estados Unidos, tras una reunión con el presidente electo Donald Trump”.
El presidente de la junta directiva de Bayer, Werner Baumann, y el consejero delegado de Monsanto, Hugh Grant, se reunieron recientemente con el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, cita que el Ejecutivo alemán calificó de “constructiva”.
En ese encuentro Bayer explicó a Trump que la fusión con Monsanto, por la que ofreció 128 dólares por acción, es una historia de crecimiento y contribuirá a crear empleos innovadores de alta calidad en Estados Unidos, la gran preocupación del dirigente.
“Fue una reunión muy constructiva. El presidente Trump se mostró preocupado por el futuro de la agricultura en su país, y le mostramos que la operación será una gran oportunidad para la poderosa industria agrícola norteamericana”, dijo Baumann.
Al respecto, resulta especialmente revelador un artículo en la web mexicana de El Financiero, una editorial escrita por Guillermo Knochenhauer, que advierte del peligro para México de los cultivos OGM y del que sacamos algunos extractos…
TRUMP AMENAZA CON EL MAÍZ TRANSGÉNICO
La siembra de maíz transgénico en México sería un desastre económico, ambiental, social y cultural. Por eso el poder judicial suspendió la siembra piloto previa a la comercial y la comercial en todo el país desde septiembre de 2013, pero ahora el gobierno de Trump pretende que el TLCAN renegociado abra nuestro campo a los maíces genéticamente modificados que venden Monsanto, Agrosciences y Pioneer.
A diferencia de Monsanto, la naturaleza no cobra por derechos de patente. De llegar a permitirse la contaminación por transgénicos, la agricultura maicera de pequeña, mediana y gran escala quedaría obligada a comprar los paquetes de semillas y agroquímicos que vendan las transnacionales… a quien pueda pagarlos y sin garantía de germinación fuera de condiciones adecuadas de humedad y temperatura.
La siembra de maíz transgénico está suspendida en México por una demanda de acción colectiva que logró que el Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil le ordenara a la SAGARPA y a la SEMARNAT que suspendieran toda autorización para liberar maíces genéticamente modificados al ambiente.
La resolución la logró la Colectividad Demandante en defensa de los maíces nativos mexicanos, que integraron cincuenta y tres ciudadanos y 20 organizaciones no gubernamentales de productores, indígenas, académicos y ambientalistas.
Ellos han enfrentado 102 impugnaciones de SAGARPA, SEMARNAT, Monsanto, PHI (Pioneer-Dupont), Syngenta y Dow Agrosciences.
Les espera la batalla para evitar que el TLCAN renegociado abra el país a los maíces transgénicos.
Y en cuanto al control de los plaguicidas tóxicos y otras monstruosidades de la agroindustria, tenemos otro artículo de Mother Jones del que sacamos el siguiente extracto…
A finales de marzo, el clorpirifos, un plaguicida comúnmente utilizado para evitar los insectos en cultivos de frutas y hortalizas, se aproximaba al final de un proceso de revisión de una década de duración.
Hay fuertes evidencias que sugieren que el insecticida inhibe el desarrollo del cerebro de los niños, y por lo menos 80.000 científicos, ambientalistas y ciudadanos han firmado una petición instando a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) a prohibir su uso.
Pero en las etapas finales de la revisión, el director de la EPA nombrado por Donald Trump, Scott Pruitt, dio luz verde a seguir usando este producto químico, argumentando que no había pruebas suficientes para prohibirlo. Ahora los agricultores pueden seguir aplicándolo a cultivos como maíz, fresas, almendras y tomates.
La EPA de Trump, con su tendencia anti-reguladora, puede detener aún más los procesos de revisión de productos altamente tóxicos, como la Atrazina, los Neonicotinoides, el Glifosato, los Piretroides o el Asbesto.
Este año, los pesticidas más controvertidos se verán sometidos a la revisión de la agencia medioambiental.
Estas revisiones a menudo se retrasan durante muchos años. Y la EPA de Trump, con su tendencia anti-reguladora y un nuevo administrador sacado directamente del Consejo Químico Americano, puede detener aún más los procesos de revisión sobere la toxicidad de determinados productos, por ejemplo cortando la financiación de la investigación al respecto.
Los plaguicidas no son las únicas sustancias controladas bajo la supervisión de Pruitt. Las grandes reformas a la Ley de Control de Sustancias Tóxicas en 2016 requerían que la EPA reevaluara 90 químicos potencialmente peligrosos ampliamente utilizados. A finales del año pasado, la agencia anunció que comenzaría con 10 productos químicos prioritarios.
Ya lo ven. Donald Trump es esto.
Y siempre ha sido esto, por más que la secta de tarados y sinvergüenzas que se han dedicado a defenderlo con su cruzada de mentiras y manipulaciones, intenten convencernos de lo contrario, ahora incluso apoyados por los medios de masas que tratan de vendernos a un Trump “que ha dado un giro”.
Y es que estas últimas semanas, hemos visto como los manipuladores pagados para defender al magnate, tratan de convencer a los incautos y a las personas con problemas de desarrollo intelectual que aún quieren creer en Trump, de que el magnate dorado “ha sucumbido a la presión del establishment”, o incluso, que ha sido manipulado por su “malvadísimo yerno judío”.
Así pues, estos caraduras manipuladores y los fanáticos de la secta trumpista que les hacen de coro, intentan perpetuar aún la estafa de Trump, intentando hacernos ver que él realmente iba a implementar sus promesas y que si no lo hace es porque “ha sido presionado”.
Es increíble el nivel de desvergüenza al que puede llegar algunos manipuladores y el nivel de imbecilidad al que puede llegar la gente que aún les cree.
¿De verdad, aún queda alguien tan soberanamente idiota como para no ver que Trump siempre ha mentido, desde el comienzo y que siempre ha servido a los mismos intereses?
¿Aún hay alguien que no quiera ver que Trump, simple y llanamente, ha dicho lo que la gente quería oír, para poder llegar a la Casa Blanca y forrarse junto con su familia, su banda de amigotes forajidos del complejo industrial militar, la industria química, petrolera, financiera y el lobby judío al que sirve?
La pregunta ahora ya no es hasta dónde puede llegar Trump con sus mentiras y sus engaños, sino hasta dónde pueden llegar sus creyentes y seguidores con su nivel de estulticia.
Buzz Lightyear tiene la respuesta a esta pregunta…“¡Hasta el infinito y más allá!”
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