Miles de simpatizantes del presidente venezolano, Nicolás Maduro, se movilizan para mostrar su rechazo a la violencia opositora desatada últimamente en el país.
Los partidarios de la Constitucional de Venezuela han salido este martes a las calles de Caracas para mostrar su apoyo al presidente del país y su repudio contra la violencia desatada durante las protestas antigubernamentales, y que la oposición atribuye a la “salvaje represión” de los militares y policías.
“Basta de fascismo”, con este lema Maduro ha recibido a miles de chavistas que han acudido al palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, desde donde el presidente ha presentado las bases legales de la futura Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cuyo objetivo es devolver la paz a Venezuela.
“El dilema está claro: o queremos paz o queremos violencia o queremos guarimba (protesta violenta), o queremos educación, trabajo y vida o una guerra civil”, ha afirmado el líder chavista ante sus seguidores.
¿Constituyente o guarimba?, ha preguntado Maduro a los asistentes para luego lanzar otra cuestión mucho más explícita: ¿votos o balas?, haciendo clara alusión a su propuesta de una Asamblea Constituyente, en la que la mitad del total de 500 miembros serían electos con un sistema de elección sectorial.
El chavismo y la oposición englobada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se acusan mutuamente de esta ola de violencia infligida por “encapuchados” durante las protestas contra el Gobierno, en las que son cada vez más frecuentes las escenas de saqueos y brutales actos vandálicos, incluso queman personas.
La “marcha por la paz” del chavismo se produce al día siguiente de violentas protestas opositoras que acabaron en disturbios y enfrentamientos, especialmente en el estado Barinas, donde se quemó la casa del fallecido expresidente Hugo Chávez.
Venezuela vive una profunda crisis política desde que la oposición comenzara el proceso para forzar el referéndum revocatorio contra Maduro. Este acusa a EE.UU. de librar una guerra sin cuartel para desestabilizar el país con la ayuda de la derecha venezolana.
Desde abril, la oposición protagoniza marchas violentas, saqueos a establecimientos comerciales, ataques a las fuerzas de seguridad, entre otras acciones desestabilizadoras, con el objetivo de obligar a adelantar las elecciones presidenciales. Maduro, no obstante, asegura que las elecciones se realizarán en 2018 como indica el calendario oficial.
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