Sin embargo, la realidad de la GNB que ellos nunca muestran, es que tienen prohibido usar armas letales en el control del orden público, situación de la que los violentos se aprovechan para agredirlos, atacar sus unidades de transporte y hasta propinarle lesiones personales.
Tampoco muestran el lado humano de estos efectivos, que en las nubes de gas lacrimógeno, usado para dispersar y no para “reprimir” como dice la derecha, ayudan a salir de la situación a quienes no están involucrados en la manifestación, pero que esta actividad les afecta su vida diaria en sus traslados al trabajo o a la escuela, siempre fieles con su deber, a la Patria y al Pueblo Venezolano, garantizando protección y paz en función de la justicia social.
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