Medios locales dieron a conocer que dos policías blancos de la ciudad norteamericana de Seattle, después de recibir una alerta de robo, mataron a balazos a una mujer negra el pasado domingo en su domicilio.
Según la versión de los oficiales, dispararon contra Charleena Lyles, de 30 años, madre de cuatro niños y embarazada de un quinto, al verse “amenazados porque ella los enfrentó con un cuchillo”.
El diario Seattle Times reportó que la mujer había llamado a la policía para reportar un posible robo, y sus familiares indicaron que ella tenía un historial de problemas de salud mental.
“¿Por qué no le dispararon con una pistola eléctrica? Podrían haberla derribado”, cuestionó la hermana de la fallecida, Monika Williams, en declaraciones al periódico del estado de Washington.
La familia manifestó que la mujer era muy pequeña para que los oficiales se sintieran amenazados por ella, incluso si tenía un cuchillo, y señalaron el hecho de ser negra como la causa fundamental para dispararle.
Este domingo, cerca de las 10:00 hora local, dos oficiales de patrulla fueron enviados para investigar el robo al complejo de apartamentos donde vivía Lyles, un lugar transitorio para personas sin hogar, de acuerdo con el detective Mark Jamieson.
Los policías llegaron al cuarto piso y “en algún momento, la mujer de 30 años estaba armada con un cuchillo”, dijo Jamieson a periodistas.
Tres de sus hijos estaban en la vivienda cuando los agentes abrieron fuego, aunque no está claro si fueron testigos del tiroteo.
El Equipo de Investigación de la Fuerza del Departamento de Policía está investigando la decisión de usar la fuerza mortal y ambos oficiales serán puestos en licencia administrativa durante la pesquisa.
Las autoridades divulgaron esta mañana una grabación de lo que describieron como “parte de la interacción con la interlocutora antes del rápido desarrollo del incidente de uso de la fuerza”.
En una breve declaración que acompaña al audio, informaron que los involucrados “estaban equipados con opciones de fuerza menos letales, por política departamental”.
La muerte de Lyles ocurrió dos días después de que un jurado del estado de Minnesota encontrara inocente el viernes al policía Jeronimo Yanez, de 29 años, quien hace un año mató a tiros al conductor afronorteamericano Philando Castile.
El fallo desencadenó protestas de centenares de personas en la ciudad de St. Paul, quienes consideran que el caso es un ejemplo más de que las reformas policiales no han acabado con la violencia contra la población negra.
(Con información de Prensa Latina)
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