Gerald Francis Ridsdale, preso desde 1994, confesó haber abusado de más de un millar de menores de edad mientras ejercía el sacerdocio, durante 3 décadas.
El fiscal Jeremy McWilliams, a cargo de varias de la causas contra Ridsdale, comentó a la prensa algunos de los hechos aberrantes cometidos por el cura.
Entre ellos se cuenta el abuso de un niño y una niña tras el funeral de su padre, presidido por él mismo.
Además, el sacerdote amenazaba a los niños si contaban lo sucedido, afirmando que sus abusos eran “parte del trabajo de Dios”, pero que si se lo contaba a alguien el Señor castigaría a su familia.
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