Sin otros móviles que arañar votos que sacien su afán de poder y codicia, el PP enarbola un discurso xenófobo de incalculables y nefastas consecuencias...
Gustavo Vidal Manzanares .·.
¡ Me siento orgulloso del Partido Popular !
Adolf Hitler se habría sentido orgullo del Partido Popular
Las fuerzas de la derecha babean y se afanan por controlar hasta la última palanca política. Pero no les impulsa ningún ideal de servicio público, solidaridad o bienestar de la sociedad. Solo actúan por dos móviles: dinero y poder. Para accionar las palancas de la política necesitan los votos. Y como carecen de escrúpulos y decencia, les vale cualquier método para pescar papeletas electorales. Estos días, la xenofobia.
Jamás arremeterán contra el fraude fiscal, que alcanza el 25% de nuestro PIB. Poco les importa que la más descomunal trama de corrupción de la historia de España se acurruque bajo el graznido de la gaviota que anida en Génova, 13. Nunca alzarán sus voces hipócritas contra el fanatismo religioso, los privilegios fiscales del clero o el derroche de dinero público que supondrá la visita del exmilitante de las juventudes hitlerianos (y ahora papa), J. Ratzinger.
Sin embargo, orientan su punto de mira hacia un colectivo muy débil: los inmigrantes. Azuzan el odio, encienden las pasiones más bajas y exacerban los miedos.Son insaciables. Y por ello no les importa apestar a la sociedad con soflamas infames. Todo les vale.
Así, el PP catalán ha enarbolado un discurso xenófobo, desplazando hacia los inmigrantes los costes de una crisis económica provocada por la irresponsabilidad de los bancos, la desregulación financiera, la codicia sin freno, y una deuda privada desbocada cuyo epicentro no es otro que el “España va bien”.
Envuelto en la indignidad, el “popular” Albiol, tras anunciar la expulsión de inmigrantes, ha alentado las pulsiones más animales: “Cuando una pareja joven en paro con un hijo… va a pedir una ayuda económica al Ayuntamiento y se la niegan, y se la dan al que acaba de llegar y empadronarse, eso no es xenofobia, sino supervivencia”.
Cuesta trabajo encontrar una argumentación más falaz, tergiversadora y rastrera… ¡Hitler se habría sentido orgulloso de este PP! Evidentemente, el nazi no se habría cuestionado tampoco que el dinero que falta fue a parar a empresarios inútiles y subvencionados, tramas de corrupción, rebajas fiscales a millonarios, prebendas de politicastros…
Además, surge una pregunta: ¿por qué no expulsamos y embargamos primero a los corruptos o a los bancos irresponsables e ineficientes? Sí, a esa hez que ha derivado miles de millones a paraísos fiscales…
Y mientras el dinero negro circulaba a espuertas y la corrupción campaba, los inmigrantes desempeñaban trabajos durísimos y mal pagados, que los españoles rechazaban. Esos mismos inmigrantes adquirían nuestras casas viejas para que nosotros pudiéramos acceder a otras mejores, viviendo la ilusión de ser nuevos ricos (el que fuera lo suficiente idiota para creerlo, claro) y engordando la burbuja inmobiliaria. Todo era maravilloso.
Pero ahora que ellos son los primeros en sufrir la crisis, los culpamos además de la escasez de recursos “para los de aquí”. Y si alguno delinque (como delinquiría un español con familia y sin trabajo), los expulsamos…Sin duda Hitler se habría sentido orgulloso.
De cualquier modo, lo grave no es que la xenofobia brote. Lo espeluznante es que florezca abonada por discursos irresponsables que solo buscan votos con los que alimentar codicia y afán de poder.
Solo nos resta preguntar al PP: ¿para cuándo una estrella amarilla en el pecho de los inmigrantes (con la E de extranjero, por supuesto)? Tal vez eso les aporte votos… Hitler se habría sentido orgulloso de ustedes.
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