- Colombianos, peruanos, uruguayos, mexicanos se unen al movimiento social y pacífico iniciado el 15-M que exige ‘democracia real’ a escasos días de las elecciones.
INDIGNACIÓN LATINA
En el corazón de Madrid, los latinoamericanos se han sumado a una lucha que también consideran suya, “porque esto nos afecta a todos” asegura Alberto un peruano que lleva siete años trabajando en España y que no abandonará la lucha.
“El movimiento llega tarde, pero es muy positivo que sea espontáneo y masivo. Es totalmente injusto lo que la clase política está haciendo con el pueblo”, afirma mientras se agarra a una reja para no caerse.
Junto a él grita Polo, un mexicano de 36 años que lleva nueve años en Madrid y que considera necesario un cambio inmediato de modelo político y económico. “Los inmigrantes también tenemos que estar aquí porque la política española llega impuesta desde Europa y Europa no nos quiere. Se trata de luchar por nuestros derechos y nuestra dignidad como ciudadanos, vengamos de donde vengamos. La ciudadanía está harta de cómo se gestionan nuestras vidas”
Carla es colombiana y lleva once años trabajando en España. A sus 36, se desgañita en la Puerta del Sol porque “tengo mucha rabia y estoy harta de que tomen decisiones por mí sin preguntarme primero”. Insiste:“que no se roben la plata del pueblo, que no nos hagan pagar la crisis a la gente de la calle, eso es lo que pedimos”.
Esteban está en paro. Dejó Uruguay hace ocho años y asegura estar“harto de que se rían de nosotros. Españoles y extranjeros, estamos todos en el mismo bando, esto es social, es colectivo, tenemos que dejarnos de divisiones y reclamar nuestros derechos como ciudadanos”.
Orlando es de Perú, pero lleva veinte años en España. Tiene 26 años y está en el paro. Entre la multitud, levanta con ambos brazos un elocuente cartel: “Apaga la tv, enciende tu mente”. Desde el domingo está en la calle para “contagiar la conciencia social”. Siente que la lucha forma parte de todos los ciudadanos: “Yo no me manifiesto por España, lo hago por el sistema en general a nivel mundial, por todas las sociedades que piden un cambio”.
Luis tiene 23 años. Como su compatriota, también dejó Lima para estudiar periodismo en Madrid allá por 2005. Se sentó en el suelo de la madrileña plaza para dar apoyo a una causa justa y “decirle al sistema político que dé la cara y no esconda a los verdaderos culpables de esta crisis: los bancos”.
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