martes, 20 de septiembre de 2011

Honduras. Niño secuestrado por militares: “Me rociaron gasolina en el cuerpo y preguntaban dónde están los guerrilleros”

Rodolfo Cruz, padre de Santos Bernabé, denunció la tarde de ayer “me llevaron a mi muchacho y no sé si está muerto porque se escucharon disparos en las palmeras”.

“Me colocaron una bolsa plástica   en la cabeza, me rociaron gasolina en todo el cuerpo, me daban de patadas y me amenazaron con zamparme al río para que me muriera. Preguntaban dónde estaban los guerrilleros”, este fue el relato del joven Santos Bernabé Cruz Aldana (16), secuestrado este lunes 19 de septiembre por militares y policías en la comunidad de Rigores, en el Aguán.
Estas son solo el esbozo de las torturas a que fue sometido Santos Bernabé, las secuelas sicológicas lo perseguirán, mientras los responsables de estas están afuera, sin castigo y cometiendo más ilegalidades y atentados contra la vida de los y las rigoreños que gritan justicia, mientras altos funcionarios del Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, Fuerzas Armadas y Policía, se reunieron   a puerta cerrada ayer, sin que trascendiera qué dispusieron, lo que sí es cierto es que hoy nuevamente se inició la cacería.
 
Los fuertes sonidos de los motores de un helicóptero donde iban militares apuntando sus rifles, fue el preámbulo de un día más de terror contra Rigores, donde el pasado 24 de julio llegaron los cuerpos represivos a quemarle las viviendas a más de 70 familias que han permanecido por unos 11 años en ese lugar y ahora están sometidas a fuerte presión para que dejen las tierras.
 
Rodolfo Cruz,   padre de Santos Bernabé, denunció la tarde de ayer “me llevaron a mi muchacho y no sé si está muerto porque se escucharon disparos en las palmeras”. La angustia de la noche no lo dejó dormir porque a pesar de buscarlo no le daban razón de dónde se encontraba.
 
Rodolfo denunció que a eso de las 12 del día de este martes 20 de septiembre nuevamente los cuerpos represivos llegaron, están quemando las casas y es muy probable que capturen más gente o procedan a torturar y golpear hasta mujeres y niños tal como lo hicieron el viernes anterior, al meterse a las viviendas sin ninguna orden de allanamiento, después se llevaron a unas 21 personas entre ellas a otro joven.
 
En una comunicación con Radio Globo, el testimonio de Santos Bernabé deja bien claro las graves secuelas que han dejado las torturas físicas y sicológicas a que fue sometido ayer lunes, hoy mágicamente abrieron la celda y lo dejaron ir y fue rescatado por Haydeé Saravia de la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán, COPA, quien le ha llevado a un examen forense para determinar los daños a la integridad física del muchacho.
 
Acciones deleznables
 
Ayer lunes cuatro comandos del ejército arribaron a la comunidad   transportando a 200 elementos de la policía y del ejército,   rodearon la comunidad por el área denominada Panamá, las laderas de los ríos y la Ilanga, una vez en posición comenzaron a penetrar en las viviendas en forma violenta, destruyendo los enseres domésticos y   golpeando a sus habitantes.
 
El COFADEH presentó un segundo hábeas corpus sobre detenciones ilegales en la comunidad de rigores en menos de 72 horas basándose en el artículo 37 de la Convención Iberoamericana de Juventud, la Convención Americana de Derechos Humanos, entre otros, en el cual pidió al Juez de Letras de Tocoa, Colón nombrar un Juez Ejecutor que de inmediato ordenara la libertad inmediata de los niños que estaban detenidos ilegalmente.
 
En esta ocasión, como en otras parecidas donde los niños, niñas y adolescentes del Aguán están sometidos al terror, brilla por su ausencia la presencia de la Fiscalía de la Niñez que se jacta de llevar a cabo acciones para proteger los derechos de esta población vulnerable.
 
Solo se ha visto que esta fiscalía sale a la luz pública cuando hace acciones contra maestros y maestras que se manifiestan pacíficamente en las calles desde el golpe militar de Estado del 28 de junio de 2009.
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Contrastes de la realidad
MILITARES DEL “HUMANISMO CRISTIANO” TORTURAN NIÑO EN EL BAJO AGUÀN
Por  Carlos Zelaya Herrera*

Tegucigalpa. Militares y Policías sometieron a torturas y simulacros de ejecución a dos niños pertenecientes al asentamiento campesino de “Rigores”, en el Bajo Aguán, departamento de Colón.

El asentamiento fue parcialmente destruido la tarde y noche de ayer por unos 200 uniformados que llegaron en dos helicópteros, que realizaron vuelos rasantes; y en dos camiones que derribaron al menos 10 humildes viviendas, rociando, además, una sustancia amarilla mal oliente en alimentos y sometieron a tratos crueles e inhumanos a gran cantidad de hombres y mujeres miembros de esa comunidad.
Todavía se desconoce el paradero del menor Leonel Cartagena (15 años), quien fue capturado y sometido a torturas junto a Cruz.
Esta mañana, según Rodolfo Cruz, padre de Bernabé, el asentamiento fue nuevamente allanado por policías y militares que procedieron a destruir más humildes viviendas.
Otro rostro de esta realidad despreciable, es el mal gasto de los pocos recursos con que cuenta este paìs, donde la figura del tráfico de influencias, a pesar de estar tipificada en el Código Procesal Penal, es poco o nada aplicado por los órganos de justicia.
Sucede que en el viaje del Presidente Porfirio Lobo Sosa a la sede de la ONU, donde discursará sobre el tema de derechos humanos, acompaña a la delegación una secretaria del área administrativa que, en este caso en especial, se le asignaron 5,500 dólares de viáticos, equivalentes a 105 mil lempiras, al cambio actual de la moneda, sin funciones que cumplir porque no lleva consigo computadora, cámara fotográfica o videocámara.
Este es un caso “insignificante” si consideramos la amplia delegación que acompaña al mandatario y el rango burocrático que ostentan, amparados bajo la sombrilla de desmanes que permite un sistema de gobierno presidencialista, autoritario y poco transparente como el hondureño.
Qué no hacen la clase política y la oligarquía con el dinero y el Presupuesto de este paìs. Ayer la junta directiva de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), conformada por el gobierno y el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), anunciaron la compra directa de 50 megavatios de potencia eléctrica, inversiones en la red eléctrica e instalación de subestaciones, a un costo de 450 millones de dólares.
Mientras tanto, la Policía y el Ejército con gran alarde y despliegue de fuerzas, secuestran, torturan a niños campesinos del asentamiento Rigores, en el Bajo Aguán, a los que rocían combustible, introducen el cañón de los fusiles en la boca y colocan la capucha para asfixiarlos.
Ese es el relato de la víctima, Bernabé Cruz, de 16 años, que fue torturado por los militares cuando se encontraba en un sector de la carretera a Tocoa, Colón.

* Carlos Zelaya Herrera
Periodista en Resistencia
Miembro de Profesionales Latinoamericanos Contra el Abuso de Poder

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