domingo, 25 de diciembre de 2011

La lucha contra el poderoso capitalismo es una batalla seria, no un simple paseíllo



La lucha contra el poderoso capitalismo es una batalla seria, no un simple paseíllo
por Pedro Echeverría V.

¿Cuándo carajos entonces vamos a destruir esta sociedad de la explotación, del trabajo asalariado, la plusvalía, la opresión, si todas las luchas son defensivas, contra los errores del capitalismo?
1. Este año (2011) que está a punto de apagarse, fue un período importante de luchas de los trabajadores del mundo, destacándose también batallas estudiantiles en EEUU, España, Grecia, Chile e Italia. Las concentraciones quizá lograron avances en el desarrollo de la conciencia y ayudaron a frenar algunas medidas de las clases dominantes contra la población, pero en esencia pareciera que son los capitalistas quienes más avanzaron y consolidaron su dominio. Esto podría explicarse por el enorme poder que aún tiene el capitalismo que –aunque sufra muchas crisis fuertes y muy evidentes- es capaz de resolver sus contradicciones y seguir marchando como si nada pasara. Y al parecer no nos damos cuenta o no queremos hacerlo, porque muchas veces nos deslumbran nuestras batallas al darnos la impresión de que avanzamos y estamos a punto de ganar, cuando la realidad es que el sistema de opresión es gigantesco. Pero tenemos que seguir batallando. El escritor Ignacio Ramonet, te pone a pensar.
2. Los "mercados", escribe Ramonet, son ese conjunto de bancos de inversión, compañías de seguros, fondos de pensión y fondos especulativos que compran y venden esencialmente cuatro tipos de activos: divisas, acciones, bonos de los Estados y productos derivados. Su colosal fuerza puede verse comparando dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones (45 millones de millones) de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los "mercados" mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real. La consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada, como lo están haciendo desde hace más de un año contra los países europeos despectivamente calificados de PIIGS (cerdos, en inglés): Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España.
3. Estas cifras en billones a escala financiera frente al trabajo modestísimo, casi insignificante que hemos realizado a través de décadas, me recuerdan cuando con mucho trabajo entregamos mil o dos mil volantes o periodiquitos a igual número de obreros que todos los días, semanas y meses, están atentos a la radio, la TV, a la propaganda de la iglesia y todo el sistema de relaciones capitalistas. ¿Cómo derrotar en México a los consorcios Televisa, TV Azteca, Radiofómula y otras decenas de empresas informativas –que mueven capitales multimillonarios y reciben apoyo de los gobiernos y el imperio? Esto me ha llevado a pensar, que debemos unir y multiplicar los movimientos, las actividades, a fin de que realmente seamos una fuerza que ponga en jaque a la burguesía. Incluso pensar que esas burguesías de cada país cuentan con apoyo internacional y en cualquier momento pueden contar con ejércitos y aviones de otros países. Es decir, si nuestras batallas no son poderosas, seguirán burlándose de nosotros.
4. Ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada, tal como siempre ha sucedido. Cuando la pobre Rusia, China, Cuba, con proyectos proclamados socialistas se buscó confrontar el mercado capitalista y su poderío militar-nuclear, no pudieron. Sus proyectos tuvieron que desnaturalizarse para luego adaptarse al modo de dominación capitalista, o simplemente frenarlos. Y no fue por traición de los equipos de gobierno, sino porque el poderío de las empresas del capital, era mil veces más grande. Estas cifras comparativas que presenta Ramonet, hace pensar que la toma forzada por el leninismo del poder en Rusia, en aquel octubre de 1917, cuando aquel país apenas era semifeudal o semicapitalista, fue determinante del futuro ruso. ¿No lo advirtieron acaso los mencheviques de Martov y Dan?
5. Rusia, aunque Lenin en 1918 reconoció que estaban “caminando muy rápido” y creó la NEP, se desplomó formalmente en 1989. China, aunque vivió la experiencia de Rusia y buscó crear las gigantescas comunas campesinas, después de la muerte de Mao en 1976, comenzó a caminar por la vía capitalista abierta. Cuba, aunque su pueblo heroico ha resistido desde 1961 un terrible bloqueo económico continental, además de invasiones y provocaciones, después de más de 50 años se vislumbra que tendrá que aceptar el capitalismo. ¿Y Venezuela y Bolivia? Defendiéndose boca arriba, pero con mucha dignidad, buscando construir un socialismo que sólo puede existir cuando en capitalismo esté en franco desplome. La realidad es que la sociedad socialista igualitaria y libertaria aún no se asoma por el horizonte porque el funesto capitalismo que ha dominado por lo menos en los últimos 500 años, aún es fuerte.
6. La realidad es que el 99 por ciento de nuestras luchas han sido defensivas, es decir, solamente para defendernos frente a las agresiones, encarcelamientos, asesinatos, que realizan las clases dominantes. Pereciera que aceptamos el capitalismo y sólo habría que criticarle sus errores; por lo menos es lo que encuentro en discursos y demandas. Parece que las batallas anticapitalistas sólo están en la mente de los izquierdosos que, como diría Marx, son la parte pensante del movimiento social. ¿Cuándo carajos entonces vamos a destruir esta sociedad de la explotación, del trabajo asalariado, la plusvalía, la opresión, si todas las luchas son defensivas, contra los errores del capitalismo? No me preocupa mi pinche edad, pero sí que los pobres y los miserables estén sufriendo por millones las enfermedades y las muertes de sus familiares por miseria y hambre. Yo gritaría, junto a muchos, “que muera el capitalismo”; pero la realidad es que sólo es un desahogo.
7. El capitalismo “nos da diez y las malas”, como dicen en el billar, es decir, nos deja movernos, hacer muchas cosas, mientras no lo pongamos en jaque. Podemos movilizarnos en decenas de países, podemos tener gobiernos de izquierda o centroizquierda en el mundo, pero para los controladores del capital mundial es cualquier cosa que, en los hechos, han sufrido durante un siglo o más. El capitalismo tiene mucho margen en sus pérdidas porque sus ganancias son 10 mil veces mayores. Necesitamos crear, inventar en serio, estrategias para ser enemigos de verdad. Pregunto: ¿La lucha de los normalistas de Guerrero terminará cuando castiguen a los asesinos de sus compañeros o cuando logren la plaza automática y el aumento significativo de las matrículas en todas las normales rurales? En fin, la lucha contra el capitalismo –según puede extraerse del artículo de Ramonet- no es sólo gritar “este puño sí se ve”, sino que es una cosa seria.

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