Investigadores de la Universidad de Harvard presentaron en una conferencia fragmentos de un papiro en el que supuestamente Jesús menciona a su mujer, lo que promete reabrir el antiguo debate sobre si Cristo tenía pareja.
Un hasta ahora desconocido papiro sugiere la posibilidad de que Jesús tenía esposa.
Una investigadora de la Universidad de Harvard presentó el martes en una conferencia en Roma fragmentos de un papiro que podría reabrir el antiguo debate en el cristianismo sobre si Jesús estaba casado.
Según los expertos, el fragmento -que data del siglo IV- es auténtico e incluye las palabras: “Jesús les dijo, mi esposa…”, una frase que no aparece en los Evangelios.
“La tradición cristiana ha mantenido desde hace siglos que Jesús no tenía esposa, a pesar de no haberse encontrado ninguna evidencia de ello”, dijo en un comunicado Karen King, del Escuela de la Divinidad de Harvard y responsable de haber presentado el documento.
Según el diario estadounidense The New York Times, la investigadora ha consultado con varios expertos y todos creen que el fragmento no es apócrifo, aunque hacen falta más pruebas concretas para confirmar su autenticidad.
El trozo de papiro, no más grande que una tarjeta de visita, contiene ocho líneas en tinta negra en uno de los lados, escritas en el idioma que hablaban los cristianos coptos que habitaban el actual Egipto.
Según King, el descubrimiento no es una prueba concluyente de que Jesús estaba casado, pero sugiere que la discusión sobre si tenía pareja o no llegó a tomar relevancia en el cristianismo como consecuencia de los intensos debates en torno de la sexualidad y del matrimonio.
UN VIEJA CONTROVERSIA
A pesar de la insistencia de la Iglesia Católica de que Cristo no tuvo esposa, la controversia sobre un posible matrimonio de Jesús ha reaparecido regularmente a lo largo de la historia y recientemente a tomado nuevo vigor con la publicación del best seller de Dan Brown “El código Da Vinci”.
Esta novela está basada en la idea de que Jesús estaba casado con María Magdalena y tenía hijos.
En una entrevista que King le concedió a The New York Times, la autora repitió varias veces que, si bien el fragmento no es una prueba definitiva de un posible casamiento de Jesús, sí es un importante descubrimiento en torno de los conceptos de casamiento, matrimonio y sexualidad que durante siglos han predominado en la Iglesia Católica.
El Vaticano ha reiterado que el sacerdocio no está abierto ni a mujeres y hombres casados, según el modelo establecido por Jesús.
King afirmó que el texto podría haber sido escrito siglos después de la muerte de Jesús y que en la literatura cristiana no aparece ninguna mención similar.
¿AUTÉNTICO?
Roger Bagnall, director del Instituto para el Estudio del Mundo Antiguo en Nueva York, apoyó la autenticidad del fragmento basándose en un examen del papiro y la letra, y Ariel Shisha-Halevy, un experto copto en la Universidad Hebrea de Jerusalén, llegó a la misma conclusión tras examinar el idioma y la gramática.
A pesar de todo, King afirma que la conclusión sobre la autenticidad del papiro dependerá de más pruebas y exámenes, y sobre todo del análisis de los componentes químicos de la tinta con la que fue escrito.
El fragmento, que pertenece a un coleccionista anónimo que contactó a la investigadora para que le ayudase a traducirlo y analizarlo, podría ser originario de Egipto o tal vez de Siria.
King cree que forma parte de un Evangelio perdido, al cual ha nombrado “Evangelio de la esposa de Jesús”, que fue probablemente escrito en griego en la segunda mitad del siglo II y posteriormente traducido al copto.
Este Evangelio podría atribuirse a uno de los discípulos más cercanos a Jesús, pero el verdadero autor sería desconocido aún incluso cuando se conservase el texto en su totalidad.
“El descubrimiento de este nuevo Evangelio ofrece una oportunidad de repensar el papel que el estado civil de Jesús jugó en las controversias cristianas sobre el matrimonio, el celibato o la familia”, afirma King.
“La tradición cristiana solo preservó aquellas voces que aseguraban que nunca se había casado. El nuevo descubrimiento sugiere que algunos cristianos habrían podido tener una opinión diferente”, concluye la investigadora.
Aún no se ha conocido la reacción del Vaticano.
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