x Daniel Guerin El anarquismo es objeto de renovado interés. Se le consagran obras, monografías y antologías. Pero es dudoso que este esfuerzo sea siempre verdaderamente útil
Resulta difícil trazar los rasgos del anarquismo. Los maestros de dicha corriente muy rara vez condensaron sus ideas en tratados sistemáticos. Y cuando intentaron hacerlo, se limitaron a escribir pequeños folletos de propaganda y divulgación que sólo dan una muy incompleta noción del tema. Además, existen varias clases de anarquismo y grandes variaciones en el pensamiento de cada uno de los libertarios más ilustres. El libertario rechaza todo lo que sea autoridad, da absoluta prioridad al juicio individual; por eso "hace profesión de antidogmatismo". "No nos transformemos en jefes de una nueva religión" – escribió Proudhon a Marx–, "aunque esta religión sea la de la lógica y la razón." Los puntos de vista de los libertarios son más diversos, más fluidos, más difíciles de aprehender que los de los socialistas "autoritarios", cuyas iglesias rivales tratan, al menos, de imponer cánones a sus celosos partidarios.
Primera vez publicado: Enero 1965, en idioma francés.
Versión al castellano: Primera vez publicado en Argentina en 1975.
Versión al castellano: Primera vez publicado en Argentina en 1975.
Indice
PrefacioPrimera parte: Las ideas-fuerza del anarquismoSegunda parte: En busca de la sociedad futuraTercera parte: El anarquismo en la práctica revolucionariaI. De 1880 a 1914II. El anarquismo en la Revolución RusaIII. El anarquismo en los consejos de fábrica italianosIV. El anarquismo en la Revolución EspañolaA manera de conclusiónBibliografía sumariaNota de la página 7
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