jueves, 27 de febrero de 2014

Un banquero corrupto es el nuevo primer ministro de Ucrania


Arseniy Yatsenyuk (izq) junto a Oleh Tyahnibok, líder del partido fascista Svoboda.

Un parlamento ucraniano remodelado instalado tras el golpe la semana pasada votó a favor de nombrar a Arseniy Yatsenyuk como nuevo primer ministro del país. Yats, como lo apodó Victoria Nuland, la Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Europeos y de Eurasia en el Departamento de Estado de los EE.UU., era una elección natural. Es un ex banquero millonario que se ha desempeñado como ministro de economía, ministro de exteriores y presidente del parlamento antes que Yanukovich asumiera el cargo en 2010. Es miembro del Partido Patria de Yulia Timoshenko. Antes de la revolución cocinada por el Departamento de Estado y ejecutada por los matones callejeros ultranacionalistas, Timoshenko fue encarcelada por malversación de fondos y otros delitos contra el pueblo de Ucrania. Ahora ella será parte del gobierno instalado, al igual que lo fue después del anterior golpe orquestado, la Revolución Naranja. 

Yats entregará a Ucrania a los banqueros internacionales. "Ucrania está al borde de la quiebra y necesita ser salvada del colapso - Yatsenyuk tiene una sólida formación económica", dijo el miércoles a Bloomberg Ariel Cohen, investigador principal en la Fundación Heritage con sede en Washington. "Ucrania se enfrenta a reformas difíciles pero sin ellas no tendrá un futuro exitoso." 

La discusión con el FMI es crucial, dijo a principios de esta semana el Secretario del Tesoro de EE.UU. Jacob Lew. Con el fin de asegurar el acuerdo, el gobierno estadounidense endulzó la olla. Lew habló sobre Ucrania con la jefa del FMI, Christine Lagarde, mientras regresaba de un cónclave globalista, la reunión del G-20 en Sydney, Australia. 

"El Secretario Lew informó a la directora gerente Lagarde que había hablado el mismo día con el líder ucraniano Arseniy Yatsenyuk y le sugirió el amplio apoyo de un paquete de ayuda internacional vinculado al FMI, tan pronto como el gobierno de transición ucraniano estuviese plenamente establecido por el Parlamento" informó el lunes MNI News. "El Secretario Lew también señaló que le había comunicado al Sr. Yatsenyuk la necesidad de comenzar rápidamente la implementación de reformas económicas y entrar en conversaciones con el FMI tras el establecimiento del gobierno de transición." 

La historia de Ucrania está sacada del libro de recetas del FMI. Los líderes de la nación corruptos del pasado y presente – en especial Timoshenko, que fue a la cárcel por corrupción y robo al por mayor – se han enriquecido a costa de los ucranianos comunes y corrientes. 

"Ucrania en los albores de la independencia era uno de los diez países más desarrollados, y ahora arrastra una existencia miserable", dijo el año pasado el líder del Partido Comunista Petro Symonenko. Los líderes de la nación "firmaron un memorando con el Fondo Monetario Internacional para cumplir los requisitos de los oligarcas, pero por otro lado – para pagar a tiempo los intereses de los préstamos del FMI y elevar los precios del gas y la electricidad", dijo Symonenko. 

La Revolución Naranja - iniciada por la NED, el IRI, Soros y la CIA – instaló una galería de sociópatas canallas y egoístas que llevaron a la quiebra a un país ya seriamente debilitado por la corrupción. 

Para el FMI y la élite financiera, Ucrania no es más que un premio tentador. "Su fértil suelo negro generó más de una cuarta parte de la producción agrícola soviética, y sus granjas proporcionan cantidades importantes de carne, leche, granos y verduras a otras repúblicas", señala ABO, un sitio web que se enfoca los recursos energéticos. "Del mismo modo, su diversificada industria pesada suministra el único equipo (por ejemplo, tubos de gran diámetro) y materias primas para los emplazamientos industriales y mineros (aparatos de perforación vertical) en otras regiones de la ex Unión Soviética." 

Después de separarse de la Unión Soviética y declarar su independencia, se pensaba que el país "liberalizaría" su industria y sus recursos, es decir, abrirlos para la privatización por parte de las empresas transnacionales y los bancos internacionales, pero esto no sucedió con la rapidez suficiente para financieros y corporativistas. 

"La caída en los precios del acero y de la exposición de Ucrania a la crisis financiera mundial debido a los préstamos del exterior redujeron severamente el crecimiento en 2008 y la economía se contrajo más de un 15% en 2009, uno de los peores resultados económicos en el mundo", explica ABO. "En agosto de 2010, Ucrania, bajo el gobierno de Yanukovich, llegó a un nuevo acuerdo con el FMI para un Acuerdo Stand-By de 15.1 mil millones de dólares. El crecimiento económico se reanudó en 2010 y 2011, impulsado por las exportaciones. Después de los desembolsos iniciales, el programa del FMI se estancó a principios de 2011 debido a la falta de avances del Gobierno de Ucrania en la implementación de las reformas clave en el sector del gas, es decir, aumentos en las tarifas del gas. El crecimiento económico se desaceleró en el segundo semestre de 2012 con Ucrania terminando el año en recesión técnica tras dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo". 

Ahora que Yanukovich está fuera de escena, con el esbirro banquero Yats controlando el parlamento, y los matones fascistas controlando las calles y protegiéndose de una contrarrevolución que pueda amenazar el golpe de Wall Street, la costa está despejada para que el FMI continúe donde había quedado. Ucrania, que ahora es uno de los países más pobres de Europa gracias la cleptocracia patrocinada por Washington y Wall Street, está abierta para más saqueos.

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