martes, 29 de noviembre de 2016

Trump y el Triángulo del Norte: ¿Qué pasará con los migrantes centroamericanos?

Autoridades de El Salvador, Honduras, Guatemala y México se reunieron para definir una estrategia conjunta que proteja a sus ciudadanos en Estados Unidos.

Desde que Donald Trump salió elegido como futuro presidente de Estados Unidos, muchas personas de los países centroamericanos han acelerado sus planes de migrar hacia el estado federal antes de que se compliquen las posibilidades de cruzar la frontera sur del país.
En los últimos días, han sido barios los países que han advertido de que grandes grupos de migrantes están saliendo de sus territorios. El Salvador, Guatemala y Honduras, el conocido Triángulo del Norte, es el punto de partida de millones de historias de personas que huyen de sociedades cada vez más violentas y desiguales.

migracion latina
FOTO: REUTERS
Una violencia ejercida por las maras, los grupos de delincuentes creados en los países latinos por los deportados de Estados Unidos, que se habían organizado allá para “protegerse” de las nuevas olas migratorias. Esas pandillas han conseguido el control de comunidades enteras hasta el punto de imponer sus propios códigos y leyes, y castigar sin piedad los incumplimientos o actitudes desleales.
La inesperada victoria de Trump, que durante su campaña prometió deportar a millones de personas y construir un muro en la frontera con México para frenar la migración, ha generado miedo en la empobrecida región centroamericana.
“Hay un aumento en el flujo de inmigrantes, que son estimulados por los ‘coyotes’ para que lleguen a Estados Unidos antes de que el señor Trump asuma el poder”, señaló a Reuters esta semana la vicecanciller de Honduras, María Andrea Matamoros, refiriéndose a los traficantes de personas.
Uno de los temas más trascendentes para estos países, junto con el drama de la deportación, son las remesas, los sueldos que ganan los latinos residentes a Estados Unidos y que envían a sus familias. Según el periodista y analista internacional Raúl Sohr, en México, el año pasado, las remesas llegaron a los 23.500 millones de dólares; en 2014 México recibió más dinero de remesas que por las exportaciones de petróleo. “Estamos hablando de magnitudes extraordinarias”, apunta el experto. En el caso de Guatemala, fueron 5.500 millones de dólares, más de 4.200 en El Salvador o 4.000 millones en Colombia. Este dinero es una inyección para muchas familias y, si Trump cumple con sus promesas, puede hacerse sentir de forma notable en las economías de estos países.
Hasta septiembre de 2016, Estados Unidos detuvo a cerca de 410.000 personas en su frontera con México, casi un 25% más que en 2015, la gran mayoría salvadoreños, guatemaltecos y hondureños. En los últimos cinco años, el número de solicitudes de asilo creció en un 600%.
Esta semana, los cancilleres de El Salvador, Honduras, Guatemala y México se reunieron para definir una estrategia conjunta que proteja a sus ciudadanos en Estados Unidos. Los centroamericanos pidieron a México su apoyo para crear una red de protección para los migrantes y hacer un frente común ante las nuevas autoridades estadounidenses.
Una ruta riesgosa
La ruta hacia el norte está llena de riesgos y muchos quedan en el camino, en México, donde hasta hace poco los crímenes de migrantes centroamericanos quedaban silenciados e invisibilizados. Fue así hasta que las familias de las víctimas se movilizaron para que el país aprobara en diciembre de 2015 un mecanismo para dar cobertura legal a las denuncias de delitos en contra de migrantes e investigar las desapariciones de personas.
En agosto de 2010, la banda de Los Zetas secuestró a dos autobuses llenos de migrantes centroamericanos en la localidad mexicana de San Fernando. Después de torturarlos, mató a 72 y los abandonó.
Un año más tarde, se encontró en una fosa con 193 centroamericanos más. Se calcula que hay todavía unos 26.000 desaparecidos, pero las bandas siguen actuando con total impunidad.
El Ciudadano

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