El ataque a Libia responde a un doble objetivo: el saqueo de sus riquezas naturales y el control directo de los procesos en curso en Túnez y Egipto si éstos no se someten a los designios occidentales.
Unidad del Pueblo
¡¡ Ni dinero, ni un soldado, ni una bala para esta guerra imperialista por petróleo!!
En respuesta a la ofensiva política y mediática a favor de la llamada “Operación Libia” que aboga por una invasión militar noroccidental en ese país, y una vez conocida la aprobación por la onU de una zona de exclusión aérea en Libia, consideramos urgente puntualizar:
1º.- Cualquier intervención militar sobre Libia -y entendemos por tal el bombardeo dirigido a crear una zona de exclusión aérea- ya sea ejecutada por la OTAN, o por EE.UU. y algunos de sus aliados, constituye una violación flagrante del Derecho Internacional y un acto de guerra imperialista que merece el rechazo más absoluto por parte de los pueblos del mundo y la realización de todas las movilizaciones posibles para detener esta nueva guerra.
2º.- El ataque a Libia responde a un doble objetivo: por un lado, el saqueo de sus riquezas naturales, sobre todo gas y petróleo, y por otro, el control directo de los procesos en curso en Túnez y Egipto, si éstos no se someten a los designios occidentales, así como de los levantamientos populares contra las petromonarquías del Golfo Pérsico, aliadas privilegiadas de EE.UU, la UE e Israel. La ocupación de Bahrein por tropas de Arabia Saudí, a petición de su gobierno, con la aquiescencia de EE. UU. y sin que ningún país – salvo Irán – haya expresado rechazo alguno, es suficientemente significativa.
3º.- También ahora, con el mismo cinismo que en guerras anteriores, se recurre desde los grandes medios de comunicación, al discurso de los “Derechos Humanos”. Pero nadie con un nivel mínimo de información debería creer a gobiernos que en tantas ocasiones han provocado masacres sobre millones de personas y depuesto a gobernantes que no se plegaban dócilmente a los intereses de sus multinacionales. El terrible sufrimiento que vienen provocando en Iraq y Afganistán – con el pretexto del burka o las armas de destrucción masiva – nos debe recordar que siempre que hablan de “intervención humanitaria” están preparando un gigantesco robo a mano armada.
4º.- Si el Gobierno Zapatero apoya y/o participa en una intervención de la OTAN, con o sin el acuerdo del Consejo de Seguridad de la onU–, tal y como reclama la ministra guerrera Trinidad Jiménez, debe ser considerado cómplice de un Crimen de Guerra.
Esa participación militar del Estado español será responsabilidad del gobierno del PSOE, y constituirá la enésima muestra de sometimiento de un Ejecutivo español al imperialismo euro-estadounidense y de su apoyo a los intereses privados de grandes multinacionales españolas como REPSOL, SACIR, ABENGOA, GAS NATURAL…etc. Y lo mismo habrá que decir de los Grupos Parlamentarios que apoyen la participación en esta nueva acción de guerra.
5º.- En momentos en que millones de trabajadoras y trabajadores atraviesan situaciones dramáticas de supervivencia y se recortan por todos lados derechos y prestaciones sociales, el dispendio económico de una nueva guerra resulta INTOLERABLE. Hoy, más que nunca, hay que gritar bien alto: ¡Ni un euro para la guerra!
¡No a la guerra imperialista!
¡Por la soberanía de los pueblos!
¡OTAN no, Bases fuera!
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