Lo más importante es que una nueva generación ha entrado en la lucha, una generación que podría proveer la base de un nuevo y vibrante movimiento contra el sistema.
Andy Durgan (En lluita / En lucha)
Miles de personas, principalmente jóvenes, están involucradas en el nuevo movimiento en el Estado español. La gente joven ha sufrido durante años condiciones de trabajo precarias, sueldos insuficientes y contratos temporales. Pero los efectos se han vuelto más marcados con la última crisis del capitalismo. Cerca de un 21% de la población no tiene trabajo y entre los menores de 30 años el porcentaje sube al 40%. Esto no incluye a las y los estudiantes que buscan trabajo, así que la cifra en realidad es mayor.
Si eres joven lo tienes negro. Un 85% de las personas menores de 30 viven con sus padres a causa de los precios de la vivienda.
El movimiento está parcialmente inspirado por los acontecimientos en Egipto. Lo que ahora se conoce como “Movimiento 15 de Mayo” había convocado una manifestación ese día exigiendo “Democracia Real Ya”. La gente protestaba porque el sistema político es una farsa –las elecciones, los partidos, todo.
Los principales partidos políticos han roto sistemáticamente sus promesas y han traicionado a la gente que los votó. Muchas de las demandas del movimiento tienen un carácter anticapitalista. Hay un sentimiento generalizado de que no deberíamos ser nosotros quienes paguemos por la crisis.
La convocatoria por una democracia participativa real tiene implicaciones revolucionarias, incluso si estas demandas no necesariamente son vistas de ese modo. Ninguna organización específica convocó las protestas. Los y las activistas se juntaron, cara a cara y vía internet, para construir la manifestación de aquel día. Algunos de ellos estuvieron participando hace cinco años en una campaña por la vivienda (V de vivienda) que movilizó a decenas de miles a lo largo del estado. Otro sector venía de una campaña para defender del desalojo a la gente que no podía pagar su hipoteca. Pero la mayoría de las personas no estaban organizadas. La convocatoria inspiró a decenas de miles de personas. Ahora hay cerca de 120 protestas y asambleas en todo el estado.
El lunes siguiente al 15 de Mayo, la policía atacó al campamento espontáneo que un pequeño número de personas había levantado en Madrid. Esto provocó una gran reacción contra la represión y disparó las protestas a lo largo del Estado. Una vez que la gente estuvo en las plazas, la influencia de los movimientos árabes fue más evidente.
El movimiento ha planteado cuestiones organizativas a la vez que se ha ido desarrollando. Los sindicatos aquí son muy débiles. Sólo un 19% de los trabajadores están sindicalizados. Los y las trabajadoras pueden estar en comités de empresa, que negocian los salarios, estén en un sindicato o no. La mayoría de delegados están en sindicatos –pero no sucede lo mismo con los trabajadores que los votan. La mayoría de los jóvenes tienen poca experiencia laboral y, por lo tanto, poca experiencia de organizarse en el trabajo ni tampoco experiencias positivas con los sindicatos.
El pasado septiembre, los sindicatos mayoritarios organizaron una Huelga General en la que participaron siete millones de personas. Pero estos sindicatos no continuaron las acciones y muy poco después firmaron acuerdos con el PSOE en el gobierno atacando los derechos laborales. Estos acuerdos abarataron los despidos, atacaron las pensiones y aumentaron la edad de jubilación.
Una tercera parte de las y los trabajadores en el Estado español tiene contratos temporales. Muchos ven a los sindicatos como parte de una desacreditada élite que les vende. Los sindicatos mayoritarios han dicho muy poco acerca de las protestas. Esta respuesta es muy similar a la del PSOE –mucha pantomima pero ninguna acción. Esto es porque sus políticas y sus acuerdos son precisamente lo que la gente quiere tumbar.
Pero los votantes no se han movido a la derecha. En la elección reciente, el PSOE ha perdido el 20% de sus votos, pero la derecha sólo ganó un 3%. Unos pocos votos fueron a IU, pero no muchos.
El movimiento es crítico con las posiciones económicas y políticas tomadas por aquellos en el poder. No hay conexión entre la gente en las calles y la cúpula de los sindicatos y del PSOE.
Fracaso
Las ideas autonomistas son fuertes aquí, en parte porque los grandes partidos están completamente subordinados a los bancos y a las instituciones financieras. La izquierda revolucionaria colapsó en los años posteriores a la transición del fascismo a la democracia –tras la muerte del General Franco en 1975. Y dejó un vacío que las ideas autonomistas pueden llenar. Estas ideas tienen sentido para la gente que no está organizada. La mayoría están siendo activistas por primera vez, y el rechazo de los partidos y los sindicatos va atado a la idea de que esto es algo nuevo. La gente quiere construir algo distinto.
Qué organizaciones forman parte de los campamentos varía de lugar en lugar, aunque hay consenso general en que no se debería permitir a ninguna organización. Hay discusiones muy serias acerca de cómo avanzar y los socialistas revolucionarios, como nosotras y nosotros en En lucha –la organización hermana del Socialist Worker en Gran Bretaña– podemos intervenir en ellas. Somos muy activos en las asambleas generales de los campamentos. En todos los lugares en los que estamos involucrados trabajamos duro para que la asamblea y el campamento funcionen a cada nivel, hombro con hombro con los activistas. Y aunque tenemos nuestras propias ideas de cómo deberían desarrollarse las cosas –y las planteamos–, es importante respetar la democracia directa de masas que se lleva a cabo en los campamentos. Hemos puesto mesas con nuestras publicaciones justo fuera de los campamentos y nos ha ido muy bien. Hemos editado un suplemento especial de nuestro periódico que tuvo muchísima aceptación. Hemos conocido a decenas de personas que muestran un interés en nuestras ideas. Incluso algunas se han afiliado a En lucha / En lluita. Hemos hecho un blog, “De la indignación a la revolución”, que es un eslogan que hemos promovido en los campamentos. Estamos convencidos de que debemos frenar las ideas antisindicales si queremos que el movimiento se expanda y se profundice. Trabajamos con otros anticapitalistas y con militantes de sindicatos combativos en este sentido. Decimos que los campamentos deben levantarse, construyendo asambleas en los barrios y llevando las ideas del movimiento a los centros de trabajo.
La organización de las asambleas locales e incluso los nuevos campamentos han sido bastante exitosos. La intervención en los lugares de trabajo es más difícil. Pero cuando algunos jóvenes de la acampada de Barcelona fueron a una fábrica industrial que actualmente está en huelga, las y los trabajadores del piquete estaban entusiasmados por conocerles.
Es imposible medir cuán profundo es el sentimiento de solidaridad. Pero hay señales. Cada noche a las 21h la gente realiza una caceroleada en las acampadas como parte de la protesta. Después del brutal ataque policial el 27 de mayo en Barcelona, mucha gente nos acompaña desde sus balcones con la cacerolada.
En Sevilla se realizó una manifestación desde la acampada atravesando un barrio obrero. La gente salió y se unió a la protesta
Manifestación
La última semana algunas acampadas decidieron poner una fecha para levantar el campamento, en muchos casos coincidiendo con una movilización local. Todas hacen hincapié en que las asambleas de masas continuarán en los barrios y la lucha seguirá. Esto tiene sentido, ya que el movimiento debe continuar y sería muy difícil sostener indefinidamente los campamentos.
La manifestación estatal el 19 de Junio es un foco para todas. El movimiento, por el momento, ha tenido sólo un pequeño impacto en la lucha contra la austeridad. Pero esto puede cambiar. Lo más importante es que una nueva generación ha entrado en la lucha, una generación que podría proveer la base de un nuevo y vibrante movimiento contra el sistema. Y esto, como se ha visto en otros lugares, forma parte, cada vez más, de la nueva rebelión internacional de los y las jóvenes.
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Andy Durgan es militante de En Lluita / En Lucha.
Artículo de Andy Durgan desde Barcelona para el Socialist Worker de Gran Bretaña sobre la revuelta en el Estado español contra la crisis económica.
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