Betty Tibikawa, una joven ugandesa de 22 años, se enfrenta a la deportación del Reino Unido, país en el que pidió asilo después de huir del suyo por la persecución a la que se enfrentaba por ser lesbiana. A Tibikawa la marcaron con un hierro candente en “castigo”, después de aparecer en una revista
Kaos. Mujeres y género | Dos Manzanas
Betty Tibikawa, una joven ugandesa de 22 años, se enfrenta a la deportación del Reino Unido, país en el que pidió asilo después de huir del suyo por la persecución a la que se enfrentaba por ser lesbiana. A Tibikawa la marcaron con un hierro candente en “castigo”, después de aparecer en una revista bajo el letrero de “se busca”.
La joven se encuentra detenida en el centro de expulsión de inmigrantes de Yarl’s Wood en Bedford, Reino Unido. Su solicitud de asilo fue denegada a pesar del anuncio del viceprimer ministro Nick Clegg la semana pasada de que no se deportaría a personas hacia países en donde pudieran sufrir persecución por su orientación sexual.
Tibikawa iba a empezar sus clases en la universidad en Kampala cuando fue atacada por tres hombres que la insultaron por su homosexualidad. La marcaron con un hierro candente y la dejaron inconsciente. La joven ha estado dos meses en cama, y un informe médico independiente confirmó que sus cicatrices tenían como origen la marca de hierro. Tibikawa ha declarado sufrir “terribles pesadillas” sobre lo que puede pasarle si regresa a Uganda. “Mi familia me ha repudiado por ser ser lesbiana y estoy convencida de que me matarán si me mandan a casa“, afirmó.
Desde la organización Medical Justice, su coordinadora Emma Ginnlamentó que, a pesar de la evidencia médica, la agencia de fronteras del Reino Unido (UKBA) no se cree la historia de Tibikawa. Gauri van Gulik, de Human Rights Watch, dijo que según sus investigaciones, “muchos de los casos de mujeres como Betty no son tomados en serio por la UKBA. Por desgracia, las mujeres que sufren este tipo de violencia tienen dificultades serias al pedir asilo“. La UKBA salió al paso de estas críticas afirmando que el gobierno británico está comprometido con los casos de personas que “realmente” hayan tenido que abandonar países concretos por su orientación sexual o su identidad de género, pero que cuando alguien no presenta “una demanda real” se espera de ellos “que abandonen voluntariamente” el país.
La situación de las personas LGTB en Uganda, como ya hemos venido informando en dosmanzanas, es muy complicada. A pesar de que hace unas semanas se cerró el periodo de sesiones sin aprobar un proyecto de ley que contemplaba hasta la cadena perpetua para los homosexuales, la homofobia social está ampliamente extendida y ello empuja a muchos jóvenes a huir del país. Es el caso de Brenda Namigadde, que estuvo a punto de ser expulsada del Reino Unido el pasado febrero o de Brenda Mutesi, que se encontró en Francia en una situación similar.
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