Mientras el Parlamento catalán era bloqueado, la juventud griega hacía lo propio en la Plaza Sintagma. En América Latina, Chile se ve sacudida por enormes movilizaciones estudiantiles y docentes
Diego Mendoza | Prensa Obrera
El domingo 19 de junio, la juventud española volvió a copar las calles de todo el país; hubo manifestaciones masivas en decenas de ciudades.
El contenido de la protesta subió varios peldaños respecto a las movilizaciones iniciales, pues el eje ya no es solamente la política corrupta o la crisis de representación sino la denuncia de la estafa de los banqueros por medio de los planes de rescate, el repudio a la reforma laboral que priva de todo derecho a los trabajadores, la precarización social de la juventud, el llamado a resistir los desalojos de las viviendas.
La jornada de movilización desató un enorme movimiento de solidaridad en toda Europa. El movimiento de los Indignados tuvo la enorme capacidad de responder a las condiciones cambiantes de la lucha: es así que mantuvo la movilización a través de las asambleas barriales y el entrelazamiento con otros movimientos, vinculados al movimiento obrero o a las organizaciones de lucha vecinales, y ahora prepara marchas convergentes hacia Madrid desde distintos puntos de España -que serán jalonada por asambleas en distintas ciudades y regiones.
Un momento fundamental de esta lucha lo protagonizaron los Indignados catalanes, el 15 de junio, cuando bloquearon el Parlament, en Barcelona, cuando se aprestaba a votar el recorte del gasto público del 10%, con una reducción de las prestaciones sociales y sanitarias.
Los diputados fueron brutalmente increpados y debieron ingresar escoltados por los Mossos D'Squadra (policía autonómica). El presidente catalán, Artur Mas, y la titular del Parlamento, Nuria de Gispert, debieron utilizar un helicóptero para llegar al recinto. También en Galicia, los jóvenes realizaban una manifestación frente al Parlamento local. El mismo día, en Madrid, un grupo de Indignados detuvo el desalojo de una vivienda.
Mientras el Parlamento catalán era bloqueado, la juventud griega hacía lo propio en la Plaza Sintagma. Las protestas de los Indignados griegos tuvieron lugar en el marco de una nueva huelga general de 24 horas convocada por las dos centrales sindicales. La magnitud de la huelga colocó en la pendiente al gobierno de Papandreu y su plan de ajuste.
La prensa internacional habla de un "Argentinazo" en Grecia, en especial luego de un "cacerolazo" masivo de amas de casa. Cuando la burguesía mundial descontaba el agotamiento de las masas helenas, luego de un año y medio de huelgas y manifestaciones, las últimas semanas mostraron lo contrario: la posibilidad de que las luchas acaben derrocando al gobierno del ‘ajuste', sin posibilidad de recambio por la derecha -o sea abriendo el camino a una organización alternativa desde abajo y al doble poder. En esta dirección debería orientarse la tendencia asamblearia que han profundizado los Indignados.
En la otra punta de Europa, la misma semana, los docentes y empleados estatales de la ‘moderada' Gran Bretaña votaron en masa ir a la huelga contra el recorte de sus pensiones por parte del gobierno conservador-liberal. La votación a favor del paro fue histórica: en algunos sindicatos regionales, la decisión de parar superó el 93% de los votos. La huelga se realiza luego del derrumbe electoral de los liberales -el aliado de los Tories.
Salvando las distancias y con sus particularidades, los italianos vienen copando cada día más las calles, luego de propinar sonoras derrotas a Berlusconi en elecciones municipales y en un referendo sobre cuestiones múltiples -en particular el rechazo a la privatización del agua.
En Italia la transición hacia un poder alternativa está en pleno desarrollo, porque además del golpe mortal propinado a un ‘gagá' como Berlusconi, se está diezmando la Liga del Norte, que hace poco más de un año parecía destinada a conquistar incluso el sur de la Península.
El reguero de rebeliones populares que recorre China contra la represión estatal y paraestatal, no suma simplemente a esta rebelión generalizada: es su pico más relevante y la que contiene un potencial capaz de conmover al mundo. Los estallidos incluyen la reacción contra la represión policial, contra las expulsiones de los campesinos de sus tierras, contra la contaminación descomunal que provocan las ‘obras públicas' y las explotaciones privadas.
En América Latina, Chile se ve sacudida por enormes movilizaciones estudiantiles y docentes por la reforma del sistema educativo heredado del pinochetismo. En Santa Cruz, los docentes y petroleros se rebelan contra el gobierno, las petroleras y la burocracia sindical.
La tendencia a la rebelión de la juventud y de las masas recorre el mundo; iniciada en Túnez y con la revolución árabe, es la respuesta a la bancarrota capitalista, las primeras respuestas gigantescas al agotamiento del régimen social y político del capital.
La revolución mundial da sus primeros pasos y balbuceos.
Diego Mendoza
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