36 mil personas firmaron una petición de renuncia contra el político del gobernante liberal-conservador Partido Socialdemócrata.
- En la tarde del martes, centenas de personas se habían dado cita frente a la residencia oficial del presidente en Lisboa, el Palácio Nacional de Belém, para expresar su ira. "¡Fuera!", gritaban, y juntaban "limosnas" para el "pobre presidente". Dejaron frente a la puerta monedas, así como paquetes de arroz, leche y cereales. Foto Especial
Lisboa, Portugal.- Un desliz verbal ha colocado al presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, en la picota pública: En el país más sacudido por la pobreza y la recesión en Europa occidental, Cavaco se atrevió a quejarse de su "escasa" pensión, y con ello se hizo blanco de la furia de decenas de miles de indignados que piden su cabeza.
Hasta hoy a la tarde, unas 36,000 personas habían firmado en Internet una petición de renuncia contra el político del gobernante liberal-conservador Partido Socialdemócrata. No sólo los ciudadanos y la oposición, también medios y la iglesia se mostraron consternados.
En la tarde del martes, centenas de personas se habían dado cita frente a la residencia oficial del presidente en Lisboa, el Palácio Nacional de Belém, para expresar su ira. "¡Fuera!", gritaban, y juntaban "limosnas" para el "pobre presidente". Dejaron frente a la puerta monedas, así como paquetes de arroz, leche y cereales.
Manuel Clara, un jubilado de 76 años, estaba entre los manifestantes y le dijo al diario "Público": "Vine a protestar porque este hombre dijo que ganaba poco. Eso me cayó muy mal".
Cavaco eligió muy mal sus palabras, criticó también el arzobispo de Braga, Jorge Ortiga.
"Público" advirtió al presidente y a los demás políticos: "Ante una crisis que obliga a las personas a hacer sacrificios sin precedentes, unas palabras fuera de lugar alcanzan para incendiar el país".
El número de firmas en la petición crece vertiginosamente. De alrededor de 4,000 el sábado a 19,000 el martes y 36.000 hoy jueves.
Todo comenzó la semana pasada. Cavaco había acabado de recibir un anuncio de que una de sus pensiones también sería afectada por los cortes de gastos sociales. "Voy a recibir 1.300 euros, sí, no escucharon mal, 1,300, no voy a poder hacer frente a mis gastos", se quejó ante periodistas.
Lo que no dijo Cavaco es que esa es sólo una de sus pensiones. En enero de 2011, tras la entrada en vigor de una ley que prohibe recibir pensiones y un salario del Estado al mismo tiempo, el político de 72 años de edad había renunciado a sus haberes como presidente, de 6523,93 euros brutos, ya que ese valor era inferior al del total de pensiones que declaró en la época, de más de 10,000 euros.
Ese valor debe haber bajado ahora ligeramente, pero ese hecho no alcanza para que en Portugal, un país en el que el jubilado promedio se las tiene que arreglar con 400 euros y la mayoría de los jóvenes no gana más de 500, se tuviera pena con el presidente.
Los ciudadanos de Portugal recibieron las palabras de Cavaco con "incredulidad y consternación", reza la mencionada petición de dimisión.
Se recuerda en la petición que fue Cavaco quien, pocas semanas atrás, decretó el Presupuesto de Estado para 2012 que prevé, entre muchísimas otras durísimas medidas de austeridad, la supresión parcial o total de los salarios 13 y 14 de aquellos jubilados que ganan más de 600 euros.
Tras diversos "paquetes de medidas" en los últimos años, en 2012 los portugueses enfrenten nuevos aumentos de impuestos y de precios, así como recortes de salarios y beneficios sociales. Los gastos de salud y educación del Estado, por ejemplo, bajan este año en un diez por ciento.
Portugal sufre no solo por la crisis de la deuda y el euro en Europa. Este país de 10,5 millones de habitantes tiene una economía que no levanta cabeza desde hace más de una década.
Para 2012 se prevé una recesión de más de tres por ciento, al tiempo que el desempleo ya alcanzó un nivel récord de 13.2 por ciento.
El presidente, en el cargo desde 2006 y jefe de gobierno de los "años de oro" de Portugal entre 1985 y 1995, entretanto intentó disculparse. Solamente quería destacar, alegó, que él también hace sacrificios.
Para Nuno Luis Marreiros, el hombre que inició la petición de renuncia, estas palabras no son disculpa suficiente. "En su momento llevaremos la demanda de renuncia al parlamento", anunció.
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