Los estudiantes chilenos dieron un nuevo golpe político al gobierno derechista de Sebastián Piñera al convocar a 80.000 personas en la primera marcha nacional del año en demanda de una enseñanza estatal, gratuita y de calidad.
La manifestación pacífica de este miércoles 25 reafirmó el compromiso del arco educativo con las reclamadas reformas estructurales al sistema y marcó el comienzo del que se prevé será un nuevo periodo de agitación social.
“Esta gran convocatoria no nos alegra únicamente por el número de adherentes, sino porque detrás de ella hay un claro mensaje: el movimiento social por la educación, lejos de estar muerto, está más vivo que nunca”, dijo a IPS el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Noam Titelman.
“Las políticas públicas no pueden hacerse a espaldas de la ciudadanía; tenemos que acostumbrarnos a que cada vez más vamos a ver a una población empoderada, participando en estos espacios, queriendo desarrollar una alternativa al modelo actual”, añadió en un alto de la marcha, que partió denla plaza Italia, punto simbólico de expresiones políticas y deportivas de Santiago.
Con pancartas que rezaban “La revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella” y “Nos tomamos la calle para que no nos callen”, la movilización fue encabezada por dirigentes de estudiantes, universitarios y secundarios y un actor que representó al expresidente socialista Salvador Allende (1970-1973), vitoreado por los asistentes.
Un fuerte contingente de la policía de Carabineros vigiló de cerca la columna que avanzó por la avenida Libertador General Bernardo O’Higgins, más conocida como Alameda, la principal calle de Santiago, y que culminó con un acto en la Estación Mapocho, unas 10 cuadras al norte de La Moneda, la sede de gobierno.
La protesta se realizó dos días después del anuncio del gobierno proponiendo que el Estado asuma íntegramente el financiamiento de la educación superior, dejando fuera del sistema a la banca privada y eliminando el crédito con aval estatal, un “gesto” que los estudiantes valoraron, pero consideraron insuficiente.
“Haber sacado a los bancos es un logro de la ciudadanía y lo consideramos un avance, pero no alcanza”, señaló Titelman.
El líder universitario añadió que una de las principales críticas es “que se trata de un anuncio, en lugar de ser el resultado del diálogo entre el gobierno y los distintos actores del mundo de la educación”.
Además, se deja fuera algunas de las problemáticas planteadas por el movimiento estudiantil que también estuvieron presentes en las protestas de la austral región de Aysén, respecto del financiamiento de las universidades en regiones, indicó. Una investigación del Centro de Información Periodística (Ciper-Chile) indicó que los siete bancos que participan del sistema de crédito con aval del Estado se embolsaron más de 312 millones de dólares entre 2006 y 2011.
La Confederación de Estudiantes de Chile estima que se requieren 1.800 millones de dólares anuales para crear un sistema de enseñanza superior gratuito en el país.
El nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Gabriel Boric, sostuvo que “pese a que el gobierno trató de que su propuesta presentada el lunes (23) fuera definitiva y especuló respecto de la capacidad de convocatoria del movimiento estudiantil, hemos dado una clara señal de que no estamos para maquillajes”.
“Queremos reformas de fondo, queremos cambiar el rumbo de la educación de este país y que sea un derecho para todos”, arengó. Boric confirmó que los estudiantes están abiertos al diálogo con el gobierno de Piñera, pero bajo “requisitos mínimos” como la reincorporación de decenas de estudiantes secundarios a quienes se les canceló la matrícula por participar en las movilizaciones de 2011.
“Tampoco estamos disponibles para discutir en los márgenes de la propuesta presentada el lunes, queremos debatir sobre la esencia del problema y no sobre la regulación de los excesos”, enfatizó. El gobierno, en tanto, calificó de “masiva” la manifestación, cuya convocatoria fue calculada por las autoridades en 48.000 asistentes, destacando además su carácter pacífico. Es que la movilización transcurrió sin incidentes, aunque después del acto final un grupo reducido de encapuchados se enfrentó con la policía.
“Fue una protesta que nosotros respetamos plenamente como gobierno. Creo que es súper importante rescatar que el día de hoy y esta semana estamos viviendo en el país momentos que son sumamente importantes, y hemos puesto todos la educación como un tema absolutamente central”, afirmó.
“Queremos mejorar la educación en Chile, porque entendemos que es fundamental para generar una sociedad con mayor igualdad de oportunidades”, añadió.
(Con información de IPS)
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