Factores de carácter económico y demográfico han generado uno de los fenómenos migratorios más inusuales de los últimos tiempos, pues actualmente salen más mexicanos de los que entran a Estados Unidos.
Estados Unidos ha sido desde su fundación un país de inmigrantes, con políticas a lo largo de su historia han oscilado entre la apertura más o menos amplia a extranjeros que ingresan a su territorio y, por otro lado, otras francamente violentas contra nacionalidades específicas.
Asimismo, muchos de estos flujos migratorios se explican, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX, por la bonanza económica del país, un punto casi mítico en el que millones de personas en todo el mundo siguen viendo un terreno fértil para el cumplimiento de sus sueños-
Sin embargo, esta situación se ha modificado drásticamente a raíz de las más recientes crisis financieras, al grado de que se ha registrado un fenómeno migratorio hasta ahora inédito.
De acuerdo con estimaciones del Pew Hispanic Center, por primera vez desde la Gran Depresión hay más mexicanos saliendo de Estados Unidos que ingresando, un patrón que podría marcar el fin de esta nacionalidad como la minoría inmigrante más populosa en la Unión Americana.
Así, entre 2005 y 2010, 1.4 millones de mexicanos dejaron los Estados Unidos. En contraste, entre 1995 y 2000, se mudaron al país 3 millones, pero entre 2005 y 2010 solo 1.5 millones, en una tendencia que va claramente a la baja. Igualmente se sabe que la población de origen mexicano nacida en territorio estadounidense se incrementó desde 1970 hasta alcanzar su punto máximo con 12.6 millones de personas en 2007, cayendo desde entonces a los 12 millones.
Otros datos aseguran que los mexicanos indocumentados pasaron de 7 millones en 2007 a 6.1 millones en 2011, mientras que los legalmente establecidos se incrementaron ligeramente: de 5.6 millones en 2007 a 5.8 millones en 2011.
El estudio propone como posibles explicaciones no solo factores de índole económica como la poca generación de empleos en Estados Unidos, especialmente en el ámbito de la construcción, uno de los cotos más importantes para la población inmigrante mexicana, sino también otros de carácter demográfico como el descenso de la natalidad en México y también otros como el incremento en las deportaciones y el reforzamiento de las medidas de seguridad en la frontera sur del país.
Según algunos analistas, este fenómeno podría tener incluso en el corto plazo consecuencias políticas de consideración, sobre todo en cuanto a la formulación de políticas públicas se refiere y a la importancia que los partidos Demócrata y Republicano conceden a la población electoral relacionada con las minorías migratorias.
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