Los ecologistas búlgaros se han echado a la calle para protestar contra la nueva ley forestal que ha aprobado el gobierno.
Esta facilita la construcción de equipamiento deportivo de esquí sin necesidad de modificar la categoría del suelo (es decir, de declararlo urbanizable).
Además flexibiliza la construcción en suelo forestal público. Los espacios protegidos, según la ONG WWF, constituyen el 20% del país.
Para los empresarios del sector, es una buena noticia: esta nueva legislación permite ampliar las pistas de esquí y reactivar la economía.
Los ecologistas han pedido al presidente del país, Rossen Plevnelíev, que vete la ley porque, a su juicio, es una depredación del terreno natural de Bulgaria.
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