martes, 10 de julio de 2012

Experto norteamericano: “Washington podría ejecutar a Assange”


Thomas Andrews DrakeRT Actualidad – En caso de que Julian Assange caiga en manos de EE.UU., el fundador de WikiLeaks podría ser ejecutado. Así lo aseguró a RT el ex alto funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) Thomas Andrews Drake.
Experto en espionaje electrónico, Drake sacrificó su carrera para hacer sonar la alarma sobre las múltiples violaciones de derechos dentro de la agencia. En el marco de la entrevista, relató a RT cómo EE.UU. practica su “tiranía suave”, bajo la cual  todo el mundo es objeto de vigilancia permanente, ya que la seguridad se ha convertido allí en una religión de Estado.

Assange y su futuro en EE.UU.

Drake asegura que las autoridades norteamericanas están demasiado indignadas con el fundador de WikiLeaks, por lo que harán lo que esté en su mano para encerrarlo durante el tiempo que sea posible o recurrirán a la ejecución.
Así, según informes de prensa, ya se ha organizado un Gran Jurado clandestino y tal vez, ya haya preparada una sentencia, que Julian Assange cumpliría inmediatamente si EE.UU. se hiciera con él. El ex agente de la NSA subraya que hay múltiples altos cargos en el país que insisten en una sentencia de muerte para el fundador de WikiLeaks.
“Decir la verdad al poder es muy peligroso. A las élites, a los responsables no les gusta que aireen los trapos sucios. No solo se oponen a esto, sino que deciden convertir la verdad en actividad criminal”, enfatiza Drake.

Trapos sucios de la NSA

El ex alto funcionario de la NSA relata la existencia de un gran programa insignia llamado ‘Trailblazer’, diseñado para catapultar a la NSA en el siglo XXI para hacer frente a las enormes cantidades de datos generados por la era digital.
“Lo que hizo la NSA fue realizar un abuso generalizado del ‘Trailblazer’, así como crear un programa de vigilancia súper secreto, con lo que violó por completo la Constitución y la Cuarta Enmienda”, confesó Drake.
“Descubrí, para mi horror y conmoción, que poco después del 11-S, la NSA estableció un acuerdo secreto con la Casa Blanca, según el cual la agencia se convertiría en el agente ejecutor de este programa de vigilancia secreta”.

Vigilancia como religión de Estado

“Lo que quiere el Gobierno es tener cada vez más acceso a los datos privados. La ley de ciberseguridad CISPA llevaría el hecho a un siguiente nivel. Bajo la etiqueta o el rótulo de las amenazas informáticas, el Gobierno busca un acceso aún más invasivo a las redes, generalmente cerradas al público”.
De acuerdo con las palabras del experto, se trata de una “tiranía suave”, del “establecimiento de una sociedad de vigilancia. Las personas no se dan cuenta de hasta qué punto están controladas, del grado en que una gran cantidad de nuestros datos transaccionales en todas sus formas —formularios electrónicos, e-mails, ‘tweets’, registros bancarios y todo lo demás— están sujetos a esta vigilancia”.
Drake hace hincapié en que la censura proviene del miedo. “El temor en sí mismo es el control. Es lo que hace la gente cuando tiene miedo: empieza a censurar. Se envía un mensaje escalofriante con la amenaza de que si usted se pone a hablar, le espera un golpe duro. Nuestra seguridad se ha convertido en nuestra religión de Estado. No lo dude. Porque si no está seguro, será su lealtad la que se pondrá en duda”.
El propio Pentágono tiene constancia de que si una nación lleva a cabo cualquier acción en contra de EE.UU., se trata de un acto de guerra, sostiene el experto. Sin embargo, sus propias acciones son tachadas, por ejemplo, de “operaciones cibernéticas”. “Recurre a una gran cantidad de etiquetas de todo tipo para que sea algo diferente de lo que realmente es. Entonces, ¿dónde se traza la sutil línea?

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