Una multinacional genocida mundial
No a Monsanto, no al Agronegocio
Como instructivo para todos los compañeros preocupados por el tema agrario y las amenazas de Monsanto, para los productores y particularmente para los compañeros trabajadores que nos han expresado sus interrogantes al respecto y que en estos momentos se están reuniendo en la localidad cordobesa de La Falda para generar desde el movimiento obrero organizado un programa político.
En el estricto plano de lo legal, cuando como ahora se debate sobre semillas y patentes, la opinión del GRR, sería más política que técnica. EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS NADA DEBERÍA SER MODIFICADO DE NUESTRO ACTUAL MARCO LEGAL NACIONAL e INTERNACIONAL.
Es decir: ni la Ley de semillas No 20.247/73, ni la Ley de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad N° 24.481/95 modificada por ley 24.572/96, ni derogada la Ley No 24.376/94 por la que Argentina adhirió al Convenio internacional para la protección de las obtenciones vegetales, UPOV 1978, y que se mantiene vigente como actual compromiso internacional. Cualquier cambio que se proponga en estas circunstancias políticas, tanto por la ignorancia generalizada como por la penetración y lobbi de las Corporaciones Transnacionales, nos llevaría inexorablemente a la UPOV 91 con tremendas consecuencias para nuestro país y enormes beneficios lucrativos para las corporaciones. Y este cambio sería irreversible. Nos referimos a los actuales reconocimientos de regalias al obtentor en mérito a retribuir supuestos mejoramientos de la semilla y a los derechos al patentamiento de la vida y de las semillas que ahora se nos proponen.
Más aún, toda modificación que se hiciera en estas normativas redundaría en un mayor perjuicio para medianos y pequeños productores agrícolas y para nuestra maltratada y deteriorada Soberanía Alimentaria, afectando aún más a los trabajadores rurales que aún restan y acentuando su forzada emigración a las periferias urbanas de inmensa pobreza en que se los hacina de modo absolutamente inhumano y como un inexorable programa de despoblamiento del territorio en interés de las Corporaciones, al que responde el grueso de los funcionarios de Gobierno.
Más aún, toda modificación que se hiciera en estas normativas redundaría en un mayor perjuicio para medianos y pequeños productores agrícolas y para nuestra maltratada y deteriorada Soberanía Alimentaria, afectando aún más a los trabajadores rurales que aún restan y acentuando su forzada emigración a las periferias urbanas de inmensa pobreza en que se los hacina de modo absolutamente inhumano y como un inexorable programa de despoblamiento del territorio en interés de las Corporaciones, al que responde el grueso de los funcionarios de Gobierno.
Protesta mundial contra Monsanto
Se realizó una jornada global contra la transnacional norteamericana Monsanto. Fue en más de 100 ciudades de todo el mundo y en Argentina hubo manifestaciones en Córdoba, Tucumán, Rosario, Paraná, Bahía Blanca y en la ciudad de Buenos Aires, entre otros lugares.
Esto decía en diálogo con laolla.tv, desde el corte en Av. Libertador de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Rulli, uno de los fundadores del grupo de Reflexión Rural.
Video
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&;v=pvevvnwJ9bM#!
Se realizó una jornada global contra la transnacional norteamericana Monsanto. Fue en más de 100 ciudades de todo el mundo y en Argentina hubo manifestaciones en Córdoba, Tucumán, Rosario, Paraná, Bahía Blanca y en la ciudad de Buenos Aires, entre otros lugares.
Audio Córdoba: Silvia Vaca – Asamblea de Malvinas Argentinas
Audio Buenos Aires: Jorge Rulli – GRR / Luis Zamora – Autodeterminación y Libertad
Fotos Córdoba: Eze Zingaro
Producción: laolla.tv
Audio Buenos Aires: Jorge Rulli – GRR / Luis Zamora – Autodeterminación y Libertad
Fotos Córdoba: Eze Zingaro
Producción: laolla.tv
MONSANTO: MUCHO PEOR QUE GLIFOSATO
El curioso “modelo” de vida que estamos soportando, nos pone cada día ante situaciones que nos hacen sentir abandonados como pueblo, incapaces e imposibilitados de accionar para que “algo cambie” y cuando hay una explosión barrial, quejas comunitarias por algún reclamo, generalmente se reduce la demanda a situaciones acotadas, puntuales, y raramente se trata de revisar las causas de los problemas. Tal vez, el ejemplo mas común son los reclamos por la inseguridad, donde se reclama como solución incorporar mas policías o más patrulleros, sin que se ponga en evidencia el papel que Monsanto y otras transnacionales de la agroindustria y la minería han tenido como generadoras de un modelo económico de despoblamiento del campo, pérdida de identidad y urbanización inhumana.
La transnacional Monsanto se siente muy cómoda cuando reducimos nuestra condena social a su impiadosa contaminación de la Argentina: el glifosato está aprobado por las autoridades sanitarias y usándolo “como indica la etiqueta”, es para los productores casi como si fuera agua bendita. De esa forma, la culpa no es de ella, sino solamente del agricultor que aplica mal la sustancia “fitosanitaria”.
Para no reducir nuestro repudio y condena a este engendro del capitalismo salvaje, queremos recordar algunos antecedentes que oportunamente expusimos en nuestros documentos:
*Monsanto busca ganar dinero, no ayudar a los agricultores. El primer ejemplo fue el agricultor canadiense Percy Schmeiser, productor de colza, que perdió un pleito entablado contra él por Monsanto por haber infringido supuestamente las leyes de patentes, dado que en algunas de sus parcelas se comprobó la existencia de plantas de colza transgénica, seguramente provenientes de contaminación genética.
*Como una estrategia común a las transnacionales, Monsanto invirtió millones de dólares para adquirir empresas semilleras en todo el mundo… ¿Por qué Monsanto, de empresa química que fuera en un principio, se convirtió en la mayor empresa semillera del mundo? Sencillamente porque controlando las semillas controla la agricultura mundial. Inclusive las semillas hortícolas a nivel mundial las manejan Seminis y De Ruiter Seeds, empresas adquiridas por Monsanto.
*En octubre 2002, en un trabajo que llamamos “Soja RR y la estrategia de la inundación” expusimos cómo la consultora americana Doane Marketing Research, un año antes del lanzamiento de la soja RR (1996), había realizado un sondeo entre los productores, que demostraba mayor aceptación de las RR en Argentina que en EEUU. Ese mismo año una misión de la General Accounting Office de los EEUU, llegó a la Argentina, debido a una denuncia de los agricultores norteamericanos contra Monsanto, ya que los “farmers” aseguraban que la transnacional vendía más barata la semilla de sojaRR en Argentina; la GAO produjo un informe que dejó establecidas las diferencias de precio entre la semilla de Monsanto vendida en los dos países. En la página 15, el mencionado informe indica los siguientes porcentajes sobre las semillas sembradas en la Argentina: Ventas comerciales 28 – 50 %, Semilla guardada por el agricultor 25 – 35 %, Mercado negro 25 – 50 % (GAO 1998).
Resulta evidente que la adopción masiva se debió a la disminución de mano de obra necesaria para la siembra y el cultivo, y a la posibilidad de que la gran mayoría de los productores nunca compraron semilla de soja RR (resistente a RoundUp). Esta realidad era bien conocida por Monsanto y sus subsidiarias locales como Nidera, pero la estrategia era difundir y en lo posible INUNDAR de soja RR el campo argentino, por su comodidad y eliminación de mano de obra. Por otra parte en 1996 el glifosato tenía todavía su patente vigente y ello constituía ingentes ganancias para la empresa. Con referencia al importante comercio de “bolsa blanca” agrega el informe “Mientras las patentes de Monsanto permiten restringir que los agricultores estadounidenses guarden semilla y resembrar la semilla de soja RR…En la Argentina, toda soja guardada es legal, en tanto y en cuanto sea resembrada en la misma propiedad”. La bolsa blanca fue de ese modo en la Argentina, la miserable participación en el banquete con que los exportadores de granos sobornaron al agricultor argentino, subsidiándole la producción.
*Presionada por las determinaciones del GAO, Monsanto y sus subsidiarias salieron a lanzar una gran campaña, contra la bolsa Blanca (semilla que el productor se reserva de su cosecha para usarla en sus siembras, y que también lo hace con la RR), a la que se le asigna una evasión de 60 millones de u$s en impuestos En realidad, era ASA (Asociación de Semilleros Argentinos) la que estaba preocupada.
*Monsanto, que miraba para otro lado... indiferente, decide, en 2003, retirarse de la comercialización de semillas de Soja transgénica en la Argentina y, de esa forma, pone al descubierto de manera brutal la enorme dependencia del país a las empresas de Biotecnología. Tal vez y en simultáneo estábamos frente a un enorme chantaje al entonces gobierno de Néstor Kichner para que se modificaran los derechos constitucionales del agricultor a disponer de su propia semilla… (Ley 20.247 hoy en plena revisión impulsada por ASA y las transnacionales). De todas maneras, recordemos que el gran negocio de MONSANTO en la Argentina nunca fue el royalty de la semilla sino la venta masiva de su herbicida estrella: el Round Up (glifosato).
* Argentina fue portaviones de Monsanto para la ampliación de sus negocios a Brasil. En los años 90 en el Estado de Río Grande do Sul, cuando el Gobernador Dutra, del PT, se vanagloriaba de presidir el único territorio libre de transgénicos, Monsanto obsequiaba graciosamente el glifosato a quienes le exhibieran el marbete de Soja RR contrabandeada desde la Argentina.
*Los tambos siguen desapareciendo en tanto la producción de leche se mantiene por el aumento en la utilización de la hormona recombinante bobina (rBST Posilac) producida por Monsanto, que a su vez incrementa la producción de las vacas lecheras hasta un 25%. En la década de los ‘90 se comprobó en Estados Unidos que el Posilac provocaba cáncer de mama en los seres humanos y se prohibió después de una fuerte controversia en que varios periodistas fueron despedidos al informar a la ciudadanía. En la Unión Europea, se prohibió su uso en el año 2000, así como en Japón, Nueva Zelanda, Australia, y otros países han hecho lo mismo. En la Argentina su uso es legal.
*De ser casi la encarnación del demonio para órganos oficialistas como Página 12 ó Tiempo Argentino, donde se la acusó de evadir impuestos, contaminar la tierra, provocar cáncer y hasta de figurar en los cables de Wikileaks haciendo lobby empresarial, recientemente, en su visita a EEUU, la Presidenta de la Nación, se reunió con directivos de Monsanto en Nueva York e, increíblemente, hizo un enfático elogio de dicha empresa por la cadena nacional.
*En la misma ocasión, la Presidenta anunció que la transnacional invertiría 1.670 millones de pesos para instalar una planta de producción de maíz en la localidad de Malvinas Argentinas , en las cercanías de la ciudad de Córdoba, y expresó, entre otros dichos, que deberían dejar perplejos a los que luchamos por la soberanía alimentaria de los pueblos: “La inversión de Monsanto es importantísima también y va a ayudar a la concreción de nuestro plan, tanto agroalimentario 2020, como nuestro plan también industrial. Y me decía, hoy su titular que les había impresionado mucho el apoyo que nuestro Gobierno estaba dando a la ciencia y a la tecnología. Tengan ustedes la certeza que vamos a seguir en la misma línea”
*Cuando se habla de ciencia, tecnología y de planta de semillas, resulta llamativo que no se hable de la naturaleza y del hombre que la cultiva hasta cosechar “la semilla”. La visión tecnológica y cientificista reduce la natural potencia vital de la semilla de maíz – recordemos que es de origen americano, de nuestro pueblo- la que debe ser sometida a ”tratamiento y acondicionamiento”, procedimientos que no se especifican, pero la noticia aclara: “cabe destacar que con las mencionadas instalaciones, la Argentina contará con las dos plantas más grandes del mundo de producción de semillas, ambas pertenecientes a la firma Monsanto”. Nuevamente el mensaje es que la semilla se “fabrica” en dichas instalaciones que, por supuesto, deben ser “las mas grandes del mundo”.
* A diferencia de lo que nos sucede a los ciudadanos, que confrontamos más de lo que dialogamos, las transnacionales están en “sintonía fina” entre sí cuando de negocios se trata; así el ingeniero Carlos Becco, gerente de Tratamiento de Semillas de Syngenta, explicó los beneficios de la soja Plenus (RR2BT), propiedad de Monsanto, a la vez que considera “un paso positivo” el proyecto para una nueva ley de semillas.
* El secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, firmó la resolución que dispone la liberación comercial de la soja “Intacta RR2 Pro”, modificada genéticamente por Monsanto para lograr un cultivo más resistente al conocido herbicida glifosato.
Por todo lo expuesto, consideramos desde el GRR a Monsanto como “diseñador y gerente” del modelo agroexportador argentino, ejemplo de lo que consideramos la colonización de las “democracias” por parte de las transnacionales junto a Syngenta, Cargill, Barrik Gold y sus necesarios cipayos. Esta colonización ideológica de nuestra democracia fue puesta en evidencia por el discurso de la Presidenta de la Nación. Nuestros documentos han ido denunciando las diferentes estrategias de esta “operadora biotecnológica” que se ha apoderado de la semilla de nuestros agricultores y que está dispuesta a utilizar cualquier medio para conseguir sus objetivos comerciales, que siempre disfrazará como “ humanitarios”, apoyando escuelas, agrotécnicas, universidades y a la comunidad con su RSE (Responsabilidad Social Empresaria). Los acuerdos de las Corporaciones con las Universidades Públicas se hicieron evidentes en la Argentina durante los últimos años. Algunos valientes denunciaron y expusieron con fotografías acuerdos entre empresas como Monsanto y Universidades Públicas, o los dineros que las grandes Mineras volcaban en muchas de estas mismas Universidades.
El GRR considera la recuperación de las semillas como base de la Soberanía Alimentaria, propulsando desarrollos locales con mercados de cercanías, como estrategias para superar el dominio que ejercen las transnacionales sobre nuestra agricultura.
GRR GRUPO DE REFLEXION RURAL
28 de AGOSTO de 2012
Red de Médicos de Pueblos Fumigados: lo que no se dice de Monsanto
Las vaquitas de San Antonio anidan en la raíz del maíz, ahora este, secretará un veneno que lo exterminará (a ellas y a muchas especies más)
(Nacionales-APN) Publicaron un duro informe sobre la semilla que se procesará en la nueva planta de Córdoba
Los promotores de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas, Córdoba, argumentan que la planta no generara contaminación al ser una “procesadora de semillas”; tratan de ocultar el carácter tóxico de la misma detrás de la simbólicamente apreciada concepción de “semilla” que tienen todos en general. También intentan esconder los poderosos venenos con que trataran a esas semillas, y sobretodo buscan disimular en qué han convertido a esas semillas de maíz manipuladas por Monsanto, "la empresa más siniestra e inescrupulosa entre todas las multinacionales", según denuncian los médicos de los pueblos fumigados.
Para divulgar esta información, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados emite este primer Informe sobre la nueva semilla que se procesará en la planta, utilizando la información que ha podido ser obtenida hasta este momento con mucha dificultad.
1º Informe: El maíz venenoso de Monsanto
Monsanto produce actualmente tres semillas de maíz que comercializa en la Argentina. Una es el Maíz MON810, semilla al que han injertado genes transgénicos a través de bombardeo con micropartículas, logrando que las plantas que se generan de todas ellas, durante su ciclo vital, en cada una de sus células, secrete una toxina (toxina Bt, procedente del bacilo turingiensis), tóxica para insectos lepidópteros (mariposas) que atacan estos cultivos.
El maíz MON810 contiene entre otros genes implantados, genes que convierten en resistentes a los antibióticos de uso común en medicina humana (resistencia a aminoglucócidos). La Unión Europea prohibió, por esta razón, el ingreso de esas semillas a su territorio en 2004 a través del art. 2 de la Directiva 18/ 2001 del Parlamento Europeo y del Consejo Ejecutivo de 12 de marzo de 2001 (el Ministerio de Salud argentino parece que nunca se dio cuenta de ello). Paralelamente muchos países de Europa denunciaron el impacto ambiental que estas plantas venenosas de maíz generan, al secretar insecticidas todo el tiempo durante el que están vivas, causando una huella mucho mayor a la que generan las fumigaciones esporádicas con agrotóxicos.
Últimamente científicos canadienses detectaron la toxina Bt inclusive en sangre de cordón umbilical de niños recién nacidos, confirmando la amplísima contaminación generada por este tipo de cultivo. Es preciso reconocer que esta toxina no es inocua para los humanos, por lo que la preocupación médica está aumentando. En la Argentina el maíz MON810 se conoce como Tecnología MaízGard® (MG) y se utiliza desde 1998.
En 2004 Monsanto incorporó un maíz resistente al glifosato. Es el Maíz NK603 aquí conocido como Roundup Ready Maíz 2. Esta semilla permitió rociar con glifosato los cultivos de maíz y también a la población rural vecina del cultivo, con las consecuencias ya conocidas, sobre todo por los vecinos de Bº Ituzaingo de Córdoba. La ventaja era que no crecerian plantas entre los surcos con maíz, entonces este progresaria fuerte y alto sin competencia por el sol, el agua o los nutrientes del suelo. Pero glifosato no es atóxico como miente aún Monsanto, ni se puede tomar un vaso lleno de roundup como propone el Ministro de Ciencia y Tecnología Barañao: produce cáncer, malformaciones y es disruptor endócrino
Monsanto en 2007 lanza una versión que cruzaba los dos monstruosos maíces transgénicos, NK603 X MON810, llamado aquí MaízGard Roundup Ready 2® (MGRR2), una semilla que genera una planta resistente a glifosato y secretora permanente de insecticida
El nuevo maíz mutante de Monsanto
Recientemente el gobierno nacional, en un arranque de complacencia transgénica, aprobó nuevas semillas, entre ella una de Monsanto y Dow, el maíz MON89034 x TC1507 x NK603. Esta es una versión mejorada del maíz Bt (MON810), aquel que generaba una toxina que permanentemente mataba a algunos insectos perjudiciales para el cultivo. Ahora el nuevo mutante de maíz no sólo genera un veneno, sintetiza tres venenos diferentes, que se secretan todo el tiempo. El nuevo maíz (si aún se le puede llamar así) es capaz de matar todo tipo de orugas y gusanos de mariposas que traten de anidar en sus chalas, hojas o espigas, y ahora también es capaz de exterminar a las temibles vaquitas de San Antonio, un coleóptero que suele anidar en su raíz.
Este nuevo maíz, que según la anuncio la Presidenta durante su encuentro con los líderes de Monsanto, se llamara comercialmente: “Intacta”, también quedará intacto bajo la lluvia de glifosato, para el que tiene dos nuevos genes que le dan la capacidad de sobrevivir, y además será resistente a un segundo herbicida: el glufosinato que comenzará a llover sobre los 12 millones de personas que viven en las zonas de cultivos transgénicos del país.
El nuevo y venenoso maíz que Monsanto preparará en Malvinas Argentinas vendrá a generar niveles de contaminación y daño ambiental nunca imaginados; pensar que muchos países desarrollados rechazan al maíz que produce una sola toxina Bt, y nosotros autorizamos y cultivaremos un maiz que tiene tres venenos Bt, cuyo impacto es desconocido y que aún asi fue autorizado por el SENASA en base al principio de equivalencia sustancial de transgénico con orgánico; equivalencia que imaginan hipotéticamente, pero que desconocen y afirman como real con temeraria irresponsabilidad (Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación)
Intacta, el nuevo maíz mutante de Monsanto, significará una escalada más en la carrera por aumentar la cantidad de herbicidas con los que se bañan nuestros campos; hoy glifosato solamente consume 280 millones de litros/kg por año, glufosinato lo acompañará rápidamente aportando su propia y reconocida toxicidad en humanos; y la realidad demostrará como es falso el argumento de que estos manipuleos genéticos disminuyen el uso de agrotóxicos. La experiencia nacional demuestra que desde que se aprobó la soja RR no deja de crecer el consumo de venenos agrarios; con venenos es imposible impedirle a la naturaleza penetrar en los extensos monocultivos con plantas (malezas) que se adaptan a los agrotóxicos; esta carrera contra la naturaleza sólo le conviene a las empresas de biotecnología que inventan una solución falsa y dañina todos los años para sostener su negocio.
A la vez, por el carácter de cruzamiento de los distintos mutantes acoplados del maíz, es muy probable que más de un 25% de las nuevas plantas continúen reproduciendo genes de resistencia a antibióticos de uso en medicina que son utilizados como genes marcadores en el proceso de transgénica del MON89034, lo que es una amenaza concreta a las herramientas terapéuticas de la medicina actual.
Además Intacta es híbrido, nadie podrá guardarlo para volver a sembrarlo: ya no vuelve a crecer; inevitablemente contaminará genéticamente a otros maíces vecinos y las empresas multinacionales cobrarán derechos de propiedad genéticas a los productores; ya nada será como antes. El maíz en poco tiempo no podrá convertirse en mazamorra o un buen locro, este es un maíz pensado para forraje de animales o principalmente para biocombustible. Para comer habrá que ir a Mac Donald.
En conclusión, la semilla INTACTA, el nuevo maíz mutante de Monsanto, que se preparará en la nueva planta, es una verdadera amenaza a la salud humana y al ambiente general de nuestro país. El maíz es el alimento que permitió a los humanos progresar a través de 15.000 años en América, su semilla es convertida ahora a través de biotecnología en un asesino serial capaz de resistir la lluvia combinada de venenos en fumigaciones aéreas o terrestres sistemáticas, que matarán a todas las plantas cercanas al cultivo menos al nuevo mutante; y será también una usina permanente de toxinas insecticidas cuya consecuencias ambientales en nuestro delicado equilibrio ecológico-sanitario (recordar epidemia de dengue 2009) son por lo menos imprudentes y alarmantes. Con esta base de información se debería desencadenar la aplicación inmediata del principio de precaución de la legislación ambiental y frenar el proyecto Intacta de Monsanto.
Malvinas Argentinas, un humilde pueblo trabajador cercano a la Ciudad de Córdoba, caracterizado por sus carencias y la dignidad de sus habitantes, no merece convertirse en la factoría de este temible maíz venenoso. La historia de las factorías de Monsanto en todo el mundo sólo refieren contaminación, dolor y muerte; no queremos eso para Malvinas Argentinas y tampoco queremos que sea cómplice de este negocio macabro que impulsan Monsanto y los gobiernos de los estados nacional, provincial y municipal, deslumbrados por el productivismo extractivista de corto plazo.
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