Los presos políticos y las comunidades víctimas de las imposiciones de megaproyectos, lo son de los gobiernos del PRD tanto como del PRI (su fuente de candidatos) y de su frecuente aliado electoral, el PAN. De esos partidos es el pacto, y ya sabemos contra quiénes.
La detención de Carlos Sánchez, compañero de Radio Totopo, en Juchitán, en momentos en que siguen detenidos Mariano López Gómez, de la Asamblea de los Pueblos del Istmo, opositora a la imposición de los proyectos eólicos de Mareña Renovables, así como siguen presos David Venegas y Efrén Hernández Pablo, compañeros de Oaxaca, forman ya una crisis de represión y prisión política en Oaxaca, bajo el gobierno que Bejaranos y Chuchos dijeron que sería de izquierda y una opción frente a la continuidad priista.
Lo único que tiene continuidad es la desvergüenza de una clase política que no se cansa de reciclar a los viejos cuadros priistas ahora bajo las siglas del PRD o uno de sus similares (PT, Convergencia) y, siempre que puede, en alianza con el PAN.
Bajo el gobierno de la falsa transición en Oaxaca ocurre lo mismo que pasó bajo los gobiernos de falsa transición en México DF, Chiapas, Michoacán o Baja California Sur: siguen una idéntica política a la que favorece a las mismas empresas que privilegian el PAN y el PRI.
En Oaxaca la violencia de grupos armados que retuvieron a los opositores a la mina de la empresa Minera Cuscatlán- Fortuna Silver, la violencia de grupos de choque contra los opositores a los proyectos eólicos en el Istmo y, en general, la violencia que sigue siendo la moneda de cambio “política” en Oaxaca, no son solamente una agresión contra colectivos y organizaciones concretas como Radio Totopo, VOCAL, la Asamblea de los Pueblos del Istmo y la Coordinadora de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, y a sus solidarias como el Centro Prodh y UCIZONI… Es una violencia que golpea a la verdadera izquierda oaxaqueña y mexicana.
La izquierda en el poder está del lado de los represores, Gabino Cué y Mancera son apenas las figuras visibles hoy, como antes lo han sido Juan Sabines, Zeferino Torreblanca, Cárdenas Batel, Ebrard, Aguirre Rivero y otros, pero la izquierda de verdad está en las cárceles, como en Oaxaca y Chiapas, o en un hospital como el profesor Kuykendall, y en las calles, pidiendo la libertad de sus presos y castigo a los represores.
¿Con qué cara le van a pedir ahora a los oaxaqueños que voten por el PRD los mismos que han llevado al poder a Cué, Mancera, Sabines, Bartlett, Arturo Núñez, Ebrard y otros priistas bajo el argumento de una “transición a la democracia”?
Después de tantos engaños, los promotores del “voto de castigo” (y precisamente por un priista y en alianza con el PAN) no se pueden llamar víctimas, son cómplices de la represión contra la izquierda que sí está en resistencia. Hoy los presos políticos de Oaxaca y Chiapas son la más clara muestra de dónde está la izquierda y dónde el fraude de Bejaranos y Chuchos, con sus chungas movidas de chuchos y amlos…
Los presos políticos y las comunidades víctimas de las imposiciones de megaproyectos, lo son de los gobiernos del PRD tanto como del PRI (su fuente de candidatos) y de su frecuente aliado electoral, el PAN. De esos partidos es el pacto, y ya sabemos contra quiénes.
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